La idea de imponer la billetera virtual, un éxito en los países más desarrollados, es despedazada por la picardía comercial de muchos. Los quioscos en su mayoría a la hora de efectuar una venta abonada con débito le aplican un plus al valor de la compra. El débito no es crédito claramente, por que no existe la división del valor en cuotas y el pago impacta casi al instante. Sin dudas estos abusos condicionan el bolsillo del comprador en primera instancia, obligan a recibir caramelos de vuelto por el cambio inexistente y portar abultadas cantidades de billetes en mal estado, entre otras dificultades. Los resortes de control por parte del Estado deberían aplicar multas a estas metodologías que atentan contra la economía y el consumidor..
Williams Fanlo
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