Desde siempre
soy judío,
me lo dicen mi papá y mi mamá
aunque no sé muy bien
si es bueno a malo ser judío
porque cuando me cuentan
la parte de la historia que les duele
me hablan de unos abuelos
que se quedaron en Polonia,
lejos de aquí, del sur de Israel,
porque murieron en Polonia.
Los mataron en Polonia.
En la escuela les pregunto,
a veces, nomás,
a mis compañeros
si ellos se preguntan
si es malo o bueno ser judío.
Ni por lo que ellos me dicen
ni por lo que yo imagino,
creo que no es bueno preguntar.
Hasta el día que en todo fue negro,
una tormenta,
como un pozo sin fondo
y rojo como un incendio de bosques
y me hallé en otro mundo
sin ruidos ni horizontes,
Y no sé por qué me pareció Polonia.
II
Desde siempre soy “palestino”,
me hablan en árabe
y en árabe contesto
y me dicen todo el tiempo
que estamos en Palestina
pero que no es Palestina, todavía.
No sé por qué lo dicen, Me confunde.
Aunque no sé si es bueno o malo
ser palestino.
Jugando con mis vecinos
y en la escuela
les pregunté sobre lo mismo.
Ninguno lo sabe,
juegan y ríen todo el tiempo
mis compañeros de la escuela
Y los amigos del barrio.
aunque me parece, por sus gestos
que no es bueno preguntar.
Hasta el día que en todo fue negro,
una tormenta,
como un pozo sin fondo
y rojo como un incendio de bosques
y me hallé en otro mundo
sin ruidos ni horizontes.
Y no sé por qué me pareció Palestina.
Carlos Duguech
© LA GACETA