El presidente Alberto Fernández se despidió hoy de los trabajadores de la Casa Rosada, a cuatro días de dejar el poder. Allí afirmó que deja "un país en marcha", que está "funcionando".
“Me voy por la misma puerta que entré, con el mismo auto con el que entré y me voy a la misma casa de donde salí, con la tranquilidad de haber puesto todo lo que tenía que poner para ayudar en este tiempo, con la tranquilidad de que estamos dejando un país que está funcionando”, dijo el mandatario saliente.
En ese sentido, Fernández valoró la labor del personal estatal “tan injustamente maltratado” y a quienes calificó como “la columna que mantuvo el estado en marcha”.
“Nada de lo que logramos lo hubiéramos podido lograr sin el apoyo de cada uno de ustedes, de los que están aquí", destacó.
El Presidente se despidió este miércoles porque mañana viajará a Brasil para participar de la cumbre del Mercosur que se desarrolla en la ciudad de Río de Janeiro, en su última actividad como mandatario.
En su discurso, Fernández señaló que está dejando "un país en marcha”, y dijo que el mandatario electo Javier Milei “no tiene que recibir un país que al año siguiente tiene que pagar 19 mil millones de dólares y al otro 18.000", como le pasó a él, y que “recibe la tasa de desocupación más baja en muchos años”.
“Va a recibir 7.000 obras públicas nuevas en el país, 4.000 terminadas, tres mil en marcha”, con “140.000 familias que ya no tienen un programa de vivienda porque el Estado se las dio”, a las que se suman otras “95.000 viviendas en proceso de construcción con lo cual, si sigue, va a haber 95.000 familias nuevas que van a poder acceder a su casa”, según precisó.