Santos Clemente Vera quedó en libertad, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejara sin efecto la sentencia que lo condenó a prisión perpetua por el homicidio de las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, cuyos cuerpos fueron hallados sin vida el 29 de julio de 2011, en la Quebrada de San Lorenzo, provincia de Salta.
Vera estuvo más de diez años preso y esta es la segunda vez que queda en libertad desde su primera detención en 2011. A lo largo de estos años, la inocencia de Vera fue defendida intensamente por Jean Michael Bouvier, padre de una de las jóvenes asesinadas en Salta.
Aunque el fallo de la Corte Suprema se anunció el pasado jueves siete, no fue hasta este lunes que el Tribunal de Salta fue notificado oficialmente. La presidenta de la Corte, Teresa Ovejero, emitió una circular después del mediodía, ordenando la inmediata liberación de Vera.
Una larga vigilia en la puerta del penal
Una prolongada vigilia tuvo lugar en las inmediaciones del penal de Villa Las Rosas, donde Santos Clemente Vera había permanecido detenido durante más de una década. Desde las primeras horas de la mañana, familiares y amigos se congregaron en la entrada, ansiosos por presenciar la tan esperada liberación de Santos.
Banderas, remeras y pancartas aguardaban desde muy temprano para dar la bienvenida a Santos. Sin embargo, la espera se extendió más allá de lo previsto. Alrededor del mediodía, el abogado de Vera se comunicó desde Ciudad Judicial con los familiares para informarles que la liberación podría postergarse unos días más, ya que la Corte salteña aún no se había pronunciado. No obstante, pasadas las 14 horas, una circular firmada por la presidenta de la Corte de Justicia de Salta llegó a las oficinas del titular del servicio penitenciario, ordenando la inmediata liberación.
Después de completar una revisación médica y realizar los trámites correspondientes, Santos Clemente Vera finalmente cruzó la puerta del penal, marcando el inicio de una nueva etapa en su vida.
Santos Vera: “Tengo mucha bronca, nunca tuve que estar preso”
Vestido con una camisa celeste a cuadros, meticulosamente peinado, una sonrisa apenas visible y sosteniendo un cuadro infantil con un marco verde, Santos Clemente Vera finalmente cruzó las veredas del penal, dejando atrás más de una década de reclusión. Apenas pisó la libertad, las lágrimas brotaron de sus ojos.
Sus familiares, ansiosos por abrazarlo, corrieron hacia él. Con el cuadro en mano, Santos exclamó emocionado: "Miren, miren, este fue el motor que me mantuvo vivo todos estos años". El cuadro, un tesoro cargado de significado, llevaba una dedicatoria de uno de sus hijos: "Hola papá, hice este dibujo para vos para que veas que me gustan los animales y también dibujo provincias. Me gustaría viajar para conocer sus animales. Antes de ayer vi una estrella fugaz y le pedí un deseo para que estemos todos bien. Te quiero mucho, Eduardo".
Santos Vera, en medio de la emoción, compartió sus sentimientos con LA GACETA: "Se hizo justicia. Por años esperé esto. Gracias a los doctores (abogados Raúl Vargas y Manuel Garrido) que pelearon por esto. La Corte de Salta me había puesto un muro, pero fuimos a Buenos Aires y acá estamos".
Santos también expresó su indignación: "Tengo mucha bronca con la Justicia. Yo debía estar con mi familia y con mis padres que hoy ya no están. Ahora a disfrutar de mi familia y ver crecer a mis hijos".
Además, aseguró ser un hombre de fe y que fue ello lo que lo mantuvo durante estos casi once años de cautiverio: "Siempre estuve cerca de Dios. Puse toda mi fe en Dios y siempre me encomendé para seguir fuerte. Mis papás querían verme salir por esta puerta, pero todo esto los avejentó mucho y hoy ya no están".
Sin embargo, la pregunta constante sobre el porqué de su situación dio paso a la felicidad tras tanto sufrimiento: "Siempre pregunté por qué a mí. Pero ahora estoy re feliz después de casi 11 años. Pasaron cosas muy dolorosas en estos años. Ahora quiero que haya un nuevo juicio, se haga Justicia y ya me dejen de molestar".
El reencuentro con sus hijos
Cuando Santos Clemente Vera fue detenido en 2011, era padre de un niño de tan solo un año. Diez años y siete meses después, Santos, privado de su libertad, se convirtió en padre de dos niños más. Santos recordó que con pedidos extraordinarios de su defensa, pudo presenciar el nacimiento de sus hijos para luego volver a su celda.
Beatriz Yapura, la esposa de Vera, compartió sus pensamientos en una entrevista con LA GACETA: "Hace mucho estamos esperando este momento. Fue una vida muy difícil sin mi esposo, y hoy finalmente va a poder dormir en su casa. Desde hoy, mis hijos van a poder disfrutar de su papá. Tenemos que seguir siendo fuertes porque tenemos una vida que nos espera y hay que afrontarla".
El regreso de Santos Vera a su hogar significa no solo el fin de una larga separación sino también el comienzo de una nueva vida familiar. Beatriz expresó la determinación de enfrentar los desafíos que aguardan: "Tenemos que seguir siendo fuertes". La familia, después de años de espera, se prepara para abrazar la normalidad.
Sin embargo, Beatriz subrayó que la lucha por la justicia no concluye con este fallo. En honor a la memoria de Houria Moumni y Cassandre Bouvier, las dos turistas francesas cuyo trágico destino está entrelazado con el caso de Santos Vera, la familia continuará buscando la verdad y exigiendo justicia. "El padre de una de las chicas desde Francia nos envía fuerzas y nos acompaña. Por ellas y su memoria, seguiremos de pie", afirmó Beatriz.
Los fallos judiciales hasta su liberación
Vera tiene desde hace tres años el patrocinio legal de Manuel Garrido, presidente de Innocence Project, una organización creada en Estados Unidos que busca la absolución de personas erróneamente condenadas alrededor de todo el mundo. También, cuenta con el apoyo nada menos que de Jean-Michel Bouvier, padre de Cassandre, quien defiende desde hace años su inocencia y sostiene que los verdaderos asesinos de su hija siguen libres e impunes.
Vera había sido absuelto por la Sala II del Tribunal de Juicio de Salta. Esa decisión fue recurrida ante la Sala III del Tribunal de Impugnación por el fiscal y por uno de los acusadores particulares. Mientras que el primero requirió la anulación de la absolución y el reenvío para un nuevo juicio, el segundo solicitó su revocación y el dictado de una condena. La Sala III revocó la absolución de Vera y lo condenó a la pena de prisión perpetua como coautor de los mencionados delitos.
Para ello sostuvo que se habían valorado indebidamente diversas pruebas, como la pericial, el alcance de lo declarado por los peritos en el debate, la credibilidad que correspondía otorgarle a los testigos de descargo de Vera, así como también las declaraciones incriminatorias del co-imputado Lasi.
El Tribunal de Impugnación, con las mismas pruebas con las que había sido considerado inocente en 2014, sentenció a Vera dos años después. La Corte de Justicia de Salta defendió la posición condenatoria.
Con una demora de seis años, este jueves los jueces de la Corte Suprema Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti hicieron lugar a un recurso en queja presentado en agosto de 2017 por la defensa de Vera, que además tuvo el dictamen favorable del procurador general de la Nación Eduardo Casal.
"Se hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia apelada", ordenaron los jueces y resolvieron que las actuaciones vuelvan "al tribunal de origen para que, por quien corresponda, se dicte un nuevo fallo con arreglo al presente".
A la espera de un nuevo juicio
Manuel Garrido, abogado defensor de Santos Clemente Vera, compartió con LA GACETA sus reflexiones sobre el histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia, que ordenó revocar el fallo de la justicia salteña. El abogado destacó la gravedad de los cargos contra Vera, las duras penas que enfrenta y el considerable sufrimiento que experimentó durante el proceso.
Garrido comenzó recordando el origen del caso: "A nosotros nos llegó hace seis años, un poco más de seis años, cuando la Corte de la Provincia de Salta rechazó el Recurso Extraordinario Federal en julio del año 2017". Sobre la presentación del recurso de queja directa ante la Corte Suprema, Garrido añadió: "Nos contactó el doctor Vargas, estudiamos el caso en los pocos días que uno tiene para preparar ese recurso, y en agosto, los primeros días de agosto del año 2017, es que presentamos ese recurso".
El abogado expresó su satisfacción al ver a Clemente emocionado y abrazándose con su familia tras el fallo de la Corte Suprema: "Son casos muy graves, con penas muy altas, mucho sufrimiento. En casos como este uno ve concretamente que puede hacer algo para cambiar un poco la dirección de las cosas en pos de la justicia". No obstante, señaló la lentitud del sistema judicial: "Lamentablemente el Poder Judicial tiene unos tiempos que van bastante a contramano de la justicia, porque fueron seis años en donde Clemente estuvo privado de la libertad".
Con respecto al fallo, Garrido compartió su moderado optimismo: "Yo siempre fui moderadamente optimista, porque no es por mandarse la parte, creo que el fallo era claramente arbitrario. Entonces, lo único que nosotros de alguna manera necesitábamos era que la Corte lo estudiara. Entonces, yo era moderadamente optimista".
En cuanto a los próximos pasos, Garrido detalló: "Ahora lo que ordenó la Corte Suprema, en principio, es que se haga un nuevo juicio". Sobre este punto, subrayó: "Todo depende de lo que decida la justicia de Salta, pero si decide llevar a cabo un nuevo juicio, nosotros trabajaremos para que se haga justicia en ese juicio". Además, anticipó el trabajo a realizar: "Eso supone todo un trabajo de producción de pruebas, de volver a revisar todo. Vamos a pedir que se remueva cielo y tierra para encontrar los hisopados que supuestamente se perdieron. O sea, hay todo un trabajo que vamos a hacer para que en ese juicio se haga justicia. Como en el primero, que claramente fue absurdo".