El papa Francisco expresó ayer su “cercanía al pueblo iraní“ tras el ataque que esta semana dejó 91 muertos en Kerman, en el sur del país, y que fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI). “Expreso mi cercanía al pueblo iraní, en particular a los familiares de las numerosas víctimas del ataque terrorista en Kerman, a los heridos y a todos los que fueron golpeados por este gran dolor”, planteó el pontífice tras rezar el Ángelus en el Vaticano en ocasión de la fiesta católica de la Epifanía del Señor.
El grupo yihadista reivindicó el atentado cometido a mediados de la semana cerca de la tumba del general Qasem Soleimani y cuando se conmemoraba el cuarto aniversario de su asesinato por EEUU. El Estado Islámico es musulmán sunnita y es enemigo de Irán, un país también musulmán pero de la rama chiita. El viernes, el Papa se había mostrado ya “profundamente apenado” por el atentado. “Su Santidad el papa Francisco está profundamente apenado al enterarse de la pérdida de vidas causada por las recientes explosiones en Kerman”, planteó un telegrama enviado por el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin. Según Parolin, el pontífice envió “sus oraciones para aquellos que fallecieron y para sus afligidas familias”.
El atentado (dos explosiones con un intervalo de 15 minutos) se produjo cerca de la mezquita Saheb al Zaman en Kerman, donde se encuentra la tumba de Soleimani, responsable de las operaciones militares iraníes en Medio Oriente y asesinado por Estados Unidos en Irak el 3 de enero de 2020.
La organización yihadista indicó en sus canales de Telegram que dos de sus miembros “activaron su cinturón de explosivos” en medio de “una gran multitud de apóstatas, cerca de la tumba de su líder Soleimani”. Tras recordar el ataque, el Papa convocó también a rezar “por la paz en Medio Oriente, en Palestina, en Israel, en Ucrania, en todo el mundo”.
Un pedido a la Iglesia
Francisco pidió ayer que la Iglesia abandone las divisiones y las “ideologías eclesiales” durante la misa que celebró por la fiesta católica de la Epifanía, al tiempo que se reunió con un grupo de monjas argentinas que se harán cargo del monasterio vaticano en el que vivió hasta su muerte su antecesor Benedicto XVI.
“La mirada, enseñan los Magos, debe apuntar hacia arriba, hacia el cielo, porque de ahí viene la ayuda del Señor; también significa aprender a ver la realidad desde arriba, que es lo que necesita el cristiano en todas las etapas de su existencia”, afirmó el Pontífice en la Misa que celebró en la Basílica de San Pedro. “Lo necesitamos en la Iglesia, donde, en lugar de dividirnos según nuestras ideas, estamos llamados a volver a poner a Dios en el centro. Lo necesitamos para abandonar las ideologías eclesiales, para encontrar el sentido de la Santa Madre Iglesia. Ideología eclesial no, vocación eclesial sí”, agregó.
En su mensaje, el Papa convocó además a “encontrar a Dios en carne y hueso, en los rostros que pasan a nuestro lado cada día, especialmente los de los más pobres”. “Los Magos nos enseñan que el encuentro con Dios nos abre a una esperanza mayor, que nos hace cambiar nuestro estilo de vida y transformar el mundo”, desarrolló en referencia a las figuras de los Reyes Magos, protagonistas de la fiesta de ayer de acuerdo a la tradición católica. (Télam)