Erika Diez llegó muy temprano desde Burruyacu junto a sus tres hijos. En la vereda de Junín al 200, mira la vidriera de un local y le advierte a sus pequeños que sólo van a llevar lo justo y necesario para arrancar las clases. “Me organizo y vengo con una lista. Siempre compro aquí, en el centro, porque es a precio mayorista. Cerca de mi casa, los valores de los artículos escolares están al doble o al triple”, explica la mujer.
Otra mamá, Mónica Solórzano, da ejemplos de cómo ahorra: “el cuaderno tipo ABC (son los que suelen pedir las maestras de los primeros grados), si se compra en cantidad, está a 4.000 o 5.000 cada uno, mientras que en algunas librerías cerca de mi casa lo venden a más de $10.000”. Con una lista en mano, Mónica -que es vecina de Lules- recorre varios sitios del centro buscando el mejor precio. Tiene que llenar cuatro mochilas este año. Por eso, antes de salir de su casa revisó bien qué podía servir del año pasado y qué era imprescindible comprar. La clave para afrontar este comienzo de clases muy complicado, según describe ella, es identifican qué se puede reutilizar de los años anteriores y no adquirir cosas innecesarias.
Comenzó la cuenta regresiva para volver a la escuela. Y no va a ser fácil para el bolsillo de muchos padres, teniendo en cuenta que, según las consultoras privadas, el costo de la canasta escolar básica aumentó más de un 250% respecto de 2023, una suba muy superior al incremento que el mismo combo de útiles, mochila y guardapolvo tuvo el año pasado (134%).
El viernes, la Defensoría del Pueblo bonaerense hizo un análisis de 35 artículos, entre los que se encuentran útiles e indumentaria escolar, en distintos comercios, y determinó que esos productos subieron un 450% promedio respecto al año pasado.
Agrupados por categorías, el estudio muestra que los útiles escolares tuvieron una suba promedio de 502%, las zapatillas deportivas escolares, del 438%, y la indumentaria escolar creció un 380%.
Cambios de hábitos
Ante la presión de los precios, muchos padres tuvieron que cambiar sus hábitos de compra. Reciclar útiles es la estrategia que más utilizarán, según dijeron. Algunos hicieron compras anticipadas o decidieron poner en el arbolito de Navidad una mochila, una cartuchera, un kit de lápices, felpas o las zapatillas para gimnasia. Buscar marcas alternativas o elegir comercios que tengan una buena financiación son otras de las opciones que eligen a la hora de armar la canasta escolar.
Ariel Bello, de la librería Copitec, donde los socios del Club LA GACETA pueden acceder a un descuento del 15%, cuenta que lo que más buscan los clientes es aprovechar las formas de pago que les ofrecen con tarjetas de crédito.
Si bien no es novedad que en los últimos años los padres adelantan sus compras para ganarle a la inflación, en esta oportunidad las ventas fueron mucho más anticipadas, señaló Bello. Y las personas buscan beneficios, como por ejemplo descuentos, ofertas y otros beneficios, remarcó.
En las puertas de los negocios se van formando filas. Sandra Acosta compró hojas y mochilas en diciembre, con el aguinaldo. En enero adquirió las cartucheras y algunos lápices. Ahora, que ya tiene la lista que les dieron las maestras, fue a buscar lo que faltaba.
Algunos padres, como Germán Linares y su esposa Karina, acudieron a las librerías antes de que terminen las clases 2023 y sin ninguna lista. Fueron a comprar lo clásico y se inclinaron por segundas marcas reconocidas. No se llevaron grandes cantidades. “Optamos por los paquetes más chicos, e iremos viendo qué hace falta. Antes, yo compraba todo de más para no tener que salir corriendo si hacía falta algo. Pero este año les hablamos mucho a los chicos sobre la importancia de cuidar las cosas”, resalta la mamá de cuatro chicos en edad escolar. “Ahora, nos quedan los uniformes y los libros”, añade el papá. Al respecto, dice que las compras on line están buenas porque permiten comparar precios, administrar el tiempo y reducir gastos impulsivos.
Recircular uniformes
Con la inflación en alza, otra de las modalidades que va ganando cada vez más adeptos es la compra y venta de uniformes usados. Existen diferentes circuitos de ferias y grupos en redes sociales que comercializan guardapolvos, pantalones, chombas, polleras, zapatos y camisas de segunda mano.
En colegios y escuelas incluso se organizan grupos de compra y venta. “En la escuela San Martín, por ejemplo, las mamás de jardín y de otros grados ofrecen el delantal y otras prendas”, resalta Jacqueline Monetti Fierro.
Lorena Juárez, quien integra un grupo de chat de unos 100 padres y madres, cuenta que consiguió prendas casi sin uso. Además, ella también vendió las cosas que a su hija le quedaban pequeñas. “En la primaria los chicos crecen muy rápido y hay cosas que quedan nuevas”, cuenta la mamá. “En la adolescencia, hay períodos en los que se estiran entre ocho y 10 centímetros en menos de 12 meses”, agrega.
Por las redes
La compra y venta de uniformes usados y de libros se promociona también en las redes sociales. El movimiento comenzó en 2021, cuando muchas familias tenían ropa impecable comprada en marzo de 2020 y los chicos, a las dos semanas, pasaron a tener clases desde la casa, en modo virtual.
En Facebook es común encontrar páginas relacionadas a “Uniformes escolares nuevos y usados Tucumán” o “uniformes colegiales de 1/2 uso y nuevos.”, donde las personas pueden publicar las fotos de lo que ofrecen.
Los precios tienen una rebaja de entre el 50% y el 60% en comparación con los uniformes nuevos. Se pueden conseguir chombas, polleras, jumpers y zapatos que prácticamente no tuvieron uso. Por ejemplo, un conjunto que incluye un equipo de educación física, dos remeras y un short se ofrece a $ 15.000, todos con el logo de un colegio determinado. Una falda de uniforme para adolescentes se puede conseguir a $ 4.000; un buzo cuesta $ 5.000; mientras que los calzados rondan los $ 3.000 a $ 6.000, depende el uso y el material: si es de cuero o símil.
La modalidad de este tipo de venta es con consulta directa y generalmente en los comentarios los interesados están atentos a todos los detalles de las prendas. Ahí se acuerda la forma de pago y la entrega.
Otro ejemplo en las redes son los emprendimientos de moda circular en los que se pueden conseguir uniformes de segunda mano. Dulce Infancia es una idea que nació en la pandemia con el objetivo de darle una nueva oportunidad a la ropa de niños que tiene muy poco uso o que ni siquiera se llegó a estrenar. En estos días, están ofreciendo indumentaria escolar en muy buen estado; algunas prendas incluso están listos para estrenar.
Susana Álvarez, madre de dos alumnos de primaria y uno de secundaria, se considera una cazadora de ropa de segunda mano en excelente estado. Ya compró dos pantalones, una campera azul y unos zapatos, todo por $ 20.500. “Según estuve viendo en las vidrieras, me ahorré mucho dinero. En el caso de mis hijos, que van a colegio privado y tienen uniforme para todos los días más el de gimnasia, representa un gasto muy importante para mi bolsillo. Es un año muy difícil; hay que ingeniárselas”, resumió.
Algunos precios
- $170.000
Cuesta aproximadamente un combo que incluye mochila con carro, cartuchera de dos pisos, guardapolvo y 20 útiles.
- $35.990
Vale un conjunto de gimnasia que incluye pantalón y campera canguro para adolescentes.
- $6.990
Sale una remera de gimnasia básica y $6.000 un short.
- $35.000
Es lo que cuesta una mochila sin rueditas.
- $15.990
Vale un pantalón de vestir para uniforme, $23.000 una camisa.
- De $12.000 a $30.000
Aproximadamente es lo que cuestan los delantales escolares, depende del talle y la calidad de las telas.
- $15.000
Cuesta un respuesto de 480 hojas, si se compra al por mayor.
- $6.500
Vale un combo de 10 lapiceras (4 negras, 4 azules y 2 rojas).