Medianoche del último miércoles. Vuelve Leo Messi. Y vuelve en un partido de peso. Y en un ambiente difícil. Donde algunos pisotean sus camisetas. Otros le pegan a muñecos suyos. Y muchos más lo insultan y lo burlan ante las cámaras de TV. Por supuesto, allí están igualmente los cientos y cientos de niños y fans que lo festejan y le reclaman un autógrafo, una selfie, lo que sea. Pero México se ha convertido desde hace años en una rivalidad áspera para la selección argentina. Y muchos mexicanos sienten todavía el dolor de Qatar, donde Messi destrabó todo con un zapatazo desde afuera del área, cuando parecía que la selección finalmente campeona podría llegar a volverse en primera rueda.
El enojo en México ese miércoles por la noche no es solo con Messi. Ante todo es con el "Tata" Martino, DT de México en el Mundial qatarí, criticado duramente, y ahora entrenador del Inter Miami, que está obligado a ganar porque perdió 2-1 en casa, sin Messi, lesionado. El primer tiempo es decididamente malo. Es malo también el césped del estadio en Monterrey, muy blando. Además es mala la trasmisión de TV. Y trifulca en una tribuna entre hinchas de uno y otro equipo, que definen un boleto a semifinales de la Champions de la Concacaf (Concachampions). Un escenario que hace pensar en las cosas por mejorar con vistas al Mundial 2026, que Estados Unidos, sede central, compartirá de modo mínimo con México y Canadá.
Todo se le complica al equipo de Messi cuando el arquero sale jugando de modo pésimo y Rayados de Monterrey se pone 1-0 (3-1 en el global). Quedaba más de un tiempo por delante, pero todo sonaba imposible para Inter, tal la pobreza de su juego, lentitud exasperante, imposibilitado de presionar alto con cuatro jugadores que superan los treinta años de edad. Son los cuatro ex Barcelona (Suárez, Busquets y Alba, más Messi, y más el propio Martino, que también los dirigió en el equipo catalán). Con todo respeto, Inter parece un equipo viejo, no por su edad, sino por su juego, tan poco dinámico. Peor aún, sin tener las condiciones, Inter insiste en salir jugando siempre desde abajo y así facilitó la derrota final de 3-1 (5-2 en el global).
Pospartido, Martino se quejó por la reglamentación de la MLS que limita la política de fichajes extranjeros, a diferencia de la mexicana, que es mucho más abierta y dijo que así el fútbol azteca a nivel de clubes será difícil de superar para el de Estados Unidos. Pero justo Inter tuvo una política amplia, fichando no solo a los cuatro ex Barcelona, sino también la temporada pasada a un volante joven y promisorio de la selección paraguaya (Diego Gómez), además de un defensor argentino supuestamente con futuro, tanto que Racing se lo vendió por diez millones de dólares (Tomy Avilés). En la última ventana compró al volante acaso más promisorio de la última temporada argentina, que hubiesen querido Boca y River (Federico Redondo, ahora lesionado) y, más recientemente, compró al lateral Chelo Weigandt, un refuerzo extraño, porque casi ni siquiera era suplente en Boca. Inter no perdió por la política de fichajes de la MLS. Perdió porque jugó mal.
¿Es ese equipo tan discreto la esperanza de renacimiento del soccer en Estados Unidos? ¿Del país que será sede de la Copa América este año y del Mundial en 2026? Parece poco. Pero vamos al tema que más nos interesa. ¿Es ese Messi la bandera del renacimiento? Su irrupción la temporada pasada fue tan notable como inesperada, porque impactó apenas desembarcado, sacó al equipo del último puesto y hasta lo hizo ganar un título por primera vez en su historia. Pero vinieron luego las lesiones, una gira ridícula de pretemporada, que acaso explique el nivel actual de Inter, y esta discretísima eliminación ahora de la Concachampions. Con Messi intentando poco, en un ambiente hostil, para terminar desganado, y su única pegada siempre precisa en un tiro libre que permitió el gol de cabeza de Gómez. Difícil llamarlo “gol del honor”, por lo poco que jugó Inter, con Suárez limitado físicamente y siempre fastidiado, Busquets lento y Alba expulsado.
Inter, que juega otra vez esta noche por la MLS, debería mejorar no solo por su puntuación, sino también para recuperar al mejor Messi. Al que dentro de apenas dos meses precisará la selección argentina para defender su condición de campeón de la Copa América.