“La verdad es que jamás me imaginé ver algo así. Una horda de chicos muy jóvenes robando en banda a otros chicos”, sostuvo María Estela Duarte, que acompañó a sus hijos al recital que Doble P realizó en un club de Yerba Buena. “Me dolieron los ojos al ver estas escenas. Era como una diversión rodear a los más vulnerables y amenazarlos hasta que le quitaban sus móviles”, añadió el ama de casa. El show, según confirmaron fuentes policiales, fue suspendido por la cantidad de ilícitos que se registraron.

El espectáculo se desarrolló el sábado en un club ubicado en avenida Aconquija al 900. Centenares de jóvenes se congregaron para disfrutar del show de uno de los cantantes más populares del momento. “Fue una locura, evidentemente vendieron más entradas o falsificaron. Estaba muy lleno”, contó Julieta, estudiante de primer año de Educación Física. “Vos estabas disfrutando y bailando y de pronto observamos que había grupos de cuatro o cinco chicos que rodeaban a alguien y le quitaban el celular”, relató la joven.

La adolescente María Lourdes P. dijo que el mayor de los problemas fueron los asistentes que consumieron bebidas antes y durante el espectáculo. “Estaban todos borrachos y además, fumados. Fueron a hacer problemas y nada más. Arruinaron la fiesta a la que habíamos concurrido”, indicó. La chica estaba acompañada por su madre: “fue muy triste ver cómo unos salvajes se aprovecharon del amontonamiento para robar”.

Juan Carlos Rodríguez se ofreció a acompañar al grupo de amigas de su hija. “Como sabíamos que esta historia podía estar más densa de lo normal, decidimos organizarnos con los padres. Esta vez me tocó acompañarlas. Salimos ahí y les dije: ‘nunca más una salida así’”, explicó molesto. “El ambiente estaba muy pesado. No había ningún tipo de control oficial. Entraba cualquiera y adentro se vendían bebidas alcohólicas como si nada a menores. Era obvio que eso terminaría mal”, añadió.

El docente agregó: “Estoy acostumbrado a ir a lugares de concurrencia masiva, pero jamás observé algo así. He visto a jóvenes robar por diversión. Lo tomaban como algo normal. Me quería matar porque a mi hija se le había ocurrido estar en un lugar así”, finalizó.

Intervención

Cerca de las 3, varios de los asistentes comenzaron a denunciar en la Policía lo que estaba ocurriendo en el recital. Hasta que llegaron los uniformados, se observaron corridas, llantos y una que otra pelea. Tuvieron que montar un operativo especial para evitar que se registraran incidentes, que estuvo supervisado por los comisarios Gustavo Beltrán y Sergio Juárez.

“El recital tuvo una convocatoria muy importante. La gran mayoría eran menores de edad. Durante el espectáculo, con la modalidad piraña, grupos de jóvenes se apropiaron por la fuerza de los teléfonos celulares de las personas que se encontraban en el interior del local”, detalló el comisario Héctor Marín, que estuvo al frente del procedimiento.

“Debido a que en el interior del baile se produjeron varios ilícitos de estas características, los encargados del espectáculo cortaron la música y anunciaron por altoparlante que debían desocupar las instalaciones de manera ordenada, ya que a la salida se realizaría una inspección de los teléfonos personales”, precisó el comisario.

“Un equipo de la Patrulla Motorizada se dirigió al lugar a realizar un procedimiento, logrando secuestrar ocho teléfonos móviles y atrapar a 11 personas, entre ellas cinco menores, quienes fueron entregados a sus respectivos padres”, aseguró el comisario Walter Colombres.

Las consecuencias

Las redes sociales fueron el lugar donde los jóvenes difundieron los ilícitos que se registraron el sábado a la madrugada. “Y yo me escapé de que me roben el celu”, publicó en Tik-Tok un asistente que filmó parte del recital de Doble P.

Las víctimas no sólo aprovecharon esa y otra red social para comentar lo que había sucedido, sino que además publicaban las fotos de los supuestos autores de los robos. “¿Lo dejarán entrar al ‘cole’ después de lo que hizo?”, se preguntaba otro tiktoker. “

“Se dicen muchas cosas, pero la única verdad es que los changos se zarparon con lo que hicieron. Es para llamar la atención, para decir que somos invencibles y que no nos pueden hacer nada”, destacó Julio. “Eso pasa en todos lados. Antes era ‘La guerra de las gorras’ y ahora están los de ‘La banda de las bici’. Vamos a perder todos por culpa de unos cuantos. El recital se suspendió por culpa de ellos, pero eran menos de 20 que entraron con localidades falsas”, añadió.

Otra modalidad: preocupa entre vecinos el grupo que ya es conocido como “la banda de las bicis”

“Son un montón. La particularidad es que se movilizan en bicicletas por el microcentro. Nunca los vi cometiendo algún tipo de ilícito, pero sí que generaron incidentes”, sostuvo Juan Carlos García, portero de un edificio ubicado en Mendoza al 400. 

Fuentes policiales informaron que saben de la presencia de estos jóvenes en el microcentro, pero que hasta el momento no hubo ninguna denuncia en su contra. “Aparentemente se juntan en la plaza Independencia y después de pelearse con otro grupo de chicos salen a toda velocidad”, sostuvo García en una nota con LA GACETA.

Luciana Salazar, vecina de Rivadavia al 100, dijo que la presencia de estos chicos aterrorizan a comerciantes y transeúntes. “De la nada te topas con 10 o 15 adolescentes circulando con los rodados de mountain bike por las veredas o en contramano. Cuando los policías que están en la esquina quieren pararlos, aceleran su marcha y no se los ve más”, declaró. 

Para los habitantes de Barrio Norte esta es la secuela de lo que fue conocido como “La guerra de las gorras”. Esos incidentes los protagonizan adolescentes que se agredían para quedarse con esos elementos. 

“Eran unos animales. Me acuerdo que había días en los que no se podía pisar la plaza Urquiza porque ahí se juntaban. Por suerte ya no vienen tan seguido”, declaró Luciana Medina.