El fútbol genera pasiones desde el primer momento que llegó a nuestras tierras, hacia fines del siglo XIX. Desde temprano los jugadores se fueron identificando con las correspondientes casacas y divisas, que estaban relacionadas con las escuelas y colegios de nuestra ciudad. Más tarde la llegadas de clubes, desde principios del siglo XX, sumó al mundo fútbol a los hinchas. Esas entidades se fueron afincando en ciertas zonas de la ciudad y esa zona se fue identificando con la correspondiente divisa. Para 1925 nos encontramos con dos entidades que rige el juego, ellas eran la Federación y la Liga. Estamos en un año clave para la unión ambas asociaciones ya que al año siguiente quedó solamente la Federación. Estamos a mediados de 1925 y el guardameta de Sportivo Guzmán, Juan Moreno sufrió un accidente y se encontraba en Buenos Aires recuperándose. Pese a que los julianos eran parte de la Liga, la solidaridad podía más por lo que la Federación decidió realizar un encuentro a beneficio entre dos combinados con jugadores de los conjuntos afiliados a ella.
Los equipos iban a tener una denominación especial: Norte y Sur. Bajo esos nombres se iban a alinear los conjuntos que geográficamente estaban en esas zonas.
Al Norte lo representaron los equipos de Atlético Tucumán, Talleres, All Boys, Comandante Araujo y Lamadrid. Y por el lado Sur, San Martín, Central Norte, San Pablo y Concepción. Nuestra crónica de entonces expresaba que “en cada una de esas instituciones hay jugadores de cartel” para agregar que los conjuntos “constituyan un team bueno y eficaz, hasta donde puede serlo un combinado que cuente con elementos de tanto prestigio”.
Atlético Tucumán valoró el punto conseguido frente a Vélez, aunque debe corregir varios aspectos del juegoPara esas mismas fechas, estamos alrededor del 20 junio, Central Norte estaba inaugurando su flamante estadio ubicado en la zona del aeropuerto Benjamín Matienzo. El estadio de San Martín, en Bolivar y Alberdi aún no había cumplido un año. Mientras que el escenario del encuentro, el estadio decano, apenas tenía poco más de tres años.
Los equipos
Por el Norte formaron: E. Pintos (Comandante Araujo), R. Carino (Atlético) y R. Ovejero; M. Luján (Atlético), V. Luna (Talleres) y F. García (Atlético); P. Juárez (All Boys), A. Castagnaro (Atlético), P. Cuello (Talleres), C. Rosales (Talleres) y D. Villagra (Talleres). Mientras que por Zona Sud, M. Racedo (San Martín); D. Ibarra (Concepción) y J. Martínez (Central Norte); R. López (San Pablo), J.A. García (San Martín) y M. Ortiz (Concepción); J. Bollea (Central Norte), E. Castro (Cemtral Norte), M. Cárdenas (San Martín), J. Rea (San Martín) y J. Jara (Central Norte).
El premio para el triunfador fueron medallas que fueron donadas por el recordado deportista y presidente de la Ligas, por entonces, Segundo Colombo. El encuentro fue conducido por el árbitro M. Sierra y contó con la colaboración de G. Juárez y R. de Medio.
La crónica de nuestro diario destacaba, en referencia el receptor del acto solidario, que “Moreno ha prestado grandes servicios al football local y ha llegado el momento de reconocerlo públicamente, adhiriéndose tácitamente al festival que se realiza en su beneficio será esta la única forma de poner en evidencia de que todavía hay generosidad en el ambiente deportivo”.
Solidaridad
Por otro lado destaca el aporte de los clubes y a la Federación para esta ocasión, al expresar que “presenta un programa que raras veces puede ofrecerse otro que le supere”.
En cuanto a los “elevens” se destacaba que “la composición dice de lo que será la brega”.
La concurrencia no fue tanta como la esperada, cabe decirse que esas jornadas estaban plagadas de actividades futboleras como la inauguración del estadio cuervo, debido al “intenso frío reinante y de ser un día de trabajo”. En referencia a Central Norte podemos decir que la inauguración se produjo el 20 de junio de 1925 con un torneo futbolístico, que se extendió por dos fines de semana, y pruebas atléticas. Ese estadio fue demolido tres lustros más tarde debido a las exigencias de las empresas de aviación para la a operación de sus aeronaves.
En la síntesis del partido se señalaba que “la brega se inició con rápidos avances llevados con ímpetu por las dos líneas de ágiles delanteros, evidenciando los deseos de superarse”.
Primer gol
La apertura del marcador ocurrió rápidamente, apenas iban tres minutos de juego cuando “Castro señaló el primer gol a favor de Zona Sud. El inside aprovechó una indecisión de la defensa para shotear en forma potente para batir a Pinto”. Unos 10 minutos más tarde “A. Castagnaro igualó posiciones con un tiro corto y esquinado que restó todas chance a Racedo”.
Ahora es momento de indicar que el árbitro original fue reemplazado por Ghiringhelli, quien al llamar a los equipos faltaban García y Cárdenas en el equipo Sud que fueron reemplazados por Aguilar y Sarmiento. Este último a los 19 minutos “pudo burlar la vigilancia de los halves y con un shot largo y violento logró anotar para su bando”. Sin mayores novedades sigue el juego hasta que culmina el primer tiempo.
A poco de iniciarse la segunda parte, Zona Norte “consigue llevar su primer avance a base de combinaciones cortas y en un momento oportuno Rosales cede la pelota a Juárez quien consigue empatar”.
Pasado los 22 minutos de la segunda parte, de nuevo Sarmiento se vuelve protagonista “al ceder la ball a Castro, quien se adelantó sin pérdida de tiempo y burlando a la defensa contraria consiguió anotar el gol del triunfo mediante un tiro con el que batió a Pintos en excelente forma”.
Los equipos fueron capitaneados, el Norte por R. Carino y F.García y el Sud, por M. Cárdenas y J. Bollea.
Entusiasmo
De esta manera el resultado fue favorable a los sureños por 3 tantos a 2. La crónica destacó la bondad y enjundia de los jugadores que integraban los equipos, “evidenciando la potencialidad de ambas zonas sin que pueda decirse, después de la exhibición, de que exista una verdadera superioridad”. Por otro lado se puso énfasis en “el entusiasmo de los jugadores que no decayó en ningún momento, ofreciendo un gran espectáculo deportivo”.
No sabemos si este tipo de encuentros se volvieron a repetir, no se encontraron actuaciones posteriores en este sentido, pero nuestro cronista de entonces expresó que “únese a la bondad de estos equipos, la posible rivalidad que ha de surgir del distingo hecho determinado por zonas”.