Carlos Duguech
Analista internacional
En su edición del 2 del mes en curso, el diario The New York Times, en el espacio de su Comité Editorial, se expresa sobre el fallo de la Corte Suprema de EEUU: “Le entregó un regalo de valor incalculable a Donald Trump y a todos los futuros presidentes que pretendan violar la ley y sus juramentos a la Constitución. Con una votación de seis a tres, la mayoría conservadora del tribunal declaró que los actos oficiales que son fundamentales para la presidencia gozan de “inmunidad absoluta” frente a la acción judicial”.
Es relevante el título de esta nota del Comité Editorial del diario neoyorkino: “La Corte Suprema le da un pase libre a Trump y a futuros presidentes”. Anticipa, a su manera, tiempos tormentosos para la administración estadounidense. Y, naturalmente, para con el resto del mundo con el que está conectado el país.
Este es un cambio que preocupa a los países vinculados, tanto de Europa como de Asia. ¡Cómo se empalidece entonces -frente al fallo- el comportamiento autoritario de los líderes de China, Rusia y Corea del Norte!
Conviene traer a esta columna una expresión difundida de un profesor de Derecho en una universidad de Tokio (“Keo”). Dijo: “Si un presidente de Estados Unidos está libre de las restricciones del derecho penal, si tiene ese nivel de inmunidad penal, los demás gobernantes de las naciones aliadas no pueden confiar en ese país”. Palabras duras, precisas y de gran valor para entender lo que significa esa decisión de la mayoría (seis a tres) de la Corte Suprema de los EEUU. A la vista de un eventual triunfo de Trump.
“¡Al Capitolio!”
Los seguidores de Trump, ante la evidencia de que su líder no alcanzaría un segundo mandato por las “elecciones fraudulentas” (así definidas reiteradamente por el presidente) marcharon hacia el Capitolio. Lo pidió el propio Trump. Si bien en su defensa -y acusado de instigar la acción violenta de sus seguidores- se manifestó por despegarse de los hechos recién 24 horas después (con cinco muertos y destrozos). Alentó a sus seguidores para que promuevan que la certificación de los votos que se realizaba en ese momento en la asamblea de las dos cámaras en el Capitolio fuera abortado en contra de Biden.
Si hubiera sucedido algo similar en nuestro país -víctimas fatales y destrozos- se juzgaría y condenaría tanto a los actores materiales como a los intelectuales según su grado de participación. Aplicación del Código Penal.
En el caso del Capitolio hubo condenas pesadas:, por ejemplo, al líder Stewart Rhodes, del grupo de extrema derecha “Oaks Keepers”. 18 años de prisión por conspiración sediciosa y otros delitos. Fue la máxima condena a integrantes del conjunto de los que irrumpieron con violencia en el Capitolio.
Joe Biden dijo que su desempeño en el debate contra Donald Trump fue un "mal episodio"¿Y al autor intelectual? El juicio en su contra en vía muerta, con la demora necesaria como para que Trump pudiera ejercer su derecho a ser elegido por segunda vez. Una lectura natural. No se culpe a nadie de “tendenciosa interpretación”. No descartaron algunos analistas como Steven Levitsky, catedrático de la Universidad de Harvard, que haya sido “un intento de autogolpe”.
La confianza, herida
A partir del fallo de la Corte de los EEUU (inmunidad jurídica a sus presidentes) decrece abruptamente la confianza en la integridad del comportamiento de los Estados Unidos respecto de los países aliados, amigos. El verdadero poder de los EEUU aparece con pronóstico de erosionado por la nueva norma de “generosidad” increíble para sus presidentes. Por afuera de su constitución. Por encima del sentido pétreo de la verdadera justicia.
“Marbury vs. Madison”
A los jueces y a los abogados argentinos, particularmente, los constitucionalistas, no les resulta extraña esta referencia a un caso judicial incoado en los EEUU En las facultades de Derecho de nuestro país se analiza todo lo concerniente a este fallo en EEUU que revela la potestad del Poder Judicial de fijarle un límite el Poder Legislativo en tanto éste promulgue una ley que se considere inconstitucional. Nacía esa potestad que se encarnaba en el Poder Judicial, ya a partir de ese fallo, como facultado para controlar la constitucionalidad de leyes desde el Poder Legislativo.
Seguidores como somos en Argentina de esa regla de oro de las facultades del Poder Judicial sobre la constitucionalidad de las leyes vale preguntarse: ¿seguiremos las doctrinas y los fallos esenciales y “novedosos” (como el de la indemnidad permanente para los presidentes durante el ejercicio de su magistratura) o nos guiaremos por el buen sentido y la recta razón?
Si el referido fallo lo hubiesen dictado jueces cimeros de algún país latinoamericano es demasiado probable que fuera considerado “propio de un país bananero”.
Una jueza de la Corte Suprema de EEUU, Sonia Sotomayor, contundente y sarcástica respecto del fallo: “El presidente (de los EEUU, quienquiera que fuese) es ahora un rey encima de la ley”. Imposible mejor definición.
Pese a todas las advertencias y preocupaciones de los demócratas sobre la conveniencia de que Biden prosiga con su determinación de competir por el segundo mandato, el presidente continúa, por ahora, imperturbable. Refiriéndose al escandaloso fallo de la Corte Suprema lo calificó como “precedente peligroso” a la vez que desmoronaba el Estado de derecho generando un terrible perjuicio para los estadounidenses.
Aún a casi 120 días de las elecciones hay tiempo para un eventual cambio de candidatos del partido demócrata. Parece casi un designio que quien pudiera reemplazar a Biden es su vicepresidenta, Kamala Harris, muy activa en la gestión de iniciativas.
Sorpresas electorales
1) En el Reino Unido el contundente triunfo del Laborismo instala a Keir Tarmner primer ministro.
2) En Irán, el reformista casi desconocido Masud Pezeshkian gana en segunda vuelta de las presidenciales.
Vientos de cambio en la política mundial, seguramente. Se analizarán en la próxima columna.