Cuando el azúcar en la sangre llega a niveles altos, el cuerpo le envía señales claras que no se deben ignorar porque podrían ser síntomas de una enfermedad más grave. La clave, además de cuidar la alimentación y realizar actividad física, es prestar atención a los síntomas. Uno de ellos se manifiesta en la boca.
De acuerdo con Medline Plus, esta se produce cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o si el organismo no responde adecuadamente a las señales que envía la insulina, siendo un problema que amerita que se preste atención. Entre los síntomas, ese portal menciona visión borrosa, resequedad en la piel, mayor sensación de sed, debilidad y más frecuencia al orinar.
Cuál es el síntoma de azúcar alta en sangre que se manifiesta en los ojosPor su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) colocan su foco en algunos detonantes que, generalmente, podrían ser causantes de azúcar alto. El dolor por las quemaduras solares y su posterior estrés es uno de ellos, así como la ingesta de café, insomnio y endulzantes artificiales.
Azúcar alta: ¿cuál es el síntoma que se manifiesta en la boca?
Son diversos los síntomas que no indican que lo valores de azúcar en nuestros organismo están elevados. Uno de ellos es la necesidad frecuente de orinar, también la visión borrosa, aturdimiento y mareos. De acuerdo con la Clínica Mayo, también se siente hormigueos o debilidad en las manos y los dedos, pulgar, índice, medio y anular. La debilidad puede ocasionar incluso incapacidad para mover cosas.
Otro de los síntomas claves se manifiesta en la boca. ¿Qué significa esto? La necesidad de tomar durante todo el día, la resequedad en la boca y en la piel, también puede ser un síntoma de tener niveles alto de azúcar en la sangre. Esto puede ser una clara señal de padecer hiperglucemia.
Azúcar alta: úlceras o heridas que no sanan, otro síntoma clave
Con niveles altos de azúcar en la sangre, se puede llegar incluso a daños en los vasos sanguíneos y reducir el flujo de sangre a heridas o llagas en el cuerpo. Esto hace más lenta la cicatrización.
Así mismo, se puede debilitar el sistema inmunológico, puesto que al tener heridas expuestas o que no cicatrizan se pueden infectar y ocasionar un problema aún más grave.