Es indignante cómo se destroza el arbolado público. En abril una camioneta con una motosierra mutiló el árbol de mi vereda, con la excusa de que rayaba las carrocerías y ahora el 1 de julio le destrozaron aún más el follaje para cortar unas naranjas. No pude impedirlo porque con mis 90 años y el frío no alcancé a llegar a tiempo. ¿Entre los funcionarios no habrá un ingeniero agrónomo que les enseñe a los dueños de la empresa la correcta manera de recoger la fruta? A pesar de mi edad tengo compost y cubro el tronco con barro para proteger la corteza del dióxido de carbono. Todo eso quedó totalmente invalidado. Pongo mi esperanza en los alumnos que juraron proteger el medio ambiente que puedan realizarlo en el futuro.

Rosa Palmira Olas                                                          

General Paz 192 - S. M. de Tucumán