Glaciares en peligro: “Modificar la ley es alterar directamente las fuentes de agua”
Un glaciólogo explica por qué cambiar la normativa vigente pondría en riesgo las nacientes de ríos y la soberanía sobre los recursos hídricos, en un contexto donde provincias mineras impulsan su modificación en el Congreso.
EN LA CUMBRE. Los glaciares tucumanos se encuentran en los Nevados del Aconquija, en el límite con Catamarca. FOTO TOMADA DE TUCUMAN DESPIERTA
Imponentes y silenciosos, los hielos de montaña guardan el agua que sostiene ríos, pueblos y territorios enteros. Pero ese sosiego está a punto de quebrarse. La posible modificación de la Ley de Glaciares N.º 26.639, que el Congreso prevé debatir en febrero de 2026, vuelve a encender las alarmas en el ámbito científico y ambiental. La norma protege a los glaciares y al ambiente periglacial como reservas estratégicas de agua y establece al Ianigla (Conicet) como autoridad técnica nacional. En diálogo con LA GACETA, el licenciado en Geografía e integrante de la mencionada institución, Mariano Castro explicó en detalle por qué cambiar la ley implicaría un retroceso grave en la protección de las fuentes hídricas del país y abriría la puerta a actividades como la minería en zonas hoy protegidas. La iniciativa cuenta con el impulso de provincias vinculadas a la explotación de litio y cobre, entre ellas San Juan, Mendoza, Salta, Jujuy y Catamarca.
- ¿En qué consiste tu trabajo dentro del Inventario Nacional de Glaciares y cuál es tu rol específico como especialista en glaciares?
Soy profesional del Inventario Nacional de Glaciares. Mi rol específico es identificar, mapear y caracterizar los diferentes cuerpos de hielo de la Argentina. Es una tarea que hacemos en gabinete con imágenes satelitales, pero también he tenido un rol muy activo en la organización de los trabajos de campo y en los monitoreos que estamos llevando a cabo desde el inventario.
- Según el Inventario Nacional de Glaciares del Ianigla, ¿cuántos glaciares y cuerpos de hielo hay en la Argentina?
Los resultados obtenidos a partir de la publicación del primer inventario, que data de 2018, indica que la cordillera de los Andes tiene 16.078 cuerpos de hielo. Si a ese número le incluimos las Islas Georgias y Sándwich del Sur, serían 890 cuerpos de hielo más, lo que queda en un total de 16.968 cuerpos de hielo.
- ¿Qué regiones del país concentran la mayor cantidad de glaciares y ambientes periglaciares?
Casualmente en términos de cantidad de glaciares, las dos provincias que mayor cantidad de glaciares tienen son la provincia de San Juan, en primer lugar, y luego la de Mendoza. Con 4.572 la primera y 4.172 la segunda. En términos de cantidad, sin embargo, las reservas más grandes se encuentran en la Patagonia, en la provincia de Santa Cruz. Es decir, en las provincias de Mendoza y de San Juan hay más glaciares, pero son más pequeños. Y en Santa Cruz hay menos glaciares, pero estos tienen mayor tamaño.
- Además de los glaciares visibles, ¿qué lugar ocupan los ambientes periglaciares en el inventario y qué relevancia tienen en términos de superficie y funciones hídricas?
A medida que nos movemos en la cordillera, desde la Patagonia hacia el norte, aproximadamente en los Andes centrales, que incluyen la provincia de Mendoza y San Juan, existen otro tipo de glaciares que están dentro del ambiente periglaciar, que son los denominados glaciares de escombros o glaciares de roca o glaciares rocosos. Son cada vez más importantes en las regiones con climas más áridos del norte de la Cordillera de los Andes. Estos cuerpos de hielo son las geoformas que más contenido tienen de hielo en el ambiente periglacial. Por eso se denominan glaciares; tienen entre un 40% y un 60% de hielo en su interior. Si tienen hielo, entonces estamos hablando de que es una reserva hídrica estratégica. Tiene una función hídrica por el hecho de contener hielo en su interior.
- Desde el punto de vista científico, ¿por qué es fundamental no modificar la Ley de Glaciares vigente (ley 26.639)?
Es importante la Ley de Glaciares cómo está, porque designa al Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) como el organismo técnico autorizado para delimitar e identificar los distintos tipos de glaciares. Y el Ianigla no está por casualidad en esta ley, sino que está por toda la trayectoria científica que tiene en el tema de los cuerpos de hielo, en el tema de la criosfera en general, tanto en Argentina como en Sudamérica y también internacionalmente. Por todo ese expertise y sus antecedentes, tiene esa jerarquía para poder definir qué es un glaciar y qué no. Entendemos que eso se puede cambiar en la modificación de la Ley de Glaciares, como que lo deja librado a las provincias. Es uno de los puntos importantes.
- La ley protege no solo los glaciares sino también el ambiente periglacial. ¿Por qué es tan importante su protección?
Todas estas áreas con glaciares y con glaciares de escombros, que son las geoformas del ambiente periglacial, se encuentran en un área que tiene congelamiento. Cuando se van descongelando las capas más superficiales o se infiltra dentro de la montaña, todo esto aporta a la escorrentía de los ríos que vemos aguas más abajo. No es solamente una pequeña porción del territorio. Todo aporta a alimentar los ríos que llegan hacia los pueblos de abajo. Entonces, alterar todo este ecosistema frío que le da vida a los glaciares, a los glaciares de escombro, sería alterar directamente las fuentes de las cuales nacen los ríos de montaña, que son tan importantes para las poblaciones, que dependemos de ellas para subsistir.
- ¿Qué hay debajo de los glaciares y por qué su alteración puede generar daños irreversibles en el ambiente?
Cada caso puede ser diferente. Entendería que abajo de los glaciares, a veces, hay una veta de mineral estratégico para aquellos que quieren hacer minería. Sin embargo, me parece que es más estratégico cuidar el agua para el futuro.
- ¿Cómo trabajan otros países con los glaciares y su protección?
Argentina es un país modelo con la ley que tenemos. No todos los países tienen leyes de glaciares. Chile ha intentado tenerla pero ha tenido muchísimo debate y no lo ha logrado. Y en otros lugares quizás no necesitan ser protegidos por leyes, porque hay una conciencia de la importancia de los cuerpos de hielo. Las esferas políticas también son conscientes de ellos y los protegen. Entonces, no generan actividades en en zonas delicadas para las fuentes de agua.
- Si se avanza con cambios en la ley, ¿qué impactos podrían verse a corto y a largo plazo?
Si se avanza en la modificación de la ley, primero le van a sacar la capacidad al Ianigla para describir, delimitar e identificar los que son glaciares de los que no. Que ya lo hicimos en el primer inventario y ahora también en la actualización del inventario lo estamos ajustando y haciendo mejor, con mejores imágenes y métodos. Además, generará una flexibilidad en la protección del área que contiene a los cuerpos de hielo. Pensemos que un glaciar no es solo el glaciar per se, sino que nace y está ubicado ahí en esa ladera de la montaña por las condiciones que le dieron origen. Es decir, que esa ladera probablemente tiene una exposición, que recibe luz del sol y recibe sombra, que le protege el hielo. Entonces todo ese contexto de la ladera o ese circo de montaña han generado un lugar propicio para que ahí exista un glaciar. Si no tocamos el glaciar, pero intervenimos todo lo que está alrededor, también le modificamos la vida al glaciar y a la larga probablemente va a morir.
- Finalmente, ¿qué mensaje le daría a la sociedad sobre la importancia de proteger los glaciares y ambientes periglaciares, aún cuando muchas veces no los vemos en la vida cotidiana?
En Argentina la Ley de Glaciares es súper importante para la sociedad, porque define a los glaciares como bienes de carácter público, es decir, son de todos los argentinos. Y además los protege de cualquier actividad que pueda modificar su naturaleza. Es decir, esto que parece a veces tan simple es súper importante remarcar, porque nos hace soberanos de nuestros glaciares, que en definitiva es nuestra agua congelada en la cordillera. Pueblos enteros dependen de los glaciares para sobrevivir. Hay glaciares enormes, pero hay glaciares muy chiquitos en el norte argentino, de los cuales se escurre el agua, que luego es aprovechada por pequeños poblados o por puesteros, para que su ganado pueda alimentarse de su vega, de su humedad, de sus plantas. Si alteramos estos ecosistemas vamos a estar en riesgo para en un futuro, no a largo plazo o a mediano plazo, a corto plazo te diría. Por ello, es importante que tomemos dimensión de la importancia de esta ley, como está, y de que un organismo científico específico con trayectoria como el Ianigla sea el encargado de llevar a cabo este proceso de delimitar esos cuerpos de hielo. Es decir, un organismo independiente que está más allá de los vaivenes políticos de turno y que básicamente tiene su rigor científico en lo que hace.
Definición de glaciar y periglaciar
Los glaciares y las crioformas que actúan como reservas estratégicas de agua en la Cordillera de los Andes presentan distintas formas y tamaños, lo que permite su identificación mediante imágenes satelitales. En la Argentina conviven grandes glaciares de hielo limpio, como el Perito Moreno, glaciares cubiertos por detritos y, en el ambiente periglacial, los glaciares de escombros, que concentran una parte fundamental del hielo en regiones más áridas.
Para el Inventario Nacional de Glaciares, el Ianigla establece definiciones y criterios unificados que evitan ambigüedades y permiten reconocer estos cuerpos de hielo de manera precisa. A nivel nacional, las principales reservas hídricas sólidas se agrupan en glaciares (descubiertos y cubiertos) y glaciares de escombros, ambos esenciales por su volumen y superficie.
Los glaciares se definen como cuerpos de hielo permanentes, visibles durante al menos dos años y con una superficie mínima de una hectárea, incluyendo también campos de nieve permanentes que, aunque no siempre presentan movimiento, cumplen una función clave como reserva de agua. En tanto, los glaciares de escombros están formados por detritos y hielo congelado, con movimiento lento pendiente abajo, y son considerados las geoformas más importantes del ambiente periglacial por su alto contenido de hielo y su aporte al sistema hídrico.
Tucumán también tiene glaciares
Según el Inventario Nacional de Glaciares, la provincia de Tucumán cuenta con 122 cuerpos de hielo que cubren una superficie aproximada de 10 kilómetros cuadrados. Se trata principalmente de glaciares de escombros y manchones de nieve perennes (glaciaretes), concentrados en zonas de alta montaña como la parte oriental del Nevado del Aconquija, el sistema montañoso más alto de la provincia y límite natural con Catamarca.




















