Para Maximiliano Srur, un productor musical tucumano que tiene 21 años, no hay dudas de que generaciones y generaciones admirarán la obra y el legado del equipo dirigido por Lionel Scaloni. "Los libros dirán que La Scaloneta fue la mejor Selección Argentina de la historia", asegura. Srur forma parte de la Generación Z, la única juventud que tuvo el privilegio de festejar cuatro títulos al hilo: la Copa América 2021, la Finalissima 2022, el Mundial 2022 y la Copa América 2024. Son conquistas que desdibujan la épica de los trofeos mundiales conseguidos en 1978 y 1986, y de los 14 triunfos continentales previos logrados desde 1921.

La Generación Z (o centennials) tiene motivos para festejar a lo grande. Este logro no sólo marca una era dorada para el fútbol, sino que también consolida un modelo de trabajo en grupo y de superación difícil de conseguir. En Miami, La Scaloneta ganó con el emblemático capitán Lionel Messi en el banco, aquejado por la lesión de tobillo que lo había obligado a salir del campo. 

"Yo creo que cuando la gente abra un libro de historia del fútbol dentro de veinte años y vea que fue una Selección que ganó cuatro títulos seguidos, y de los más importantes que se pueden ganar, quedará claro cuál Selección fue la mejor", opina Maxi, quien fue consultado para esta producción junto a otros tres jóvenes de la provincia.

"Que nuestros padres se queden tranquilos"

Los centennials, hijos de la Generación X, crecieron escuchando relatos de los triunfos futbolísticos de sus padres, quienes fueron testigos de lo que, hasta ahora, había sido la mejor época del Seleccionado Argentino.


LOS DOS ÍDOLOS. Maradona alza la copa en el Mundial del 86 y Messi levanta la Copa América luego del triunfo del 14 de julio de 2024./LA GACETA - CONMEBOL

Los nacidos entre los años 60 y 80 vivieron el Mundial 1978, jugado en y ganado por la Argentina. La Selección alzó su primera Copa del Mundo al vencer a los Países Bajos 3-1 en la final disputada en el Estadio Monumental de la Ciudad de Buenos Aires. Este triunfo no sólo fue importante en términos deportivos, sino también en el contexto sociopolítico de la época, ya que ocurrió durante la Dictadura militar argentina.

Un hito relevante para los nacidos en aquella época también fue el famoso gol de Diego Maradona en el Estadio Azteca, conocido como "La Mano de Dios", y su segundo gol en el mismo partido contra Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de México 1986. A menudo llamado "El Gol del Siglo", esta anotación es considerada uno de los mejores goles en la historia del fútbol, donde Maradona gambeteó a más de medio equipo inglés antes de marcar. De aquí surge otro famoso cántico futbolístico, “el que no salta es un inglés”, trasladado de generación en generación, a pesar de que los jóvenes actuales no hayan vivido el acontecimiento que lo originó.

Además de los goles históricos de "el Diego”, el triunfo de Argentina en el Mundial de 1986 consolidó al astro como una leyenda del fútbol. En esa ocasión mexicana, la Argentina derrotó a Alemania Occidental 3-2 en la final.

Al respecto, Maxi Srur analiza: “ellos (la generación X) siempre hablaban de las celebraciones, no sólo de que fueron campeones, sino de la locura que hubo en la Argentina cada vez que se ganó un Mundial o una Copa. Lo que es vivirlo en las calles con la gente, la fiesta que se arma. Ellos lo hicieron en el 78 y el 86, pero quedó en esa época y no se volvió a repetir. En cambio, nuestra generación tuvo la oportunidad de celebrar siempre, yo lo viví a mis diecinueve, veinte y veintiún años. Si es que nuestros padres querían que viviéramos lo que ellos pudieron en aquella época, que se queden tranquilos porque pudimos lo mismo e incluso aún más”.

Llorar en 2014

Los nacidos a partir de 1994 tuvieron una experiencia muy diferente a la de sus padres. En 2006, la Argentina fue eliminada en cuartos de final por Alemania en penales, con un resultado de 4-2. La historia se repite en 2010: Alemania se impone en cuartos con una goleada (0-4). En el Mundial celebrado en Brasil en 2014, la Selección logra avanzar hacia la final, pero termina derrotada otra vez por Alemania por un gol. En Rusia 2018, la Argentina se cae en octavos contra Francia, luego de un intenso partido que acabó 3-4.

La Generación Z había crecido sólo con decepciones futbolísticas. Independientemente de esto, la Selección supo hacerse de hinchas muy fieles. “Mi cariño por ella es muy particular. Honestamente, la amé desde que tengo memoria, desde el Mundial 2010 en el que tenía 7 años. Del Mundial 2014 recuerdo esa final que me dejó devastada: tenía 10 años. En esa época, ponía en WhatsApp estados con frases como 'en este país todo es horrible, ni siquiera podemos ganar una copa’", dice Ana Benito, estudiante de Psicología de 22 años. Y añade: "desde pequeña fui muy consciente de la penas con las que carga mí país y el corazón patrio se me quebró por primera vez de manera brutal cuando percibí que se nos iba la posibilidad de tener una alegría".

Para 2018, Ana cuenta que ya estaba desesperanzada y que, por enojo e impotencia, había dejado de seguir las copas América. Por supuesto que eso cambió con el triunfo de 2021: "redescubrí la alegría y la esperanza. Recuerdo haber celebrado con barbijo en la Plaza Independencia, y que luego debí aislarme de mí familia por dos semanas por miedo al contagio de la covid-19". En el Mundial 2022, esta estudiante cuenta que conoció, por fin, la felicidad total y el clima de fiesta constante en la calle: "tanto fue así que decidí cumplir una vieja promesa y ese 18 de diciembre de 2022 me pelé la cabeza".

ADIÓS A LOS RULOS. Ana luce su cabeza rapada luego de que la Argentina ganara el Mundial de 2022./ ANA BENITO

Agradecida por ser parte de esta generación

Felicitas Ávila, estudiante de Medicina de 21 años, manifiesta que siempre estuvo orgullosa de su Selección, pero que ahora puede dar rienda a ese sentimiento con total alegría. "La primera vez que vi a la Argentina llegar a una final tenía 11 años: aún así, lloré como nunca. Ahora me llena el alma advertir cómo en cada partido los jugadores se esfuerzan por dejar al país en lo más alto", explica. Y subraya que, para ella, cada título fue motivo de una emoción grande: "es una Selección que no se cansa de darnos motivos para festejar. Me siento eternamente agradecida de ser contemporánea de esta camada. Yo solo quería ver a Messi levantando la Copa del Mundo, pero ellos siempre nos dan más. Gracias totales". 

FESTEJOS EN TUCUMÁN. La Plaza Independencia acoge los festejos de la victoria de Qatar./ ANA BENITO

Una alegría en tiempos difíciles

Lucio Varela, un estudiante de Psicología de 22 años, observa que, después de tantos fracasos, "se siente bien" tener a un equipo tan campeón. A él esto le da fuerza para afrontar una realidad socioeconómica muy amarga. "Es importante el contexto poco positivo del país en el que se dan estos títulos. Ganar en el fútbol nos ayuda a mantenernos mínimamente alegres e importantes a nivel internacional”, opina. 

La Generación Z ha vivido y potencialmente seguirá viviendo momentos históricos con la Selección Argentina. Estos cuatro títulos consecutivos no sólo representan trofeos, sino también una etapa de orgullo y unión nacional. Los jóvenes de hoy se saben y se sienten especiales por ser contemporáneos a La Scaloneta, y están tranquilos: ya nadie puede darles lecciones de gloria y, además, tienen una historia futbolística invencible para contar a las generaciones que vendrán.

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