La joroba de búfalo, conocida médicamente como lipomatosis cervical, es una acumulación anormal de grasa o tejidos en la región cervical, entre los omóplatos. Esta condición, aunque frecuentemente confundida con la cifoescoliosis, tiene causas y tratamientos distintos que es crucial conocer.
¿Qué es la Joroba de Búfalo?
La joroba de búfalo se manifiesta como una protuberancia en la zona del cuello y la parte superior de la espalda. A diferencia de la cifoescoliosis, que se relaciona con problemas óseos y curvaturas anormales de la columna debido a la osteoporosis, la joroba de búfalo es el resultado de la acumulación de grasa.
Las causas pueden ser diversas e incluyen factores como el sobrepeso, la genética, alteraciones hormonales, o niveles elevados de cortisol, una hormona relacionada con el estrés.
El consumo abusivo de alcohol y ciertos medicamentos, como inhibidores de la proteasa y algunos antiinflamatorios, también están vinculados a esta condición.
Síntomas y diagnóstico
Generalmente, la joroba de búfalo se asocia más con el aspecto físico que con síntomas graves. Sin embargo, puede provocar dolor en la región cervicodorsal y dificultad para dormir en ciertas posiciones.
La diferencia entre esta condición y la cifoescoliosis radica en que la joroba de búfalo no involucra problemas óseos, sino una acumulación de grasa.
Tratamientos disponibles
El tratamiento de la joroba de búfalo puede variar desde enfoques no quirúrgicos hasta opciones quirúrgicas:
Enfoques no quirúrgicos:
Postura y dieta: mantener una buena postura y seguir una dieta equilibrada son fundamentales para evitar la acumulación de grasa en la zona.
Ejercicio físico: la actividad física diaria y el control del peso son esenciales.
Fisioterapia: Se recomienda varios métodos:
Estiramientos de la musculatura implicada, como los pectorales y trapecios.
Reeducación postural para corregir la posición de la columna.
Movilización de miembros superiores y terapia manual, como la manipulación de la zona o drenajes linfáticos.
Electroterapia, incluyendo técnicas como láser, cavitación, diatermia por radiofrecuencia, y depresoterapia.
Opciones quirúrgicas:
Liposucción: aunque es una opción, su uso para tratar la joroba de búfalo es debatido. La liposucción puede ser dolorosa y conlleva una recuperación prolongada. Además, puede afectar los ganglios linfáticos en la zona cervical. Los especialistas, como Rodríguez Aranda, sugieren considerar primero tratamientos menos invasivos antes de optar por la cirugía.