Demostró que está más que listo para asumir grandes responsabilidades. Máximo Levi, una de las últimas incorporaciones de San Martín de Tucumán, cubrió la ausencia de Juan Orellana contra Talleres Remedios de Escalada con una precisión y una determinación que hicieron parecer que llevaba años con la camiseta “rojiblanca”. Su actuación no sólo garantizó la solidez defensiva en el equipo, sino que también creó un problema positivo para Diego Flores en términos de competitividad.

“Me sentí muy cómodo. El grupo facilita las cosas. Hay jugadores bárbaros que hacen que todo parezca y sea un poco más fácil. A Agustín Dattola lo conocía de haberlo enfrentado y tenemos una buena relación. Por suerte todo salió bien”, le dijo Levi a LA GACETA.

El zaguero central de 28 años no titubeó y confirmó que ya estaba preparado para este tipo de desafíos. “Mi idea es disfrutar el momento con San Martín, aprovecharlo. Es un club muy muy grande y estoy contento de estar acá”, agregó el defensor.

Su camino hasta este momento ha sido una travesía interesante que incluyó una experiencia significativa en Hapoel Beer Sheva, club que milita en la primera división de Israel. “Es un club hermoso y la única posibilidad que tenía de quedarme ahí era nacionalizándome. Gracias a Dios se dio, sino me tenía que ir a préstamo a otro equipo. Llegué en la última etapa del torneo y disputé 13 partidos; nueve por el campeonato y cuatro por la Copa de ese país”, explicó Levi.

Mientras disfrutaba del desafío competitivo y del desarrollo profesional, Levi también enfrentó las duras realidades de una región afectada por la guerra con Palestina. A pesar de la satisfacción y el crecimiento que experimentó en el ámbito deportivo, los bombardeos y las tensiones derivadas del conflicto hicieron que su tiempo allí fuera una montaña rusa emocional. “Pasé situaciones muy complicadas. Estaba con mi familia y de un momento a otro, teníamos que meternos en un búnker. Jamás nos acostumbramos a eso”, aseguró Levi, quien había consultado con sus compañeros de equipo sobre este aspecto. “Eso me hizo mucho ruido y me hizo pensar en volver a Argentina. Ellos estaban acostumbrados; al otro día de los bombardeos la gente hacía vida normal. Tenía miedo de salir del departamento”, explicó.

“Tenía un compañero argentino Mariano Bareiro que ya lo tomaba con naturalidad, por así decirlo”, agregó.

EN ISRAEL. Levi aseguró que disfrutó de lo futbolístico, pero padeció las consecuencias de la Guerra.

Cuando San Martín se presentó como una opción, Levi no dudó en aceptar el desafío. En Tucumán, el defensor encontraba un entorno más seguro que le permitía concentrarse plenamente en su carrera y en su desarrollo futbolístico sin las preocupaciones adicionales que enfrentó en Israel.

“Me llamó Diego (Flores) para venir, me contó lo que era el club y el buen grupo que hay, tanto en lo futbolístico como en lo humano. Eso me convenció para venir”, dijo. “Me dijo que quería que esté acá, que lo podía ayudar, que viniera así tenía competencia en mi posición”, sentenció.

Su llegada a Bolívar y Pellegrini no fue una casualidad sino el resultado de una serie de eventos que comenzaron con su destacada actuación en Defensores de Belgrano. Su rendimiento con el “dragón” no pasó desapercibido y le abrió las puertas a una nueva oportunidad en la Primera Nacional. “Defensores fue muy importante para mí. Estuve tres años y guardo los mejores recuerdos”, afirmó.

Allí dejó varios amigos y conocidos que le dieron algunos consejos sobre el “mundo San Martín”. “Hablé con Pablo (Frontini) y (Nicolás) Benegas. Me contaron maravillas del club. También me comentó un poco Matías Ignacio García con quien compartí en Defensores. ‘Es una locura futbolística e institucionalmente’, me dijeron. Ya me había tocado jugar con la gente en contra y la verdad que es increíble. Tampoco es que había mucho que preguntar, sé de qué se trata el club”, aseveró.

Si bien crecen las chances de que Orellana vuelva al equipo titular, Levi no desvía su mirada del objetivo y ansía cumplir desde el lugar que le toque.

El defensor, que tuvo pasos por San Lorenzo, Los Andes, Tristán Suárez y el ascenso mexicano, espera seguir aportando al funcionamiento del equipo.

“Estamos preparados para el partido contra Estudiantes de Caseros y vamos a tratar de hacer todo lo posible para seguir primeros. En esta categoría, todos los rivales son durísimos y le quieren ganar a San Martín”, concluyó el defensor, la grata revelación del líder.