La función de los servicios de inteligencia es la protección del país, de ataques externos o internos. Por actos de guerra como los de Irán en el caso AMIA y de la embajada de Israel, o terrorismo como el asesinato del fiscal Nisman. La SIDE o AFI nunca sirvieron para protegernos, sino que estuvieron al servicio de un partido político para operaciones en contra de determinadas figuras, silenciamiento de la prensa o asuntos internos “pesados”. La reforma de los sistemas de inteligencia, sean de la nueva SIDE o los servicios de las fuerzas armadas, son fundamentales para crear instituciones limpias y patrióticas y no grupos de tareas ilegales al servicio de políticos corruptos. Darles para “libre disposición” 100.000 millones de pesos, sin una reforma profunda, es una locura o una actitud propia de un fascista, que necesita operar contra periodistas y opositores políticos. Los argentinos votamos contra las mafias, contra la impunidad, contra el cajoneo de causas de corrupción. No necesitamos más burócratas dedicados a sus negocios sucios. Tampoco más violencia contra los jubilados. Necesitamos soluciones económicas, no repartijas de dinero. Queremos justicia, jueces probos, personas eficientes en la administración de los asuntos de Estado y no parientes o amigos de los mandamás. No repitamos siempre los mismos errores.
Esteban Tortarolo
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