Dieciocho personas, entre ellas dos niños, murieron al derrumbarse un vertedero en Kampala, la capital de Uganda. El sábado, cuando ocurrió la tragedia, se había informado sobre ocho fallecidos -seis adultos y dos niños- tras el derrumbe en un vertedero en el norte de la ciudad, pero ayer ese número subió a 18.
Los medios locales describieron cómo casas, personas y animales fueron engullidos por el corrimiento de tierras en el vertedero de Kiteezi tras fuertes lluvias.
La Autoridad de la Ciudad Capital de Kampala (KCCA, por su siglas en inglés), que gestiona el recinto, afirmó que 14 personas habían sido rescatadas y trasladadas al hospital.
Imágenes del lugar mostraban a una excavadora removiendo montones de basura ante la mirada de una multitud de vecinos.
La KCCA declaró que se había producido un “fallo estructural en la masa de residuos que provocó el derrumbe de una sección del vertedero”.
El “Daily Monitor”, un periódico independiente de Uganda, afirmó en su sitio web que el jefe de la autoridad municipal, Erias Lukwago, había advertido en enero que las personas que trabajaban y vivían cerca del vertedero enfrentaban numerosos peligros para la salud debido al desbordamiento de residuos.
El alcalde Lukwago declaró que el vertedero, que se extiende por 14 hectáreas, estaba lleno a reventar. “Es un desastre y se veía venir”, añadió.
Al menos 192 personas fueron asesinadas en un ataque contra un campamento de refugiados en el norte de UgandaEl portavoz de la policía de Kampala, Patrick Onyango, indicó a periodistas que se recuperaron 14 cadáveres el sábado y otros cuatro ayer.
Onyango también declaró que, según estimaciones, “unas 1.000 personas se han visto desplazadas por el incidente”.
El presidente, Yoweri Museveni, ordenó a las fuerzas especiales del ejército que ayuden en la operación de búsqueda y rescate, y exigió saber cómo se permitía a la gente vivir cerca de un “montículo potencialmente peligroso”.
Museveni aseguró en un comunicado publicado en X que también ordenó pagar a las familias de las víctimas cinco millones de chelines ugandeses (1.300 dólares) por cada víctima mortal y un millón de chelines (260 dólares) por cada herido.