El resultado no modifica la historia: Tafí del Valle alojó por primera vez un partido de la Liga Tucumana. Un hecho sin precedentes para el fútbol tafinisto. La fiesta fue casi perfecta: la batucada, el humo, las banderas, los fuegos artificiales y los cientos de vecinos ambientaron la cancha del club Entre Ríos, que fue la sede del duelo entre Unión del Valle y Central Córdoba correspondiente a la Primera B liguista. Pero la jornada no sólo se centró en el plato fuerte, sino que hubo ciertas perlas que estuvieron dentro y fuera del campo de juego.

El fútbol femenino abrió el evento. El enfrentamiento entre Las Gauchitas y Río de La Plata precalentó los motores de los fanáticos que se acercaron al estadio de los “Chiñis”. “La palabra significa zorrino, y es el apodo por el que se conoce a Entre Ríos. Hay dos versiones: una por la raya blanca de la camiseta que es la alternativa de Vélez; la otra es por el mal olor que desprendían los jugadores, jajaja”, comentó Javier Federico Astorga, integrante de la Comisión Directiva de Unión del Valle, mientras señaló una de las caricaturas que estaban dibujadas en una de las tribunas del club. Ambos equipos propusieron y buscaron el gol. Aunque la imprecisión fue la protagonista del duelo, que finalizó sin emociones.

El sitio no fue casualidad. Los dirigentes alegan que el campo de juego es un punto estratégico debido a que conecta tanto a El Mollar como a Tafí del Valle. “Es la cancha más nivelada. La topografía de Tafí del Valle atenta contra los campos de juego. Todos los demás están inclinados. Además no hay ninguna que sea totalmente de pasto”, indicó Jorge Moya, presidente de Unión del Valle y de Defensores del Mollar. “Contamos con la cancha de Defensores y la de Los Cuartos como respaldo”, agregó. 

Según las autoridades del club, Tafí del Valle pertenecía a la Liga de Santa María. De este modo, Unión del Valle cambió de jurisdicción, luego de una petición al Consejo Federal. “Los equipos de Amaicha todavía juegan ahí”, puntualizó Astorga.

El partido de la Reserva coincidió con el almuerzo y los hinchas tafinistos reconocen que tienen un menú especial. No, no es el choripán como suele suceder en el resto de los estadios del país, sino algo más tucumano: el sánguche de milanesa. “Es una tradición de nosotros. Los niños y los grandes siempre eligen eso para comer”, comentó Astorga. Claro; la cancha poseía dos puestos para conseguir el manjar: uno en una especie de “palco” principal en el que estaban los dirigentes de Unión del Valle; y otro cerca de la entrada del club.

PARTIDO TRABADO. Unión del Valle y Central Córdoba no mostraron un buen juego. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

Minutos previos al inicio del duelo, los jóvenes realizaron los movimientos precompetitivos. El suceso dio pie a una anécdota sobre el inicio de Unión del Valle. “La primera convocatoria hubo más de 200 chicos. No teníamos pelotas. Entonces, lo que hicimos es que cada club que estaba representado dentro de Unión lleve dos pelotas para que podamos entrenar. Yo lleve dos de Entre Ríos. Todo fue muy a pulmón y nos lleva de orgullo que hoy tenga para hacer movimientos precompetitivos. Es el resumen de cómo nació el club”, describió Astorga. “El nombre lo pusimos en la segunda reunión. Fue aprobado por unanimidad y la idea era unir a Tafí con El Mollar”, añadió. La primera prueba de la jornada fue superada (Unión del Valle ganó 3-2 con doblete de Dalexander Álvarez y uno de Federico Álvarez). 

El color

Raúl Guanco, presidente del club Barrio San Martín e integrante de la CD de Unión del Valle, fue el encargado de darle color al partido. “Nosotros tenemos experiencias en el torneo local. Siempre contratamos batucadas porque no tenemos músicos de ese estilo en el pueblo. Ellos vienen de Santa María, pero generalmente traíamos a los chicos de San Martín de Tucumán. La gente y los sponsors colaboraron mucho para la batucada. Nosotros gastamos alrededor de $500.000 para hacer una pequeña fiesta con fuegos artificiales y la música”, indicó. “No hay cánticos. Tenemos que organizarnos para tener una barra que nos aliente en todas partes. La tradición es sentarse a ver fútbol”, completó Astorga.

RECIBIMIENTO. Los hinchas de Unión armaron una fiesta cuando salió el equipo. Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

Donación

En cuanto a Barrio San Martín, el presidente contó que el club mantiene los colores y el escudo del “Santo” capitalino. “Nosotros estamos ubicados en el Casco de Estancia, que tomaba Tacana y Los Cuartos. Nos separamos de Los Cuartos, y usamos ese nombre porque el barrio se llama así. Y también aprovechamos de usar el mismo escudo. No tenemos una relación formal con San Martín, pero siempre intentamos tejer lazos. Aunque hace dos años, ellos nos donaron un par de butacas para el club”, contó.

Unión del Valle continúa en proceso de desarrollo. Roque Armella, encargado de prensa del club, contó el proceso creativo del escudo. “Todo se inició una tarde de febrero, que estaba haciendo otros laburos de diseño gráfico, pero me picó el “bichito” de probar algo. La forma circular la tenía planeada, y también que tenga los iconos tradicionales de Tafí: el cerro, el dique y demás componentes que nos representan. También tomé de referencia el escudo de las Chivas de Guadalajara, pero con adaptaciones a los Valles Calchaquíes”, retrató.

Astorga, por otro lado, adelantó que se realizará una encuesta para definir el apodo del club. “Manejamos tres posibilidades: el Cóndor, porque es el animal de la zona; el Cacique, como Colo-Colo; y los Diaguitas. En el primer partido, nos insultaban con que éramos coyas, pero nosotros no somos de esa comunidad, sino somos Diaguitas”, comentó.

Directiva y Cacica

Luján Sequeira Díaz es una de las pioneras de Unión del Valle. “Además de que me gusta el fútbol siempre fui colaboradora del club La Plata, que está en el barrio La Angostura. Desde los 21 años que soy delegada y me sedujo el proyecto de Unión. Como soy conocida, me propusieron como secretaria y acepté porque conozco a la mayoría de los jóvenes de El Mollar. Espero que esto pueda brindarles una oportunidad”, comentó la joven, que valoró el apoyo de los 800 tafinistos. “Es mucho trabajo. Implica una gran logística. Además, me encargo de todo lo que es el cargado de planillas con dos horas de anticipación. También le colaboró a las mujeres que vienen a vender de todo”, agregó.

Sequeira Díaz, asimismo, contó que el 19 de mayo fue electa como cacica de La Angostura. “Es un cargo ancestral. Tenemos un padrón comunitario en el que votan los mayores de 16 años, como en las elecciones comunes. Tengo la responsabilidad de suplir todas las necesidades de la comunidad, como la falta de agua y demás. Estamos tratando de habilitar un centro comunitario y gestar alianzas. Soy la representante legal porque la comunidad indígena cuenta con personería jurídica”, expresó.

FESTEJO. Los jugadores de Foto de Osvaldo Ripoll/LA GACETA.

El debut

La salida de la Primera de Unión del Valle fue recibida con aplausos y gritos de apoyo. Brian Pastrana y estuvo a nada de marcar el primer gol de los locales. Tras una mala salida de Central Córdoba, el “9” quedó cara a cara con Jean Franco Miguel Yenalde. El delantero lanzó un remate centrado y el arquero de “CC” supo controlarlo.

El lateral Ángel Alderete protagonizó una situación similar, aunque no fue efectivo en la definición. Mientras tanto Central Córdoba intentó manejar la pelota, aunque no generó ninguna ocasión clara. Así, el primer tiempo finalizó sin goles. “No entrenamos en las circunstancias que nos gustarían. El “profe” está viviendo un momento muy duro con su hermano al que le hicieron una cirugía de más de 12 horas. Es muy difícil. Son cosas que nos afectan a todo el grupo”, expresó. “Fue muy complicado jugar. Muchos no estamos acostumbrados a hacerlo en la altura. Hubo muchos chicos que se descompusieron; pasamos momentos malos. Ellos tienen un juego muy físico y nos complicaron demasiado. Golpeamos en el momento justo y nos refugiamos”, añadió.

Central Córdoba, en tanto, golpeó en el inicio del complemento. Desde un tiro libre desde el vértice izquierdo, Rubén Cantero colocó la pelota en el segundo palo del arco de Nicolás Pereyra y marcó el 1-0.

A partir de allí, el equipo capitalino se replegó en defensa siendo un muro para los locales, que no generaron ninguna ocasión de peligro. “Estábamos muy ilusionados por este partido. Estuvimos lejos del rendimiento y del juego que debíamos desarrollar. Estuvimos muy imprecisos en la mitad de la cancha. Ellos sólo disputaron las segundas pelotas y ganaron por un gol de tiro libre. Nos merecíamos un empate. Ellos hicieron exceso de tiempo y se llevaron tres puntos”, declaró Oscar Gramajo, DT de Unión del Valle.

El entrenador de Central Córdoba, Ricardo Chacón, le restó importancia a los efectos de la altura. “No fue nada novedoso; todo normal. Lo que nos costó fue el viaje. Hubo varios chicos que se descompusieron, pero de ahí en más no pasó nada. Es un lugar espectacular para jugar al fútbol. La cancha está muy bien cuidada y el paisaje es tremendo. Nos acompañó el día. Está bueno que incluyamos a equipos de distintas partes de la provincia”, señaló.

El debut de Unión del Valle no fue el esperado. Pero, los jugadores y los hinchas deben levantarse lo más rápido posible; y, por qué no, fortificar un “pucará” en las alturas de Tafí.