La Generación Z (abarca a los nacidos desde 1994) está lidiando con niveles de ansiedad sin precedentes. En este clima atravesado por los problemas de salud mental, hay quienes se preguntan si el consumo de marihuana podría ser una solución o parte del problema. Un estudio científico reciente, que abarcó a 12 millones de personas, advierte que, a mediano plazo, el uso del cannabis podría empeorar los síntomas de ansiedad.
Aunque los datos no están al día, el consumo de marihuana entre los jóvenes va en aumento en la Argentina. Según un informe de 2017 de la Sedronar (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina), es la droga más popular del país. En Córdoba, por ejemplo, el 7% de la población ya la probó a los 14 años: el número salta al 40% para los 18.
Pero, ¿qué pasa cuando se mezclan marihuana y ansiedad? El cannabis contiene THC y CBD, componentes que pueden afectar el estado de ánimo. Mucha gente la usa para calmar los nervios, pero, ¿es realmente una buena idea? El informe científico más extenso hasta el presente concluye que esta clase de empleo puede agravar la situación con el tiempo.
El trabajo se desarrolló en Canadá, donde la marihuana recreativa es legal, sobre la base de la experiencia de 12 millones de personas y con el financiamiento del Canadian Institutes for Health Research (Instituto de Investigaciones en Salud de Canadá). Según la investigación publicada en The Lancet's eClinical Medicine, casi un tercio de quienes visitaron el servicio de emergencias médicas por un problema relacionado con el cannabis desarrollaron un nuevo trastorno de ansiedad en los tres años siguientes. El riesgo es especialmente alto entre los usuarios más jóvenes (comprende desde los 10 a los 24 años), y, en particular, entre los hombres.
Los expertos aún debaten si el consumo de cannabis causa ansiedad o si, en muchos casos, los usuarios ya tenían síntomas de ansiedad sin diagnosticar, lo que los llevó a automedicarse. Sin embargo, los autores del estudio desaconsejan el uso de cannabis para tratar la ansiedad, argumentando que puede retrasar tratamientos basados en evidencia como la medicación y la terapia, o, incluso, empeorar los síntomas.
Además, un estudio de 2020 en el Journal of Translational Medicine señaló que el THC, el principal ingrediente psicoactivo del cannabis, tiende a aumentar la ansiedad, mientras que el CBD, otro derivado del cannabis, puede reducirla. Otro estudio de abril de 2023 documentó un aumento en las visitas a emergencias por efectos psiquiátricos del cannabis en Michigan tras la legalización de la droga en 2018, con casi el 20% de los casos relacionados con la ansiedad inducida por cannabis.
En conclusión, los estudios no afirman que cause directamente ansiedad. Sin embargo, los datos revelan que ambos fenómenos sí están relacionados. A pesar de esto, los expertos no recomiendan su uso prolongado: según el especialista en psiquiatría Peter Roy-Byrne en el New England Journal of Medicine, usar cannabis como "curita" para los síntomas de ansiedad puede mejorar temporalmente el estado de ánimo, pero probablemente empeore los resultados con el tiempo.
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