Con los tres homicidios registrados en menos de 24 horas y a 300 metros de distancia, San Cayetano pasó a ser el sector más violento de la provincia en lo que va del año. Ocho de los 35 crímenes contabilizados en Tucumán se produjeron en esa zona de la capital. Un rótulo que genera temor entre los vecinos y alerta entre las autoridades que anunciaron incrementar la presencia policial en el lugar.

Una pelea por una deuda de $40.000 generó el único doble homicidio ocurrido en el año. Se registró el jueves cerca de las 23 en Anselmo Rojo al 400. La noche anterior, a tres cuadras de ese lugar y casi a la misma hora, Jorge David Álvarez (22 años) murió al recibir un disparo en el pecho por parte de Julián Francisco Delgado (22) que hoy será formalmente acusado de ese crimen por el fiscal Pedro Gallo. “Los ‘changos’ aquí están locos. Todo lo resuelven a los tiros. Se andan haciendo los hampones en la calle y así terminan. Asesinados a balazos y encerrados en la cárcel. En este barrio no hay futuro”, aseguró Juan Carlos Ramírez.

Violencia sin fin

En el barrio 20 de Junio nadie pudo relajarse. Mientras velaban los restos de Álvarez, otra balacera alteró la paz. En esta oportunidad, perdieron la vida José María Altamirano (37) y su hijo Santiago Ramiro (19). “Fue una desgracia. Hubo montón de disparos y por eso me sorprendió que sólo hayan sido lesionadas dos personas nomás. Fue una locura”, declaró Ramírez.

En un primer momento se sospechó que el móvil del doble homicidio podría haber sido por una cuestión de drogas. Pero esa teoría quedó descartada con el correr de las horas. Fueron dos muertes generadas por la violencia intravecinal agravada por un trasfondo del préstamo ilegal de dinero, según los indicios que recogieron personal de Homicidios que actuó bajo las órdenes de los comisarios Susana Monteros, Juana Estequiño, Diego Bernachi y Miguel Carabajal, dirigidos por el fiscal Gallo.

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“’Tío’ yo le voy a decir la justa. Aquí hay mucha gente que está muy ‘loca’ (NdelaR: bajo el efecto de alguna droga) y sabe que tiene que estar ‘pilla’ para poder seguir viviendo. Todos andan o tienen en casa un arma”, explicó Jonathan Castro, un joven que aseguró haberse “recatado” gracias a la ayuda de Dios.

PRESENCIA POLICIAL. Los vecinos piden más control en las calles del barrio.

“Chueco” es hijo de un reconocido asaltante conocido como “El Patón” y se dedicaría a prestar pequeñas cantidades de dinero a personas del vecindario que no pueden acceder a créditos. El jueves por la noche, en un Fiat Argo, acompañado por cuatro jóvenes, interceptó a dos albañiles que circulaban en una moto para reclamar el pago de una deuda de $40.000. De la discusión pasaron a los golpes. Los Altamirano salieron en defensa de los agredidos y los “apretadores” terminaron huyendo.

El desenlace

Los agresores regresaron a los pocos minutos. Los cinco volvieron a cobrar venganza. “Chueco” y un tal “Gallo” habrían bajado con armas de fuego y, al descubrir a las víctimas, comenzaron a disparar contra ellos. “Dicen que los mataron como a perros. Cuentan que el padre, para tratar de salvar a su hijo, lo abrazó. Por eso habría recibido un montón de tiros”, explicó Juana García. El joven falleció en el CAPS del barrio, mientras que su progenitor fue trasladado hasta el hospital Padilla, donde llegó sin vida.

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Tres ocupantes del vehículo se quedaron en el lugar. “Cuenca”, “El Menor” y “El Negro” fueron demorados por los miembros de la fuerza. Uno de ellos aportó datos claves para que se esclareciera el doble homicidio. El fiscal Gallo ordenó que se les informara que serán investigados por el caso, pero no los aprehendió. Sí pidió la detención de los supuestos autores. Desde ayer a la madrugada, la Policía realizó varios allanamientos para capturarlos.

Tiempos difíciles

Cuentan en el barrio 20 de Junio que los tres liberados tuvieron que huir de sus casas. “Siempre pasa lo mismo cuando hay una muerte, seguro que viene algún vuelto. Podrá pasar un día, una semana o meses, pero tarde o temprano alguien se cobrará venganza”, aseguró Fernando López.

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Brisa Jiménez dijo que no está sorprendida por lo que ocurre en la zona. “Me crié en el barrio. Me cansé de ver a mis compañeros de estudios y amigos hacerse los picantes porque estaba de moda. Chicos jóvenes que después empezaron a consumir y terminaron perdidos. Varios de ellos caen presos o terminan muertos porque los matan o se suicidan. Esto pasó durante años. ¿Cuáles creen que pueden ser los resultados?”, se preguntó la empleada de comercio.

“Sí anda la Policía, especialmente los fines de semana, corriendo al ‘changuerío’ que se junta en las esquinas. Para que esto se solucione deberían hacer todos los días lo mismo”, opinó Esteban Ruiz.

El jefe de Policía, Joaquín Girvau, dijo que, además de capturar a los responsables de este crimen, intensificarán los operativos en San Cayetano. “No vamos a permitir que se apoderen de las calles. Vamos a acabar con ellos porque los perseguiremos día y noche”, señaló.