“Llegué desesperado alrededor de las cuatro, tomé un balde y me lancé a tratar de pelearle al fuego con el agua que sacaba de un tacho. Pero todo resultó inútil porque las llamas no se detenían y terminaron por devorar varios locales”, relató Julio Nieva, uno de los artesanos de los puestos de venta ubicados frente a El Indio que resultaron dañados por un devastador incendio que se desató en la madrugada de ayer en ese lugar ubicado sobre la ruta 307 que conduce a los Valles Calchaquíes. La situación, según el hombre, adquirió mayor dramatismo cuando llegaron los bomberos de Monteros y no pudieron actuar porque no salía el agua del camión hidrante. Más tarde llegaron los de Tafí del Valle. Fueron estos los que finalmente pudieron sofocar el fuego que destruyó totalmente ocho negocios, entre ellos una confitería, de un total de 28 (con daños menores) instalados en ese sector constituido en un mirador o lugar de descanso al que arriban los turistas.

Represión

Los damnificados cortaron la ruta 307 en demanda de la presencia de autoridades de gobierno. Tenían la intención de reclamarles solución a la emergencia que le generó la pérdida de sus mercaderías. Sin embargo al lugar llegaron más de una veintena de efectivos de la Infantería de la Regional Oeste que procedieron violentamente a desalojar a los manifestantes de la ruta. En la zona habían quedado varados numerosos vehículos. “Queríamos que la Provincia nos mande a alguien para que escuche y gestione respuestas a la dramática situación que padecemos ahora a raíz del incendio. Es que nos quedamos sin nuestra fuente de ingresos. Sin embargo nos mandaron a uniformados que con gases y balas de gomas nos agredieron”, comentó Liliana Díaz.

EN RUINAS. Algunos puestos no cayeron, pero el daño fue muy grande.
UNIFORMADOS. Los Bomberos y la Policía intervinieron en el caso.

Una fuente policial dijo, en cambio, que la trifulca se generó en realidad ante la resistencia de los manifestantes a liberar el paso. Estos habrían lanzado piedras y otros objetos a los efectivos. Después del incidente, el jefe de la Regional Oeste, Marcos Goane, acompañó a un contingente de damnificados a Casa de Gobierno. Ahí se entrevistaron con el secretario de Gobierno, Raúl Albarracín. El funcionario les anunció: “medidas tendientes a contribuir a que las familias damnificadas superen el difícil momento que atraviesan”. “Hemos activado un equipo de trabajo interministerial para ofrecer una respuesta integral y efectiva. Así, Interior y comunas de la zona y otros ministerios, están en este momento colaborando con distintas ayudas a los artesanos”, aseguró.

Un incendio destruyó todos los puestos de venta de artesanías en el Monumento al Indio

Desolación y angustia

Se desconoce fehacientemente el origen del incendio, pero los vendedores sospechan que fue intencional. “Aquí no hay electricidad y un brasero que habría quedado supuestamente encendido tampoco puede ser la causa de semejante siniestro”, dijo Nieva. Sin embargo, un empleado que cuida los sanitarios instalados en el lugar, planteó la posibilidad del origen en un grupo electrógeno. Dijo que fue alrededor de las 3.15 cuando escuchó una explosión y, al salir a ver lo que sucedía, observó que un negocio ardía. No pudo hacer nada pues estaba solo y, según dijo, solo atinó a llamar a los Bomberos.

DAMNIFICADOS. Los artesanos perdieron todo y piden ayuda estatal.

Ayer la zona ofrecía un aspecto devastador. Objetos de arcillas, maderas, tejidos, muebles y electrodomésticos, entre otros, se exhibían confundidos entre las cenizas. “Aquí todo lo que se levantó fue con esfuerzo. Nunca hemos pedido nada. Son muchos años de esfuerzo que de un momento a otro quedaron consumidos por el fuego”, dijo Mercedes Valdez. “Mi padre Néstor inició este emprendimiento hace 45 años. En este sitio funcionaba también una confitería. No quedó nada”, lamentó entre lágrimas. “Ningún puesto que se salvó de ser destruido puede funcionar a raíz de las condiciones en las que quedó este lugar. Por eso pedimos que nos ayuden a reconstruirlo”, apuntó Oscar Díaz. Estimaron que el mirador de El Indio permite trabajar a más de 100 personas. “En cada puesto hay una familia con cuatro personas al menos, Todos vivimos de la venta de artesanías, comidas y dulces. Además a veces auxiliamos a turistas que se quedan varados aquí por distintos problemas y también los guiamos. No solo nos dedicamos a vender”, concluyó Díaz.