Los tres policías detenidos por la agresión que sufrió Franco Ezequiel Almirón, el joven de 22 años que recibió un disparo en el rostro en Martín Berho al 2.000, fueron imputados por los delitos de tentativa de homicidio agravado y encubrimiento agravado. Estarán 90 y 45 días bajo prisión preventiva.

En una audiencia realizada ayer, la auxiliar de fiscal Luz Becerra planteó ante las distintas partes involucradas en el caso ciertas irregularidades con las que se encontró el personal de la Fiscalía de Homicidios II que conduce Carlos Sale al investigar el violento ataque y al tratar de identificar a los autores.

Según señaló Becerra, todo se desencadenó a partir de una denuncia realizada el 29 de agosto alrededor de las 9 por una vecina de la calle Martín Berho al 2.000 en la que alertaba que había disturbios y peleas protagonizadas por un grupo de jóvenes que se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas a pocos metros de su casa.

A partir del llamado tres efectivos del Grupo Especial de Apoyo Motorizado (GEAM) se presentaron en el lugar. Una de las motos era dirigida por Tomás Gabriel Aráoz, mientras que Luis Héctor Lobo conducía el otro vehículo trasladando al cabo Javier Nicolás Medina Quintana, quien llevaba una escopeta antitumultos.

Según la teoría del caso del Ministerio Público Fiscal, Medina Quintana se bajó del rodado, le dijo al grupo de jóvenes que se quedara quieto y con una escopeta provista por la repartición policial “abusando de su función y con firmes intenciones de causarle la muerte le realizó un disparó dirigido a la cara a Franco Ezequiel Almirón provocándole heridas de gravedad por las cuales se encuentra internado en estado crítico en el Centro de Salud”.

Irregularidades

La representante del MPF sostuvo que luego de que se produjo el disparo, Medina se subió nuevamente al vehículo y así los tres motoristas se fueron del lugar sin auxiliar al herido. Además informó que ninguno de ellos puso en conocimiento a sus superiores de lo que había ocurrido en el lugar y que la Unidad Fiscal se enteró de lo sucedido a raíz de una denuncia que realizó la hermana de la víctima en la comisaría 10ª pasadas las 11.

“Según la denuncia de la mujer, su hermano se encontraba en una gruta consumiendo bebidas alcohólicas con unos amigos cuando llegaron policías del GEAM de manera sorpresiva y sin mediar palabra uno de ellos hiere en el rostro a Almirón, por lo que uno de sus hermanos tuvo que llevarlo en su auto particular hacia el Centro de Salud por la gravedad de sus heridas”, dijo Becerra.

El fiscal Sale se presentó en la escena de la agresión junto al personal del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF). Allí dos testigos presenciales le dijeron que fueron miembros del GEAM quienes dispararon a Almirón. El titular de la UFI le solicitó al jefe de la División Especializada los nombres de los motoristas que estuvieron trabajando en la jurisdicción y fue así que logró identificar a Medina Quintana, Lobo y Aráoz y dispuso la aprehensión de los tres. “Hasta ese momento no habían dado aviso ni el jefe del GEAM, ni el jefe de la comisaría 10ª, ni ningún policía de algún incidente ocasionado con intervención del personal policial; cuando en situaciones como estas los propios participantes del incidente son quienes dan aviso a las autoridades y se comienza la investigación de por qué fue necesario que el policía realizara disparos a una persona provocándole una herida. En este caso estábamos con el fiscal en el lugar del hecho intentando identificar quién era el personal policial que habían mencionado los testigos. Esto hizo presumir al fiscal que los imputados entorpecieron la investigación”, planteó la auxiliar de fiscal.

Becerra imputó a Medina Quintana de ser autor del delito de tentativa de homicidio agravado por haberse cometido con abuso de funciones por un empleado policial. A Lobo y Aráoz los acusó de ser coautores del delito de encubrimiento por no haber denunciado estando obligados a hacerlo, agravado por ser un hecho grave y por ser funcionarios públicos.

Distintas versiones

Luego de escuchar a la investigadora, los tres motoristas negaron las acusaciones, dieron su versión de los hechos y explicaron que no informaron de la existencia de un herido porque no sabían que uno de los proyectiles había impactado contra Almirón.

Medina Quintana dijo que al llegar observó que uno de los presentes tenía un machete en su mano. “Yo cargué la escopeta y se produjo accidentalmente el disparo sin percatarnos de que había herido a una persona. En ese momento las demás personas que se encontraban en el lugar se abalanzaron ante nosotros; yo sentí golpes en mi espalda con piedras y botellas, por lo tanto nos replegamos para poder salir del lugar ya que temíamos por nuestra vida. Nos subimos a las motos y desde allí yo hice un disparo disuasivo hacia el aire para poder desplegarnos. Luego paramos a cinco cuadras del hecho. Lobo le comunicó al 911 lo sucedido y desde el 911 nos dicen que sigamos con el recorrido. Aproximadamente 30 minutos después me llamó mi jefe y me dijo que había una persona herida por lo que nos hizo bajar a la base para interiorizarse de los pormenores de la situación. Nunca tuve la intención de matar a Almirón”, declaró acompañado por su abogado Jorge Medina.

Lobo (representado por el defensor Adrián Palina), indicó que al llegar a la gruta él mismo dio la voz de alto a los presentes -según él entre seis o siete- y sus dos compañeros bajaron de la moto mientras él estacionaba el vehículo. “Los masculinos levantaron las manos, uno de ellos tenía una botella de vidrio entonces Aráoz se acercó a él para que la bajara. Había un machete en el piso y el otro en una zona no tan cercana a nosotros. Cuando estaba estacionando la moto sólo observé que Medina remontó la escopeta y luego sentí que se produjo la detonación, vi que apuntaba la escopeta hacia el piso; los masculinos estaban aproximadamente a dos metros de Medina”, dijo.

Tras el disparo Lobo contó que se sintieron superados en número de personas por lo que se retiraron del lugar para resguardar su integridad física. “No recuerdo si la segunda detonación fue cuando Medina ya estaba arriba de la moto. Nos fuimos y unos metros después frenamos y nos fijamos si estaba bien nuestro equipo; pero no sabíamos que había una persona herida por el disparo”, sostuvo.

Finalmente, Aráoz (defendido por el abogado Augusto Avellaneda) ratificó la primera declaración que había brindado ante la Fiscalía el viernes. En su testimonio explicó que quiso reducir a un hombre que tenía una botella de vidrio en su mano y que estaba con actitud violenta, motivo por el que estaba de espaldas a sus compañeros. “Lo estaba reduciendo y escuché una detonación, logró sacarle la botella y al darme vuelta vi al cabo Medina con la escopeta a 45º grados y dio la orden de que salgamos del lugar. Me subí a la moto y salimos del lugar. Nos fuimos porque él (Medina) tomó la decisión, él es el encargado del grupo”, relató. Al igual que sus compañeros dijo que frenaron metros más adelante y que Lobo habló con el 911 y Medina con el jefe del GEAM.

Becerra al enumerar las evidencias mencionó los testimonios de dos testigos presenciales que declararon haberle reclamado a los motoristas haber herido a Almirón. “No es verosímil la versión dada por los imputados a sus jefes según lo manifestado por los testigos”, afirmó la investigadora. También mencionó que en el registro de la llamada que realizó Lobo al 911 el mismo indicó que tuvieron que retirarse porque les estaban tirando piedras y que habían realizado disparos disuasivos.

La auxiliar fiscal solicitó que los tres quedaran bajo prisión preventiva. Para Medina Quintana pidió el plazo de 180 días y para Lobo y Aráoz 60 días. Pese a la oposición de los defensores, la jueza Fanny Siriani resolvió hacer parcialmente lugar al requerimiento del MPF y dispuso para Medina Quintana tres meses de preventiva y para Lobo y Aráoz 45 días.