Los hermanos Germán y Sebastián Kiczka, acusados de presunta pedofilia, recibieron la visita de su familia en la cárcel de Apóstoles. Al salir, Leonardo Kiczka, padre de los detenidos, evitó declarar y criticó a la prensa, mientras que la tía de los hermanos tuvo actitudes provocativas, como saludar a las cámaras y, luego, sacarles la lengua a los periodistas desde el automóvil. El encuentro familiar en prisión se dio en un clima relajado, con risas y gestos de complicidad.

La detención de los hermanos fue ordenada por el juez Miguel Ángel Faría, del Juzgado de Instrucción número 4 de Apóstoles, tras una investigación de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas (Ufedyci), liderada por el fiscal Daniel Dupuy. La causa se inició gracias a una alerta enviada por Tom Farrel, director de Innovación de la Coalición de Rescate Infantil, que informaba sobre una operación internacional llamada "Guardianes de la Niñez" para identificar víctimas de abuso sexual en línea y a presuntos agresores.

Las pruebas contra Germán Kiczka incluyen la descarga y distribución de 603 archivos de videos y fotos de explotación sexual infantil, algunos de los cuales también incluían prácticas zoofílicas con menores. Estas evidencias fueron halladas en una notebook marca Acer incautada durante un allanamiento en febrero. El diputado fue detenido en un camping en Loreto, Corrientes, y su hermano Sebastián, en San Juan de la Sierra, Misiones.

Ambos hermanos se negaron a declarar ante la Justicia tras ser indagados. La gravedad de los cargos y las pruebas en su contra han generado un gran revuelo mediático, mientras la familia mantiene una actitud desafiante frente a la cobertura de la prensa, intensificando la atención pública sobre el caso.