“No creo que exista una respuesta racional a un crimen de un niño de 10 años a sangre fría”, aseguró el fiscal Pedro Gallo sobre el móvil del homicidio de “Juanjo” (su nombre se mantiene en reserva para preservar sus derechos), el pequeño de 10 años que fue ultimado el lunes en el barrio 130 Viviendas de un disparo en la cabeza. En principio, según los indicios que se recolectaron hasta el momento fue porque la víctima se habría burlado del acusado de 19 años, que ayer fue imputado por homicidio agravado. Le dictaron la prisión preventiva por seis meses.

Han pasado casi tres días y todavía no se disipó la conmoción en el barrio ubicado en el noreste de la capital. Desde que se registró el hecho hay un clima de máxima tensión en el vecindario. El martes, mientras velaban a la víctima, un grupo intentó tomar represalias contra la familia del ahora imputado.

“Juanjo”, junto a un amiguito, ingresaron al domicilio de Miguel Cassasola (34 años). Por detrás lo hizo Matías “El Ojoroso” Barrionuevo (19). Se escucharon dos disparos y cuando los vecinos salieron a ver lo que había pasado, encontraron al niño tirado en la vereda con un disparo en la cabeza. Fue trasladado al hospital Avellaneda y de allí, al de Niños, donde falleció dos horas después. Los dos mayores terminaron siendo aprehendidos.

Gallo, durante la audiencia que se desarrolló ayer, aportó claridad al confuso episodio que tuvo trascendencia nacional. Según detalló, Barrionuevo ingresó a ese domicilio, realizó dos disparos y retornó a su casa. “Tranquilo, con paso sereno”, destacó el acusador. Por esa razón, no se le formuló cargo alguno a Cazzazola, pero seguirá siendo investigado. “Hasta el momento no tenemos ningún elemento que nos lleve a pensar que tuvo algún tipo de vinculación en el hecho, pero estamos esperando los resultados de la pericia”, indicó el representante del Ministerio Público.

En la audiencia surgieron dos indicios sobre por qué “El Ojoroso” habría decidido quitarle la vida a “Juanjo”. “Era un buen changuito y le vivía haciendo bromas a Barrionuevo”, habría declarado Walter López a los investigadores dirigidos por Susana Monteros y Juana Estequiño.

La madre de la víctima, cuyo nombre se mantiene en reserva, estalló en llantos cada vez que escuchaba un detalle sobre cómo había sido asesinado su hijo. “Lo único que quiero es que se haga justicia. Que le den perpetua por lo que hizo. Mi hijo era muy alegre y hacía bromas a todo el mundo porque era muy inocente. Él lo tenía amenazado desde hace tiempo”, relató.

Cuatro puntos

Para el fiscal, hubo cuatro elementos que hablan de la gravedad del caso:

1- “El Ojoroso” hizo ostentación del arma que portaba. El sábado, según varias personas, la estuvo mostrando en la plaza del barrio.

2- El domingo, un día antes del crimen, un vecino testificó que lo vio haciéndose el loco con un arma y que cuando se abalanzó sobre él, descubrió que la tenía sujeta en su pantalón.

3- Todos los testimonios fueron coincidentes: los vecinos vieron ingresar al domicilio a Barrionuevo y retirarse segundos después de haber escuchado el sonido de los disparos.

4- Según los informes de la autopsia, el acusado apoyó el arma en la cabeza para realizar el disparo que le provocó la muerte.

“Consideramos que el imputado ejecutó a sangre fría a un niño de 10 años. La secuencia fue rápida, fue directamente a matar al menor. Testigos vieron al imputado ingresar al domicilio y retirarse inmediatamente después. Fue un homicidio cometido con una crueldad extrema”, dijo el fiscal Gallo.

EN LA AUDIENCIA. Matías “El Ojoroso” Barrionuevo se mantuvo con la mirada perdida después de haber escuchado la dura acusación en su contra.

El investigador solicitó que por ahora se lo acuse de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. También pidió que se le dictara la prisión preventiva por seis meses, tiempo en el que consideró tendrá los resultados de las pericias que ordenó realizar.

Férrea defensa

Barrionuevo sorprendió a todos los presentes cuando dijo que había cursado sus estudios hasta primer año de la secundaria, aunque reconoció que sólo sabía leer; no escribir. Aseguró que vivía en Las Talitas y no en el barrio 130 Viviendas. “Estaba en mi casa, me levanté y fui a comprar algo para desayunar. ‘Juanjo’ me acompañó hasta la despensa. Regresamos y él se quedó jugando a la bolilla y volví a mi casa. No salí más”, declaró, desmintiendo las versiones de por lo menos cuatro testigos.

La auxiliar de defensora oficial Nicole Cortez Zarmar cuestionó tajantemente los dichos del fiscal Gallo. “Acá estamos hablando de que fue un crimen a sangre fría cuando aún quedan muchos detalles por investigar. Se está condenando anticipadamente a una persona que tiene otra versión de lo que realmente sucedió. Obviamente que será mi responsabilidad probarlo, pero no por eso debe darse por cerrado el expediente”, recalcó.

Muerte del niño de 10 años: “Fue un homicidio cometido con una crueldad extrema”, dijo el fiscal

La defensora no se opuso al dictado de la prisión preventiva, pero sí al plazo. “Vamos a coincidir que Barrionuevo no puede volver al domicilio donde vive porque sufrirá algún tipo de represalia, como lo están sufriendo sus padres. Por eso buscaremos un domicilio alternativo para que cumpla ahí la medida. Sin embargo, consideramos que en un mes se pueden tener todos los resultados que pretende el Ministerio Público”, sostuvo Cortez Zarmar.

El juez Fernando Zóttoli Ortiz compartió la opinión del fiscal Gallo. “Todo crimen de un niño es aberrante, pero este lo es aún más por las circunstancias”, señaló antes de aceptar todos los planteos realizados por el representante del Ministerio Público.