Ángel Di María marcó una era en la selección argentina. Sufrió, lloró, mordió el polvo y estuvo a punto de decir basta. Sin embargo, decidió seguir. Y esa enjundia le jugó a favor. Logró transformar todo ese dolor en combustible para dar vuelta la taba. Así, después llegó una catarata de alegrías.
Lo ganó todo "Fideo". Dos Copas América, la Finalissima y la Copa del Mundo se sumaron a ese lejano oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. No le importó el pedido de Lionel Scaloni de que jugará un partido más. Tras consagrarse en la Copa de Estados Unidos anunció su retiro de la Selección y a partir de ese momento los hinchas decidieron rendirle tributo.
Cuando a las 17 se activaron los molinetes en las adyacencias del Más Monumental, los fanáticos ingresaron cantando. El "'Fideo', 'Fideo'" tronó con fuerzas. El duelo contra Chile por las Eliminatorias pasó a un segundo plano. Ni siquiera importó que Lionel Messi no estuviera presente. Grupo de amigos y familias completas llegaron para rendirle un merecido homenaje a un futbolista que fue clave en las etapa más gloriosa del seleccionado.
A su tributo acudieron hinchas de diferentes lugares. Salta, Santa Cruz, La Pampa, San Miguel de Tucumán, Concepción, Ciudad de Buenos Aires y múltiples lugares del conurbano bonaerense fueron algunos de los puntos desde donde arribaron fieles a darle las gracias a Di María.
"Fideo" logró lo impensado
Juan y Valentina llegaron desde Caleta Olivia, Santa Cruz. Son "fanas" de Boca, pero vinieron al estadio de River para darle las gracias al histórico "11". "Vinimos acá solamente por él", advirtió Juan. "Espero que le guste el homenaje. Queremos agradecerle todo lo que hizo por este país", agregó.
Ni bien "Angelito" confirmó que iba a dejar el seleccionado, ellos decidieron armar el viaje. "Compramos los pasajes sin saber si íbamos a conseguir entradas. Nos costó mucho poder comprarlas, pero estamos acá", declaró Juan. "Le digo muchas gracias por todo. Tengo casi su misma edad y viví todo su proceso. Superó todos los obstáculos y llevó a Argentina a lo más alto", sentenció.
Una familia aclamó a Di María
Los Kalafatakis viven en Villa Crespo y fueron unos de los primeros en ingresar a la fila de acceso al Más Monumental. Matías; su esposa, Fernanda, y sus hijos Ema y Bastián eligieron ir por primera vez a un partido de Argentina impulsados por el amor al extremo nacido en Rosario. "Queríamos ver a la Selección, pero también darle las gracias a Di María", anticipó Matías. "Es un ejemplo de perseverancia; un ejemplo a seguir", acotó. "Las lágrimas valieron la pena, 'Fideo'. Ganaste todo y te vas lleno de gloria", añadió su esposa.
De Salta con amor, a "Fideo" y a la Selección
José Muñoz y su pareja Emilia querían cumplir el sueño de ver a Argentina en casa. En junio habían viajado a Bolivia y habían presenciado la goleada en La Paz. Pero la despedida de Di María los impulsó a llegar a Buenos Aires. "Lo vimos correr en La Paz y fue impresionante. Está Messi, Maradona y ahí nomás viene él. Pese a que esta vez no jugaba Lionel, no nos importó. Estamos acá y queremos rendirle un homenaje. Lo criticaron y él pudo romper la pared. Se le dio y nos hizo felices", remató el joven.
Sortearon miles de obstáculos y llegaron emocionados
Tal vez fue el grupo más bullicioso en una previa tranquila y familiar. Con una bandera argentina que llevaba inscripta la leyenda "General Pico, La Pampa", Gabriel, Eliana, Natalia, Kaila y Mía gritaban enloquecidos. Vinieron en ómnibus y el destino les jugó una mala pasada a pocas horas del partido.
"Se nos rompió el ómnibus entrando a Buenos Aires. Mandaron otro, y se volvió a romper llegando a la General Paz", contó entre risas Gabriel.
"Vinimos casi 60 personas a despedirlo a Di María. Cuando se rompió el segundo micro, caminamos durante dos horas. Tomamos taxis, Uber, Didi, corrimos y llegamos. Estamos acáaaaaa", gritó Eliana. "Todo lo que nos pasó valdrá la pena.
Queríamos despedirlo a Di María porque es un genio. Ganó todo y le devolvió la alegría al país. Es tan importante como Messi", sentenció.
El duelo contra Chile, en el camino al Mundial 2026, pareció quedar al margen; en esta ocasión primó el amor por Di María. Los fanáticos fueron al estadio impulsados por la idea de rendirle un sentido y merecido homenaje a un futbolista que mostró una enorme resiliencia, y que marcó una época dorada que será recordada a lo largo de la historia.