Casi en simultáneo, la semana pasada se presentaron novedades de dos compañías que sin dudas perfilan el horizonte tecnológico de nuestros tiempos. En primer lugar, Apple lanzó sus nuevos modelos de teléfonos, relojes y auriculares. El iPhone 16 llegará con pocos cambios de diseño pero, con la esperada integración de inteligencia artificial en su entorno. En junio, la compañía había revelado su Apple Intelligence, un ecosistema gratuito que emplearía IA para personalizar la experiencia del usuario. Como consecuencia, este nuevo equipo tendrá soporte para un servicio que por ahora estará disponible en los teléfonos más recientes, así como en iPad y Mac con chip M1 y versiones posteriores. Sin embargo, la llegada del asistente será a cuenta gotas: primero estará disponible en Estados Unidos y solo en inglés. Luego se avanzará en otros países y se espera que en 2025 llegue a equipos configurados en español.

Horas después de la presentación de Apple, OpenAI lanzó un nuevo modelo de IA que, según la empresa, tendrá capacidades de razonamiento para resolver tareas y problemas más complejos. En su comunicado, la compañía focalizó la aplicación de esta nueva versión en entornos relacionados con la ciencia, la codificación y las matemáticas; por lo tanto, dedicará “más tiempo a pensar antes de responder” las solicitudes de los usuarios. El proceso de resolución entonces, se parecerá un poco más al razonamiento humano, mediante un entrenamiento más refinado del modelo y la búsqueda de distintas estrategias para resolver problemas específicos.

Hace varias semanas, OpenAI estaba en boca de varios expertos por rumores sobre este lanzamiento, el primero de una nueva meta de la compañía centrada en desarrollar modelos de razonamiento más parecidos a los de un humano. Si bien los rumores hablaban de un lanzamiento más disruptivo que podía sacudir a la industria tecnológica, los modelos “o1” representan un cambio significativo respecto de las versiones anteriores, ya que en lugar de simplemente procesar la información de manera lineal, están diseñados para “pensar” antes de responder, asemejándose más al proceso de pensamiento humano. Por eso la empresa se jacta de que estos sistemas necesitarán más tiempo para procesar una respuesta. En esos segundos extras, el sistema está refinando su cadena de pensamiento, probando diferentes estrategias y reconociendo errores, lo que les permitirá abordar tareas complejas de manera más efectiva. Según el líder de investigación de OpenAI, Jerry Tworek, esta capacidad permitirá que las respuestas de los asistentes alucinen (inventen) lo menos posible.

Posiblemente, quienes usamos ChatGPT para tareas sencillas no veamos grandes cambios con estas nuevas versiones. La compañía resalta que este lanzamiento tendrá un impacto significativo en áreas de investigación y desarrollo complejas, por eso comparó el rendimiento de sus respuestas con el de estudiantes de doctorado en física, química y biología. Los campos de aplicación más beneficiados serán la investigación científica, el desarrollo de software y áreas relacionadas con la toma de decisiones complejas, como las finanzas y la ingeniería.

Confuso

Los usuarios de ChatGPT Plus ya tienen acceso a las versiones o1-preview y o1-mini y seguramente ya sea confuso para quienes usan a diario esta plataforma distinguir entre una versión y otra. Al igual que los iPhones, OpenAI desplegó sus avances a través de una sola marca y números que indican su progresión, pero a diferencia de los teléfonos, las versiones de IA necesitan un poco más de detalle para entender sus diferencias. Las nuevas versiones o1 no son iguales a las de GPT-4: no pueden buscar información en la web, tampoco pueden generar imágenes, ni pueden responder de manera inmediata a un pedido del usuario. Sin embargo, alucina menos que los modelos anteriores y se toma más tiempo para entender en profundidad cada solicitud.

El costo ambiental de hablar con ChatGPT

Puede que con esta novedad OpenAI se aleje del público masivo que aún intenta comprender y dimensionar las capacidades que están desplegando los asistentes de inteligencia artificial. Resulta complejo distinguir las diferencias entre versiones, planes de pago y especificaciones de cada producto que cada cierto período de tiempo la compañía lanza al mercado. Puede también que para algunos haya sido decepcionante este lanzamiento. Sin embargo, la empresa vuelve a mostrarse como vanguardista en una carrera con competidores quizá más fuertes, pero más cautelosos en su despliegue como Google. “Razonar” es un verbo pretencioso para un asistente y ahora le toca a los usuarios más avanzados probar todo su potencial en el campo científico y tecnológico. Porque quizá la disrupción sea una consecuencia de este modelo y no simplemente una etiqueta de lanzamiento.