Es habitual que los espacios, electrodomésticos y elementos de cocina adopten olores extraños. Su contacto directo con los alimentos y el proceso de descomposición hacen que cualquier objeto cercano, como las heladeras, se impregne de aromas diferentes. Sin embargo, muchas veces el problema puede no ser un alimento en mal estado.

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La primera reacción al detectar malos olores en la heladera es buscar algún alimento en descomposición. Las carnes y los lácteos son los más propensos a alterarse ya que tienen una vida útil muy corta. También las frutas y verduras pueden atravesar rápidamente su proceso de maduración.

Qué genera mal olor en la heladera

Si luego de revisar la heladera y quitar todos los aliementos que potencialmente estén generando olor, este persiste, la siguiente opción es revisar la bandeja de desagüe. Se trata de un sistema de drenaje que se encuentra en la parte baja de estos electrodomésticos y que permite que el líquido que se produce por condensación salga al exterior.

Pero muchas veces no se elimina el líquido, sino que queda reservado en esta bandeja. Como la cantidad que se produce es poca, pueden pasar semanas e incluso meses hasta que se haga necesario hacer un retiro manual de este elemento.

Sin embargo, muchas veces, incluso quitando la bandeja los malos olores siguen presentes. En estos casos hay tres espacios que se deben revisar correctamente. Por un lado, los cajones de frutas y verduras removibles y, por otro, las bandejas de huevos y los dispénseres de agua.

Estos son tres elementos con que suelen contar las heladeras que no están fijos por lo que retirarlos resulta fácil. Muchas veces el mal olor puede provenir, no de un alimento, pero sí de líquido en descomposición que puede situarse en las paredes o debajo de los cajones, la huevera o el dispenser.

Cómo mantener limpia la heladera y evitar malos olores

La técnica es simple: cortar un trozo de papel film a medida de los estantes de la heladera. Esto crea una especie de "barrera protectora" que evita que los alimentos y líquidos entren en contacto directo con las superficies del interior del artefacto, previniendo la formación de manchas y malos olores.

Una vez que el papel film se ensucie o cumpla su función, basta con retirarlo y reemplazarlo con uno nuevo. Este método resulta sumamente práctico para mantener la heladera limpia y ordenada sin tener que recurrir a productos químicos ni pasar largos períodos fregando.