Cuando imaginamos los momentos de estudio puede venirse a la cabeza el escenario de una biblioteca silenciosa. Ningún sonido está permitido y la idea de aplicar música en aquel lugar solo es una propuesta descabellada. El enfoque y la concentración no suelen relacionarse con las melodías enérgicas, sin embargo los tiempos modernos parecen revelar lo contrario. Son cada vez más los estudiantes que utilizan la música en sus estudios pero ¿qué tan beneficioso es para nuestro desempeño académico esta rutina?
Para los universitarios, trabajar y estudiar “es duro, pero se puede”Son cada vez más los estudiantes que eligen un par de auriculares con música por sobre el silencio dictatorial de una sesión de estudio de un ambiente de biblioteca. Entre los géneros más elegidos, el “lo-fi” aumenta las cantidades de visitas en YouTube, el cual promete facilitar la calma y la concentración en las actividades como el estudio.
Para muchos la música puede resultar un entretenimiento en las horas vacantes o en las tareas más repetitivas, pero cuando aquellas requieren de un mayor enfoque y concentración ¿qué tan beneficioso puede ser el adoptar este tipo de estrategias? Las distintas experiencias científicas ponen en discusión su uso y la capacidad de estas melodías placenteras de promover una mejor atención y enfoque.
Las distintas teorías sobre la influencia de la música sobre nuestra concentración
Distintas teorías elaboradas por un grupo de investigadores han establecido diferentes conclusiones sobre el uso de la música en los momentos de concentración como el estudio. Una de ellas determinó que estos sonidos podrían beneficiar a los extrovertidos, pero no a los introvertidos, ya que estos últimos presentan niveles innatamente más altos de sensibilidad a los estímulos. Otra teoría sostiene que la capacidad cognitiva de cada persona tiene su propio límite. Por ejemplo, escuchar música con letra mientras se estudia el mismo idioma podría sobrecargar el cerebro y hacer que no se retenga tanto de lo aprendido.
Otras teorías vinculan más a la música con la distracción. Si una tarea sencilla no consume suficientes recursos del cerebro, escuchar música puede ayudar a mantener la concentración. Así, ciertas tareas más simples pueden ser fáciles de completar con música de fondo, pero ésta podría interferir en la realización de tareas cognitivas más complejas.
Una encuesta buscó revelar cuáles eran los motivos por las que las personas preferían o evitaban la música
Estos investigadores llevaron a cabo una encuesta a 140 personas de entre 17 y 75 años para determinar qué influía en sus elecciones de escuchar música al realizar tareas cognitivas como leer, escribir, memorizar y pensar críticamente. Así se obtuvieron respuestas disímiles de las razones por las cuales algunos elegían la música y otros preferían el silencio.
Los motivos por los cuales reproducían música al mismo tiempo que realizaban tareas iban desde "la música me ayuda a concentrarme", "la música mejora mi estado de ánimo" hasta "tengo la costumbre de escuchar música". Mientras que la razón principal para no escuchar música era que esta "distrae mi concentración".
Entre los géneros preferidos, la música instrumental fue la opción más popular en las cuatro categorías de tareas, seguida de la música tranquila y clásica, el jazz, el pop, la música alegre y luego la música vocal. Sin embargo se destacó una tendencia donde el aumento de la dificultad de la tarea suponía la necesidad de apagar la música.
¿Cuáles son las recomendaciones a la hora de escuchar música para estudiar?
Aquellas devoluciones llevaron a conclusiones diversas sobre el uso de la música en los momentos de necesaria concentración. El Dr. Steffen Herff, becario de Sydney Horizon y líder del Laboratorio de Música, Mente y Cuerpo de Sydney concluye que “cada individuo tiene que descubrir por sí mismo qué música le funciona para un tipo específico de tarea, y animo a todos a emprender este viaje de autodescubrimiento, puede ser muy gratificante".
Algunas recomendaciones de los especialistas resaltan utilizar distintos géneros musicales dependiendo de los contenidos que debemos estudiar, así como los contextos en los que nos vemos envueltos. Si nos sentimos estresados a la hora de preparar un examen, la música relajante puede ayudarnos. Por otro lado, una lista de reproducción animada podría ayudar a aumentar la motivación, y si nos sentimos un poco desanimados, nuestras canciones favoritas podrían ayudar a mejorar el estado de ánimo. Mientras que aquellos que se preparan para un examen de idioma escrito deberían evitar la música con letras en el mismo idioma.