Los altos niveles de azúcar en sangre suelen asociarse al diagnóstico de la diabetes. Sin embargo, un consumo excesivo de azúcar puede producir otras afecciones como incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas, la presión arterial, inflamación crónica y hasta enfermedad hepática no alcohólica.

Muffins saludables de avena y frutilla: una receta libre de gluten y baja en azúcares

Disminuir el consumo de azúcar puede hacer que tu piel luzca más brillante y se sienta más saludable. Este ingrediente elimina el agua de las células, lo que deshidrata la piel y produce brotes, hinchazón, círculos debajo de los ojos y una piel opaca. Limitar el consumo no solo te hará sentirte mejor, sino también verte mejor.

Cómo tu cuerpo avisa que tiene exceso de azúcar

Hambre a toda hora

El azúcar en exceso no solo engorda por su cantidad de calorías, sino que también aumenta la sensación de hambre. Eso ocurre porque no contiene fibra y en consecuencia tiene un bajo efecto saciante, lo que hace que el hambre aparezca cada rato.

Desmejoramiento de la piel

El azúcar aumenta el nivel de una hormona de crecimiento llamada IGF-1 que, junto con la insulina (que también se eleva con el azúcar), estimula las glándulas sebáceas. Esto hace que aparezcan más granos y se inflame la piel, perdiendo luminosidad. Las moléculas de azúcar se adhieren a las proteínas de colágeno y elastina de la piel, esenciales para mantenerla firme y flexible. Cuando estas proteínas se ven sobrecargadas, el cuerpo responde con envejecimiento en la piel.

Antojos y cambios de humor

Al aumentar rápidamente los niveles de glucosa en sangre, se libera mucha insulina, haciendo que el azúcar en sangre quede por debajo. Esto provoca hipoglucemia que, a su vez, aumenta los antojos y hace que te pongas de peor humor o con altibajos emocionales.

Aumento de la inflamación

Consumir demasiado azúcar conduce a la inflamación interna, lo que acelera el envejecimiento del organismo y debilita el sistema inmunitario. Esto se debe a que el azúcar pasa al intestino grueso, haciendo que las bacterias que viven en él se multipliquen.