5.180 kilómetros separan al dominicano Xavier Reyes de sus afectos. Aunque no es la primera vez que experimenta el desarraigo y la distancia —lleva dos años viviendo en Argentina—, esta será su primera vez en Tucumán. ¿Qué lo trae al norte del país? El alero, de dos metros de altura, se ha convertido en uno de los refuerzos de Estudiantes para la Liga Argentina. Con la oportunidad de demostrar todo su talento, ya se entrena con la mirada puesta en el debut contra Comunicaciones de Villa Mercedes, Corrientes, el 18 de octubre.

El desembarco de Reyes en el básquet argentino ocurrió en mayo de 2022. El dominicano no solo encontró una pasión en este deporte, sino también una profesión. “Vine porque un representante me contactó para jugar en Gimnasia de Comodoro, en Chubut”, comentó el alero, oriundo de Santiago de los Caballeros. La adaptación al frío patagónico no fue fácil. Pasar del calor intenso del Caribe a las bajas temperaturas del sur fue un desafío que lo puso a prueba. “Fue un poquito duro. También hay un viento demasiado fuerte”, indicó.

Como todo extranjero, Reyes admite que tenía una idea limitada de lo que podía esperar en Argentina. “Lo primero que pensamos es en el asado y en Messi, pero no mucho más”, confesó, y agregó que ni siquiera sabía dónde estaba Comodoro Rivadavia. “Me acuerdo de que busqué en internet y no salía casi nada, ja. Pero cuando llegué me encontré con una ciudad hermosa, ideal para practicar el deporte. No hay muchas distracciones, así que te enfocas en el básquet. Lo único malo era el frío”, explicó.

El dominicano llegó en el momento justo para contagiarse de la fiebre de la “Scaloneta”. Tanto es así que guarda con mucho cariño lo vivido durante el Mundial de Qatar 2022. “Fue muy lindo vivirlo en Argentina. Salimos a la calle con todos los compañeros para festejar el triunfo. No me sorprendí tanto, porque ya había vivido unos meses en el país y sabía cómo es la pasión por el fútbol. Pero fue muy asombroso todo”, recordó. Aunque intentó jugar al fútbol,  Reyes admite que no tiene las destrezas necesarias. “Intenté jugar con amigos, pero me resulta demasiado complicado”, comentó. “En Comodoro, siempre cocinábamos los domingos con un compañero cubano llamado Marcos Chacón. La gastronomía de Cuba y la Dominicana es muy parecida”, añadió.

A diferencia de Argentina, donde los niños improvisan arcos o pelotas para jugar al fútbol, en República Dominicana el béisbol es el deporte insignia. “Todos los niños eligen practicar eso”, resumió Reyes. Sin embargo, decidió dejar los bates para dedicarse al básquet. “Empecé a jugar en una cancha de básquet en el barrio y le dije a mi papá que quería practicarlo”, comentó el dominicano, quien dio sus primeros pasos en el club Domingo Paulino CDP. “Al principio lo veía como un hobby, pero cuando noté que era bueno y comenzó a destacarme, la cosa se puso seria y quise dedicarme de manera profesional. Mi sueño, como el de todo niño, es llegar a la NBA, pero también me gustaría establecerme en las ligas europeas”, añadió.

El recuerdo de su padre pone nostálgico a Reyes, quien deja el deporte de lado y abre su corazón por un momento: “Mi mamá es contadora, y mi papá era ingeniero electrónico. Falleció hace dos años, veinte días después de que llegué a Argentina, y fue muy duro. La pérdida de mi viejo no fue nada fácil. No pude regresar para darle el último adiós porque, antes de que saliera del país, él me dijo que pasara lo que pasara, no volviera, ya que sabía lo mucho que me había costado lograr mi sueño. Me dijo que siempre estaría orgulloso de mí. Eso me dio un poco de paz”, continuó. A pesar de la distancia, señaló que mantiene un contacto constante con su madre: “Desde que me despierto, el primer mensaje que envío es para ella, siempre tenemos esa relación”.

La llegada de Reyes a Argentina se produjo apenas finalizó la pandemia, lo que provocó algunas demoras en los trámites del visado. “Cuando vine, recién estaban abriendo los vuelos de República Dominicana a Argentina debido a la pandemia. Eso hizo que tuviera que esperar hasta que la embajada reanudara sus actividades y pudiera gestionar la visa de trabajo para vivir aquí. Si no realizaba ese trámite, solo podía quedarme por tres meses. A mí me tomó dos meses obtenerla”.

Con Tucumán ocurrió algo similar, aunque reconoce que, tras dos semanas en la provincia, el clima le sienta mucho mejor. “La oportunidad en Tucumán surgió porque Gimnasia me dio a préstamo. Ellos buscaban un jugador con mis características y me recomendaron. El año pasado tuve una muy buena temporada, que nos dio credenciales para subir de nivel. Promedié 22 puntos y 11,5 rebotes por partido. Eso fue lo que me permitió firmar y venir para aquí”, expresó Reyes, quien también hizo algunas observaciones sobre los estilos de juego en Dominicana y Argentina. “Es diferente. Acá se juega de manera mucho más organizada, con otro sistema. El estilo centroamericano se basa más en corridas, triples, uno contra uno. Es todo más frenético”, explicó.

Reyes, por otro lado, quiere desarrollarse en otros ámbitos profesionales. “Por ahora no estoy estudiando, pero quiero empezar a hacerlo. Me interesa estudiar Negocios Internacionales. Es una carrera con mucha salida de empleo en Dominicana, y me gusta eso”, comentó.

En cuanto a su estadía en Tucumán, Reyes comparte vivienda con el estadounidense Joshua Rivers, otro de los extranjeros de la “Cebra”. “Los dos somos muy tranquilos. Llegamos de entrenar y comemos. Luego en la tarde charlamos un poquito y después nos vamos a dormir. Siempre es en inglés porque él no sabe casi nada de español. Va aprendiendo de a poquito”.

“El equipo me acogió como un argentino más. Estoy muy feliz y espero hacer una gran temporada”, sentenció Reyes, quien aprovechará la experiencia en Estudiantes para mostrar su talento.