Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer. Tres nombres que un gran porcentaje de la población mundial, sea o no seguidora del tenis, conoce. Tres nombres que marcaron una época, una que empezó a despedirse en 2022 con el retiro de Federer, y que ahora dio un paso más rumbo a su final, luego de que Nadal anunciara que pondrá punto final a su carrera en noviembre tras disputar las Finales de la Copa Davis en Málaga, del 19 al 24 de noviembre.

La del español es la imagen por excelencia de la garra y el espíritu de lucha en el deporte. Sin dejar de lado su innegable talento y su habilidad para manejar la raqueta con su mano inhábil (aunque juega con la izquierda, la derecha es la que Nadal utiliza en las principales tareas de su vida cotidiana), si hay algo que caracterizó al manacorí durante su carrera es su impresionante mentalidad para no darse por vencido ni aún vencido.

Finalmente, perdió la batalla contra su propio físico; ese que lo hizo padecer sus últimos dos años de carrera en los que jugó apenas 24 partidos y que no le permitió retirarse como hubiese querido. “Han sido años difíciles estos dos últimos, especialmente. Creo que no he sido capaz de jugar sin limitaciones”, dijo en el video a través del cual anunció su decisión.

Las lesiones, en realidad, aquejaron a Nadal a lo largo de toda su carrera. Y aunque lo complicaron en varias oportunidades, no impidieron que se convirtiera en una de las leyendas del deporte, algo amparado no sólo en su legado simbólico sino también en los números.

Durante sus más de 20 años de carrera ocupó el número 1 del ranking mundial en 209 semanas; obtuvo 92 títulos ATP, de los cuales 22 fueron en torneos de Grand_Slam. Eso le permite ser el segundo más ganador de torneos grandes de la historia, sólo por detrás de Djokovic (24).

Por supuesto, si hay que hablar de un torneo icónico para él es Roland_Garros,_en el que tiene un récord de 112 victorias y apenas cuatro derrotas, y se consagró en 14 oportunidades, instaurando la dominancia más importante en la historia del deporte.

Además, también tuvo éxito representando a su país: ganó la Copa Davis en cinco oportunidades y logró dos medallas de oro olímpicas (singles en Beijing 2008 y dobles en Río 2016).

“Me voy con la tranquilidad absoluta de haber dado el máximo, de haberme esforzado en todos los sentidos. Sólo puedo terminar diciendo mil gracias a todos y hasta pronto”, cerró Nadal su despedida.

Su mensaje tuvo un enorme impacto y lo llevó a recibir saludos de las más grandes estrellas del deporte. Porque por sus logros, pero sobre todo, por su perseverancia y su caballerosidad dentro y fuera de la pista, el español trascendió el tenis y hasta el deporte en sí mismo.

El retiro de Nadal significa un paso más, casi decisivo, hacia el cierre de una etapa gloriosa para el tenis: la que se dominó el famoso “Big Three”, integrado él, Federer y Djokovic.

Sólo el serbio, poseedor de los récords más importantes en el circuito, seguirá jugando el tenis; aunque su calendario cada vez es más acotado y su retiro parece estar cada vez más cerca. Cuando eso suceda será, definitivamente, el cierre de la etapa más destacada en toda la historia. De esa de la que Nadal, pese a todas sus complicaciones, fue una figura fundamental.