La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, generó una nueva controversia al atribuir el aumento de la delincuencia en el sur del país a influencias provenientes de Chile. Durante un encuentro en Bariloche sobre el narcotráfico, Bullrich afirmó que se han detectado "modalidades" delictivas provenientes del país vecino, incluyendo el uso de dispositivos electrónicos como inhibidores de vehículos. Su comentario, aunque formulado con tono ligero al pedir que no se enoje el presidente chileno Gabriel Boric, provocó malestar en el país trasandino.

Las declaraciones no fueron bien recibidas en el Congreso chileno, donde parlamentarios como el diputado Andrés Jouannet criticaron la postura de Bullrich, señalando que su afirmación carece de fraternidad hacia un "país hermano". Además, Jouannet comparó los índices de seguridad de ambos países, destacando que Chile, aunque ha caído en el ranking mundial, sigue estando en una mejor posición que Argentina. Estas observaciones fueron respaldadas por otros parlamentarios chilenos, quienes destacaron los problemas de seguridad más graves en Argentina.

El embajador chileno en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, trató de suavizar la situación, destacando la estrecha cooperación policial entre ambos países, especialmente en el combate al narcotráfico. Señaló que, aunque han ocurrido incidentes como robos a camioneros argentinos en puertos chilenos, la colaboración entre las fuerzas de seguridad de ambos lados de la frontera ha sido efectiva y continúa de manera fructífera en investigaciones conjuntas.

Viera-Gallo también mencionó que, en el pasado, jóvenes chilenos habían sido contratados por organizaciones criminales para participar en robos en Argentina, pero aseguró que esto ha disminuido. Subrayó que ambos países enfrentan problemas de seguridad, pero que la colaboración entre sus policías y fiscalías ha dado resultados positivos. Además, destacó el volumen de personas y bienes que cruzan la extensa frontera entre ambos países, lo que añade complejidad a la situación de seguridad.

Finalmente, el embajador relativizó el tono sarcástico de Bullrich hacia el presidente Boric, señalando que en Argentina se suele utilizar un lenguaje distinto al de Chile. De esta manera, buscó minimizar la tensión diplomática que pudo haber surgido a raíz de los comentarios de la ministra, apostando por mantener la colaboración en temas de seguridad entre ambos países.