Gisèle Pelicot, la mujer de 71 años que durante casi una década fue drogada por su marido para que decenas de desconocidos la violaran, volvió a subirse al estrado del tribunal de Aviñón, Francia, y, en una extensa y detallada declaración, incluso se dirigió a su ex esposo, principal acusado de la causa.

Dominique Pelicot, de 71 años, reconoció durante el juicio, iniciado en septiembre, que administró ansiolíticos a su entonces esposa para dormirla, violarla y para que decenas de hombres que había contactado en un foro de internet la violaran también, entre 2011 y 2020.

Al comienzo de su declaración, ella dijo que quería dirigirse al principal acusado, llamándolo Dominique, para preguntarle cómo fue capaz de hacer algo así, pero no quiso mirarlo.

“Soy una mujer completamente destrozada”, dijo Gisèle, que eligió que las audiencias sean públicas para que se conozca lo que pasó, para que se hable de la “sumisión química” (una forma de violación que Francia apenas reconoce) y “para que la vergüenza cambie de bando”.

“No sé cómo voy a reconstruirme, cómo me voy a recuperar”, explicó Gisèle en su segunda intervención en este proceso en Aviñón, en el sur de Francia, que se ha convertido en un símbolo de la violencia machista y de la “cultura de la violación”.

“Me llevará muchos años más, no sé si lo que me queda de vida será suficiente para entenderlo”. Por ello, ha rehusado aceptar las disculpas de algunos acusados tras una pregunta: “Son inaudibles, porque cuando se disculpan, se disculpan ante sí mismos”, aseguró la mujer.

Lo que sí que tiene claro, dijo, es que busca que “todas las mujeres víctimas de violación se digan ‘si la señora Pelicot lo hizo, lo podemos hacer’”. “No quiero que (las víctimas) tengan más vergüenza. La vergüenza no es nuestra. Es de ellos”, dijo.

“Intento comprender cómo este marido, que era el hombre perfecto, pudo llegar a eso. Cómo mi vida pudo dar este vuelco. Cómo pudiste traicionarme así, dejando entrar en casa a extraños, cuando conocías mi repulsión por el intercambio de parejas”, dijo con voz firme.

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“Fui una esposa feliz, tuvimos tres hijos y siete nietos. Para mí fuiste un hombre amable y cariñoso, y nunca dudé de tu confianza”, empezó diciendo en su testimonio la mujer.

“He visto a estas mujeres, estas madres, estas hermanas, declarar en el estrado que su hijo, su hermano, su padre, su marido era un hombre excepcional”, señaló, en referencia a las familiares de los demás acusados.

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“Yo tuve al mismo hombre en casa. Un violador no es alguien que te encuentras en un estacionamiento a altas horas de la noche. También puede estar en la familia o entre amigos”.

La mujer terminó, además, apelando de nuevo a Dominique: “Siempre he intentado tirar de ti hacia arriba, hacia la luz. Tú elegiste las profundidades del alma humana. Fue tu elección”.

Preguntas

No ha sido un proceso fácil para Giséle, que no solo ha tenido que seguir el juicio contra su propio marido, sino enfrentarse a las insensibles preguntas de muchos abogados defensores que trataban de humillarla y de desacreditar la violación.

“El abogado de uno de los acusados dijo: ‘¿En qué momento sintió que estaba cometiendo una violación? ¿Durante la felación o después de la penetración?’”, ha relatado.

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En el video, los hombres la tratan de distinta manera, pasando desde la fuerza bruta a la caricia. “¿Dónde está la diferencia? Me están mancillando”, dicha resumido indignada.

Otra pregunta similar era si, debido a que su marido era quien había facilitado todas esas violaciones sufridas, drogándola y contactando con los hombres a través de internet, se sentía “más traicionada que violada”. “No: traicionada y violada”, respondió “No hay distinción”.

Los 50 juzgados junto al ex marido, la mayoría por violación con agravantes, se enfrentan cada uno a hasta 20 años de cárcel. El veredicto está previsto para el 20 de diciembre.