El insomnio, esa incapacidad persistente para conciliar o mantener el sueño, afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque las causas físicas como el estrés, los problemas médicos o los malos hábitos de sueño suelen señalarse como responsables, un factor menos evidente, pero igualmente importante, está ganando terreno en las investigaciones: las emociones reprimidas. 

A pesar de conocer la importancia fundamental del sueño para la salud física y mental, persiste una falta de conciencia sobre este tema. El neurofisiólogo Javier Albares subrayó que históricamente se ha minimizado la importancia del sueño, perpetuando la idea de que dormir es una pérdida de tiempo y que solo se puede dormir cuando se está muerto. 

Cómo evitar los trastornos de sueño y hacer que dormir mal no sea una opción

”Este concepto ha persistido durante mucho tiempo y hemos aceptado este discurso erróneo, que puede considerarse casi un atentado contra la salud pública. Es fundamental entender que dormir no es una pérdida de tiempo. Dormir es esencial, el mejor regalo y el tratamiento más valioso que podemos ofrecer a nuestra salud”, afirmó el especialista en sueño y salud a La Nación.

¿Qué emociones suelen estar reprimidas en quienes sufren insomnio?

Numerosos estudios psicológicos sugieren que detrás del insomnio crónico puede haber emociones que las personas no logran procesar de manera consciente, y que emergen durante la noche, interfiriendo con el descanso.

- Ansiedad: Es la emoción más comúnmente vinculada con su falta de sueño. A menudo, quienes sufren de insomnio experimentan preocupación constante, incluso si no son conscientes de ello durante el día. La mente, en un intento por desconectarse, sigue activa intentando resolver problemas o anticipar futuros escenarios, lo que impide la relajación necesaria para dormir. Este tipo de ansiedad puede provenir de exigencias laborales, problemas familiares o, en algunos casos, de inseguridades internas.

- Ira: Otro sentimiento comúnmente reprimido en personas con insomnio es la ira. Aquellos que tienden a evitar confrontaciones o que reprimen sus emociones para mantener la paz pueden experimentar esa frustración acumulada durante la noche. La ira no expresada tiene un efecto negativo en el cuerpo, elevando los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que dificulta el sueño reparador.

- Tristeza o duelo no resuelto: El dolor emocional no procesado también puede contribuir al insomnio. Personas que han pasado por una pérdida importante, ya sea la muerte de un ser querido o el fin de una relación significativa, a menudo experimentan un duelo no resuelto que se manifiesta en noches en vela. Las emociones de tristeza y melancolía, que pueden ser reprimidas durante el día, resurgen en el silencio de la noche, interfiriendo con el sueño.

- Necesidad de control: El insomnio también puede estar relacionado con una necesidad de control excesiva. Las personas que luchan por tener el control en todos los aspectos de su vida pueden encontrar difícil "desconectarse" por la noche. La mente se niega a rendirse, luchando contra el descanso, lo que refleja un miedo subyacente a perder el control. Esto puede estar relacionado con situaciones personales en las que la persona se siente vulnerable o indefensa.