Las elecciones municipales en Brasil, que cerraron anoche sin incidentes, vuelven a ser un test para las fuerzas lideradas por el mandatario Luiz Inácio Lula Da Silva y el derechista Jair Bolsonaro, de cara a las presidenciales de 2026.

La primera vuelta, el 6 de octubre, fue favorable a la derecha y especialmente al partido del expresidente Bolsonaro, el Partido Liberal (PL).

Los centros electorales cerraron a las 17 locales. La atención estaba puesta en San Pablo, la mayor metrópolis de América Latina y capital económica de Brasil, donde se concentran más de nueve millones de electores. El alcalde saliente Ricardo Nunes, apoyado por Bolsonaro, era favorito frente a Guilherme Boulos, candidato de Lula. Pablo Marçal, un ultraconservador que sacudió la campaña con su estilo provocador, quedó fuera de la contienda por un puñado de votos y ahora sopesa lanzarse en las presidenciales de 2026.


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