Tras conocerse la denuncia de la actriz española Elisa Mouliaá contra Íñigo Errejón por abuso sexual, su ex Rita Maestre, vocera de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital, publicó una carta en la que afirmó que "el dolor es devastador", al enterarse de los casos de violencia machista que el dirigente de la Izquierda de España protagonizó durante su noviazgo, sin que ella lo advirtiera.

"Cuando el dolor es devastador, intentar ponerle palabras es tan difícil como sanador. Que nunca más vuelva a pasar, que ningún agresor quede impune", posteó Maestre en su cuenta de la red social X. Como preludio a un largo texto de descargo, luego de ser ella misma cuestionada por un supuesto encubrimiento que la mujer niega.

Mediante una carta publicada en sus redes sociales, la dirigente española se expresó a menos de una semana de que Íñigo Errejón, que forma parte del gobierno de coalición presidido por el socialista Pedro Sánchez, anunció que dejará la política tras ser acusado de abuso sexual y violencia machista.

A través de su escrito, la vocera de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital española realizó su descargo. "Ahora puede resultar muy fácil y tentador poner las diferentes informaciones que han trascendido bajo un foco de obviedad que, sencillamente, no es tal. Ni he sido parte ni tengo constancia de ningún encubrimiento de ninguna agresión ni acción violenta, porque no lo ha habido. Más bien me siento profundamente engañada, y ese engaño resulta devastador", expresó.

"Ahora lo importante es el dolor de las víctimas, que tienen que sentirse respetadas y acompañadas. Lo importante es erradicar las conductas y agresiones machistas de la política y la sociedad. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Sea quien sea el agresor, y sea quien sea la víctima", sentenció.

En otro pasaje de su escrito, Rita Maestre consideró que "lo importante es terminar con cada espacio de impunidad, con cada pequeño detalle que minimiza los comentarios, las actitudes y las agresiones que no deben tener cabida".

"Las mujeres estamos hartas de eufemismos, de evasivas, de que el foco se ponga sobre nosotras, de que la conversación pública gire en torno a la excepción de lo escabroso y no a la normalidad que sostiene tantas violencias cotidianas. Estamos hartas de sentirnos juzgadas cuando hemos formado parte del entorno personal del agresor. Estamos hartas de que no se nos crea y se nos cuestione cuando somos agredidas", enumeró.

Al referirse a la denuncia presentada por la actriz española Elisa Mouliaá, expresó: "Todo lo que ha ido trascendiendo esta semana me abruma y conmociona especialmente porque estoy descubriendo ahora que algunos de los episodios de comportamientos y violencia misógina denunciados por las víctimas sucedieron cuando el agresor era aún mi pareja".

En ese punto, la portavoz de Más Madrid planteó las contradicciones que le generan el hecho de que "una persona de apariencia normal, un 'buen novio', era a la vez un misógino que volvía a casa con normalidad después de agredir a una mujer de 20 años en un hotel".

"No es una novedad, porque el feminismo nos ha enseñado hace mucho tiempo que los agresores que se suelen presentar como seres monstruosos excepcionales son un padre, un hermano, un compañero de trabajo o tu expareja. Pero es sobrecogedor, porque ahora no es una teoría ni un lema; es mi vida, y me resulta imposible no hablar desde ahí", enfatizó Maestre.

Al hacer referencia a quienes "especulan alegremente con el grado de conocimiento de sus acciones o complicidad en los espacios de convivencia personal o política de los que formaba parte", la dirigente española retrucó: "Es imposible que cada una de las personas que hemos compartido con él parcelas de nuestra vida (en el ámbito que sea) no pensemos cómo no pudimos ver que estábamos ante alguien con esas múltiples caras, cómo pudimos cegarnos ante ese nivel de manipulación".

"Eso es lo que es quien sostiene en su día a día una red de agresiones y vejaciones de esta magnitud: un manipulador", sentenció.

A modo de cierre, la vocera de Más Madrid concluyó: "Nada va a poder amordazar esta ola de dignidad. Es otra de las lecciones de la fuerza del feminismo. Yo, desde luego, me voy a dejar la piel en que así sea".