Desde Tucumán partieron en abril advertencias al país sobre el impacto de la chicharrita del maíz y las previsiones que se debían tomar ante la emergencia que causaba el “Daubulus mailis”. La plaga, que se extendió este año y ha generado un sacudón en la cosecha del cereal, con pérdidas de millones de toneladas y también miles de millones de dólares en exportaciones. Lo que fue una novedad en la zona central de la Argentina, no lo era en el norte, donde este insecto existe desde hace años y ya  provocaba problemas.

Por ello entidades relacionadas con el agro en Tucumán, a través de la campaña “Salvemos al maíz”, pidieron que se diagramasen medidas a nivel nacional.“Se sabe que no hay medidas aisladas. Debemos hacer acciones coordinadas para lograr bajar la población; la ‘chicharrita’ es muy movediza y tiene dónde vivir y alimentarse”, explicó al comienzo del año un asesor de los Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria (CREA) y miembro del comité “Salvemos al Maíz”.

El esfuerzo ha sido enorme. Las pérdidas de producción fueron altamente significativas en la campaña 23/24. “Debido a ello, y a pesar de que todos los productores conocen el gran valor que tiene el cultivo en el sistema de producción, en ese momento se plantearon muchas opiniones, con relación a sembrar o no maíz en la campaña 24/25. Algunos pensaban en no hacerlo; otros, en reducir drásticamente la superficie, y otros, sobre la base del análisis de diferentes estrategias -basadas, principalmente, sobre la evolución de las poblaciones del vector-, decidieron esperar a ver con qué niveles se llega a fines de noviembre, para ejecutar un plan ‘A’, ‘B’ o ‘C’... alternativas entre mantener el área y bajarla el 100%”, agregó.

Las poblaciones de “Dalbulus maidis” se mantuvieron bajas durante el invierno y la primera parte de la primavera. Las heladas tuvieron efecto sobre estas, como así también la falta de plantas de maíz. “Esta situación motivó y está motivando a muchos productores a repensar la campaña. Al que no pensaba sembrar maíz ya se lo escucha que considera sembrar algo; el que estaba analizando reducir mucho el área sembrado ahora piensa en no disminuirla tanto; y están los que planean mantener todo como lo venían haciendo hasta ahora”, puntualizó. A raíz de ello, se estima clave en este momento eliminar puentes verdes mediante el vacío sanitario y el control de plantas ‘guachas’ o Voluntarias. Como en octubre hubo lluvias muy por encima de los valores normales, y esto puede motivar a siembras anticipadas. “Sugerimos no hacerlas antes de fines de noviembre”, añadió.

“El trabajo a realizar es grande y debemos hacerlo todos, instituciones técnico-científicas, ingenieros agrónomos, asesores, productores agropecuarios y las entidades gremiales del campo”, dijo un dirigente de Apronor. Es de esperar que esta actitud en conjunto se mantenga en las semanas que restan de noviembre. Como se tituló en nuestro suplemento Rural, disminuir las poblaciones de chicharritas es vital para la próxima siembra.