Nuestro dormitorio puede ser el albergue de un gran caos. Sin embargo, al cerrar el cuarto nadie puede saber qué sucede detrás de nuestro espacio privado. Nuestra habitación puede decir mucho sobre nosotros y lo que sucede en nuestra mente, inclusive señalando nuestro estado de salud mental. Así es que la psicología ha definido cuáles son las motivaciones que nos llevan a tener un cuarto desordenado.
Según la psicología, trabajar en un escritorio desordenado puede beneficiar nuestra menteMuchas personas pueden atribuir el origen del desorden de su habitación a la procrastinación, esa actitud que nos lleva a retrasar todos nuestros deberes. Cuando el caos es cada vez mayor, el solo enfrentarse con ello puede ser intimidante y desalentador. Muchos estudios han demostrado que el desorden es en realidad, un rasgo bastante común de las personas.
Algunas personas simplemente se muestran desinteresadas en limpiar el desastre en el que pueden encontrarse, muchas veces acostumbrándose a ese panorama. Mientras que otras pueden tener un vínculo emocional muy fuerte con sus posesiones, por lo que resulta dificultoso para estas despojarse de aquellos objetos que consideran especiales. Por último, en el caso de algunos perfeccionistas, la falta de limpieza puede ser la consecuencia de creer que nunca podrán ser tan organizados como les gustaría.
¿Qué significa tener la habitación desordenada según la psicología?
Pero otras razones de mayor preocupación pueden ser las causas de este desorden. El caos puede ser signo de una sobrecarga mental, donde nuestro espacio físico se vuelve un espejo de una mente abrumada por pensamientos, tareas o decisiones pendientes. A la vez, el desorden puede ser una forma de evitar lidiar con situaciones estresantes o emocionales difíciles, así como una manifestación de aquello que nos sucede por dentro, de las emociones que experimentamos.
Una habitación desordenada puede ser signo de nuestro estado de salud mental. Una investigación publicada en la revista BMC Public Health en 2020, ha demostrado que existe un vínculo entre las habitaciones desordenadas y la depresión. Los signos de esta enfermedad pueden incluir falta de motivación, lo que lleva a lidiar con un espacio descuidado. Mientras que una investigación del año 2016 encontró una conexión significativa entre el desorden y la depresión en las personas que sufren de acumulación compulsiva.
Así, el desorden puede tener grandes consecuencias en nuestro despemeño diario, suponiendo efectos adversos en nuestra habilidad de concentrarnos y formular decisiones. Es fácil distraerse cuando hay caos en nuestra habitación. Encontrar documentos o concentrarse en el trabajo son dos tareas importantes que se vuelven más difíciles de completar cuando estamos rodeados de confusión.