Málaga es una ciudad costera al sur de España y se encuentra entre los territorios que golpeó con fuerza la DANA. También es el hogar de Ana Paula Paolantonio y Guillermo Barcellona, una pareja de tucumanos que vive allí hace dos años. Desde el norte de España -donde se encuentran provisoriamente trabajando-, cuentan a LA GACETA cómo se vivió la llegada de las intensas tormentas en una ciudad caracterizada por la sequía.
DANA: los ingeniosos métodos de los vecinos de Málaga para salvar sus autosLa primera alerta llegó a los teléfonos de todos los habitantes de Málaga. El Ayuntamiento junto con la Guardia Civil enviaron una notificación avisando sobre el estado de emergencia y, según cuenta Barcellona, informando la suspensión de clases, institutos y juzgados. La alerta se vivió como un caos: "Nadie esperaba tal situación en una ciudad en la que prácticamente nunca llueve", cuenta.
"Pedían que no saliéramos de casa. En el momento de las fuertes lluvias, en una localidad llamada Campanillas, la policía local pasó puerta por puertap idiendo subir al primer piso de las casas para protegerse del desborde del río más cercano", relata el tucumano de 39 años.
Según el periódico El País, se registraron 142 litros por metro cuadrado en 24 horas. Para el sitio MalagaHoy, en cambio, la acumulación de las precipitaciones ascendió hasta los 155 litros por metro cuadrado en el mismo lapso de tiempo.
La DANA en Málaga y la solidaridad de los vecinos
El accionar de los malagueños fue clave para que no se registraran víctimas fatales por las lluvias. "Fueron fuertes lluvias, sí se inundó gran parte de lo que sería el centro, pero no hubo ninguna víctima", relata Paolantonio. Las precauciones tomadas evitaron que se diera una situación similar a la de Valencia, donde más de 300 personas perdieron la vida.
El día anterior a las tormentas, la policía pidió a los vecinos despejar las calles de autos. También hubo una iniciativa de malagueños autoconvocados que se aprestaron a limpiar y destapar las alcantarillas y los desagotes para permitir que el agua fluyera.
"En Valencia uno de los problemas fue que el agua se llevaba los contenedores de basura, se volcaban y la basura tapaba los desagües. Ahora en Málaga agarraron los basureros y los pusieron en lugares elevados o los encadenaron para que no se vayan. Los recolectores pasaron antes juntando la basura. Pero sí, se vive bastante tenso", contó Barcellona.
Las empresas privadas también colaboraron. Las cadenas de supermercados donaron miles de litros de agua embotellada para ayudar a los más afectados. Además, los bancos publicaron camapañas de donación para contribuir a la causa de recuperación.
Paolantonio, por su parte, agradece las lluvias de forma parcial. "Realmente son muy necesarias en Málaga, hay muchísima sequía. Pero, dados los acontecimientos, es muy feo ver lo que está pasando".