El momento de empezar a trabajar suele presentar desafíos para los jóvenes. La inserción en el mercado de trabajo para aquellos que tienen entre 18 y 29 años está cruzada por la falta de experiencia, la incompatibilidad de horarios laborales y la escasez de oportunidades en áreas de interés. Estas son algunas de las dificultades que expresan la mayoría de los jóvenes, según un informe de la asociación civil Junior Achievement y la consultora ManpowerGroup.

Según el informe, nueve de cada 10 jóvenes tienen dificultades para ingresar al mercado laboral. El 72% indicó que la falta de experiencia es el principal obstáculo para encontrar empleo formal; la incompatibilidad de los horarios laborales (48%), el segundo, y la escasez de oportunidades en áreas de interés (43%), el tercero.

En este contexto, los jóvenes eligen priorizar un salario competitivo y el crecimiento profesional a la hora de buscar un trabajo. Siete de cada 10 declararon haber trabajado en áreas que no son de su interés: el 32% por necesidades económicas urgentes y el 23% por falta de experiencia.

El informe también destaca una disparidad entre los puestos buscados por los jóvenes y las vacantes disponibles. Mientras que las principales áreas de interés para los jóvenes son ventas y atención al cliente, marketing y publicidad, y tecnologías de la información, las empresas buscan principalmente candidatos para ventas y atención al cliente, finanzas y bienes raíces, e ingeniería.

El desafío de la informalidad y el desempleo juvenil

Según datos del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), el 63% de los jóvenes que trabajan lo hacen en condiciones de informalidad. La informalidad puede ofrecer una manera de acumular experiencias y aprender habilidades, aunque también puede convertirse en una precarización permanente.

El desempleo es otro problema crítico. Unicef informa que la tasa de desempleo en el segmento de 18 a 24 años es casi tres veces superior a la tasa general. Este fenómeno, agravado por el contexto económico, aumenta la demanda de empleo entre los jóvenes y provoca interrupciones en sus carreras educativas.