DAMASCO, Siria.- Los rebeldes liderados por islamistas radicales entraron en Hama, luego de combatir con el ejército del presidente de Siria, Bashar al Asad, que reconoció haber perdido esa ciudad estratégica.

Hama se sitúa en el eje que conduce a Homs, en el centro, y a la capital Damasco, que son ahora las dos únicas grandes ciudades en manos del régimen de Asad, cada vez más debilitado por la ofensiva relámpago de los insurgentes lanzada la semana pasada desde el norte.

Los rebeldes encabezados por los islamistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS) tomaron la mayor parte de Alepo, segunda ciudad del país, y continuaron su avance hacia Hama, más al sur; según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), más de 800 personas, entre combatientes y civiles, perecieron en el avance.

La ofensiva relámpago que inició el miércoles de la semana pasada el HTS volvió a agitar una guerra civil estancada, aunque nunca se declaró finalizada.

El conflicto se inició en 2011, al ritmo de las revueltas populares conocidas como “Primavera Árabe” una serie de protestas y rebeliones antigubernamentales que se extendieron por gran parte del mundo árabe entre 2010 y 2012.

Siria vuelve a arder, mientras diversos grupos se disputan el control del país

Lo que se conoció luego como Primera Primavera Árabe comenzó en Túnez, en respuesta a la corrupción y el estancamiento económico. Desde Túnez, las protestas se extendieron a otros cinco países: Libia, Egipto, Yemen, Siria y Bahréin.

En el caso de Siria, derivó en una situación muy compleja, en la que muchos actores pretenden repartirse el país.

Escenario complejo

Cuatro grupos compiten actualmente por el control sobre el terreno.

Las fuerzas gubernamentales de Bashar Al Asad, que controlan el ejército, su principal fuerza militar del gobierno, lucha junto a las Fuerzas de Defensa Nacional, un grupo paramilitar progubernamental.

Cuentan con el apoyo clave de Irán, a través de fuerzas (como la Fuerza Quds) presentes en el país y milicias proiraníes como Hezbollah, y de la aviación rusa.

Otro conjunto de actores en la contienda está encabezado por el HTS (por su nombre en árabe) u Organismo de Liberación del Levante y sus grupos aliados. El HTS es la última iteración del Frente al Nusra, que había prometido lealtad a Al Qaeda hasta que rompió esos lazos en 2016.

Conflicto en Siria: un peligro para la seguridad de toda la región

Liderado por Abu Mohamed al Jolani -que encabezó Al Nusra-, en los últimos años se acercó a Turquía en un intento de buscar legitimidad internacional y alejarse del extremismo religioso de Al Qaeda. Junto a Al Jolani, operan en este frente otros movimientos armados como Sultan Murad, o Yeish al Izza, apoyados por Turquía.

Las Fuerzas Democráticas Sirias, otro grupo que disputa territorio al régimen de Al Asad está dominado por los kurdos -enemigos de Turquía- y respaldado por Estados Unidos, que controla partes del este de Siria.

Entre las fuerzas rebeldes sirias turcas y alineadas con Turquía hay que contar también al Ejército Nacional Sirio, una fuerza rebelde respaldada por Turquía en el norte de Siria.

En el centro país quedan además zonas controladas por ISIS, al que en el mundo árabe llaman despectivamente Daesh (acrónimo de Estado Islámico de Irak y Siria, que en árabe suena como “el que siembra discordia”). Este grupo yihadista, en su apogeo, llegó a gobernar en Irak y Siria una zona de la mitad del tamaño del Reino Unido. Allí intentó imponer su interpretación extrema del Islam, que incluía ataques a grupos religiosos minoritarios y castigos a los musulmanes considerados apóstatas.