Un nuevo frente de batalla procesal se abrió en uno de los casos más polémicos de los últimos tiempos. La joven que denunció a cuatro jugadores de Vélez por abuso cumplió con la orden de que entregara información de su celular. Ese paso generó una nueva controversia. Por un lado, los querellantes aseguran que lograron probar que no se eliminó ningún mensaje. Mientras que los defensores dicen lo contrario y analizan si tomarán algún tipo de medida.

De acuerdo con la denuncia, la joven dijo que fue atacada en la habitación de un hotel por Braian Cufré, José Florentín Bobadilla, Abiel Osorio y Sebastián Sosa. La fiscala María Eugenia Posse acusó a los tres primeros como autores de abuso sexual y al cuarto, como partícipe secundario.

Los defensores, Florencia Abdala y Camilo Atim (representan a Florentín Bobadilla), con el apoyo de sus colegas José María Molina, Ernesto García Biagosch e Ileana Antoniella Bataglia (asisten a Cufré y a Osorio) y Ernesto Baaclini (patrocina a Sosa) solicitaron que se analice el celular de la denunciante para busca un audio que supuestamente le envió la víctima a una amiga y que, según los profesionales, confirmaría la versión de que se trató de una relación consentida.

La Justicia hasta el momento había autorizado que se analizara el celular de la amiga para preservar la intimidad de la demandante. Sin embargo, los peritos no pudieron encontrar el audio porque la testigo lo había borrado. Ante esta situación solicitaron que se analice el de la víctima, planteo que ya había sido rechazado por otros magistrados.

Sin embargo, la semana pasada, la defensora Abdala solicitó que la Justicia ordenara a la denunciante que entregara las capturas de pantalla y los audios que le envió a su amiga entre el 3 y el 8 de marzo teniendo en cuenta que no se había podido encontrar esa información en el móvil de la testigo. La auxiliar Cynthia Bono, siguiendo las instrucciones de la fiscala Adriana Reinoso Cuello, rechazó el pedido. La representante del Ministerio Público dijo que la víctima siempre participó en el proceso y que, al solicitarle esa información, se estaban vulnerando sus derechos y revictimizándola porque con una medida de este tipo avanzarían sobre su intimidad. Los querellantes Patricia Neme y Franco Venditti adhirieron a esa postura.

La jueza Eliana Gómez Moreira aceptó parcialmente el pedido de los defensores. Le pidió a la víctima que presentara las capturas de pantalla y los audios que le envió a su amiga y que dijo tener clonados. Sin embargo, aclaró que sólo debía mandar los mensajes enviados entre el 3 y el 4 de marzo y no todos los días que habían solicitado para preservar su intimidad.

Diferentes lecturas

El lunes, tal como estaba dispuesto, la denunciante se presentó en la fiscalía de Reinoso Cuello. Allí entregó el celular para que tomara capturas de los mensajes que le envió a su amiga. Las partes hicieron una valoración diferente de las pruebas.

“Dejamos constatado en actas que son totalmente coincidentes a las capturas que la víctima ofreció cuando hizo la denuncia y que no hay nada eliminado. Esta información ya fue constatada por el ECIF cuando se hizo el análisis del teléfono de su amiga”, explicó Neme.

Los defensores dijeron todo lo contrario. “La denunciante y la querella siempre tuvieron el comportamiento lineal de obstruir la investigación ocultando pruebas a lo largo del proceso. Mi defendido Sosa, desde el primer momento, estuvo a disposición del Ministerio Público”, sostuvo Baaclini. “Los mensajes eliminados demuestran que teníamos razón. No habría coincidencias de las capturas aportadas ayer con las que fueron presentadas en un comienzo. Queda claro que se eliminaron mensajes”, sostuvo José María Molina. “Los audios existen o existieron porque así lo dijo la testigo. Esos mensajes hablaban sobre lo que pasó esa noche y fueron enviados el 3 de marzo. Sin embargo, no fueron encontrados en el celular de la amiga ni en el de la denunciante”, finalizó Ernesto García Biagosch.