El peronismo siente en la piel los cambios de tiempos y de temperatura política. En este último tramo del año, la dirigencia del PJ está entrando en modo electoral y comienza a especular sobre lo que viene. Aunque probablemente haya una pausa por las vacaciones, ya hay algunos indicios sobre cómo será el clima de la previa. La de 2025 será la primera elección importante desde que Javier Milei es presidente y Osvaldo Jaldo, gobernador. Suele decirse que los comicios de medio término son plebiscitos para los oficialismos. A esto se suma un aspecto clave: de allí se espera que surjan los liderazgos para el 2027.

El escenario desconcierta a todos porque no hay precisiones sobre cómo el Gobierno y la oposición encararán la campaña ni, fundamentalmente, cómo se comportará el electorado.

En el ámbito nacional, una parte del justicialismo se entusiasma con el rearme tras la asunción de Cristina Fernández. En esta línea están los senadores Juan Manzur y Sandra Mendoza y el diputado Pablo Yedlin, entre otros dirigentes del ex manzurismo. Otro sector, que repudia al kirchnerismo y sus ramificaciones, sigue con desconfianza el proceso para ver cómo sigue, qué cariz toma y, sobre todo, qué lineamientos se derraman hacia los peronismos de las provincias. En este último grupo están los gobernadores que optaron por la cercanía con la Rosada, como Jaldo.

Lo que une a ambas vertientes es que siguen con atención las internas dentro de La Libertad Alianza (LLA) y, a la vez, de los libertarios con sus aliados externos, tanto en Buenos Aires como en la provincia. Esta semana, las diferencias entre Milei y la vice Victoria Villarruel se evidenciaron nuevamente en la discusión sobre la validez o no de la sesión mediante la que se expulsó al senador Edgardo Kueider (fue detenido en Paraguay con U$S 200.000 sin declarar). En el mismo ámbito también se manifestó la pelea entre LLA y el PRO macrista. Las tres figuras más gravitantes en el ámbito nacional -Milei, Cristina y Macri- riñen y se miden con la mirada puesta en los próximos meses.  

Los temores peronistas

Jaldo ha decidido terminar el año con una agenda oficial llena de inauguraciones de obras y de actividades que resumen la impronta de actividad que le dio a su gobierno. Las medidas resonantes y las posturas tajantes marcaron el año en la Casa de Gobierno. El mandatario apuesta a la gestión para concluir diciembre sin sobresaltos. Cerró paritarias, habilitó dos cárceles y firmó convenios con la Nación. La política partidaria, sin embargo, se cuela en el día a día. Los últimos discursos públicos del tranqueño han tenido algunas líneas interesantes para la antesala electoral.

En el acto por la inauguración de los trabajos que concretó Vialidad en la ruta 325, Jaldo habló del año entrante. “A nivel nacional no tenemos un Gobierno peronista. Nos dimos cuenta de cuánta importancia tiene elegir a nuestros diputados y senadores ¡Estos son los diputados que ponen la cara por la provincia, los que votan lo que el gobernador y el pueblo de Tucumán piden!”, dijo antes de invitar a que den un paso al frente a los miembros del bloque Independencia. Saludó junto a Elia Fernández, Agustín Fernández y Gladys Medina. “Hay un gobernador que supo tomar las decisiones que corresponden”, afirmó en relación a su vínculo con el mileísmo. “¡Guarda, que el año que viene hay elecciones nacionales!”, advirtió. “Hay algunos que nunca aparecieron, nunca volvieron y que vuelven sólo cuando hay elecciones. Los que quieran votos del interior, que vengan a laburar todos los días y que no vengan a buscar votos de arriba”, lanzó primero. Luego, fue un poco más específico respecto de a quién o a quiénes se refería. “¿Por qué no pavimentaron antes la ruta? Vayan a preguntar a los que gobernaron antes y no hicieron nada. Si quieren les doy la dirección”, disparó. “¡Estoy entrando en precalentamiento!”, se frenó entre risas al darse cuenta de la derivación de su discurso. Dirigentes que estaban en el escenario, la mayoría funcionarios, legisladores e intendentes, identificaron que no estaba hablando sólo de la oposición. Jaldo apuntó a Manzur. La enemistad entre ambos no es un misterio, pero toma y tomará especial relevancia. Y es, precisamente, el hilo sobre el que se enhebran los temores del peronismo para 2025.  

1-El tenor que puede llegar a alcanzar el vínculo Jaldo-Manzur el año entrante es uno de los mayores miedos del peronismo para 2025. Jaldo mantiene el diálogo con Milei y Manzur está sentado entre los senadores de Unión por la Patria que encabezan la oposición en el Congreso. De hecho, se reunió con Cristina en varias oportunidades y forma parte de la nueva conducción justicialista. En el jaldismo creen que Manzur está al acecho y que opera para molestar a Jaldo sin parecer que lo está haciendo. Los cercanos al presidente del justicialismo local afirman que no tiene interés en pelear, pero sí en participar el año que viene y que el manzurismo de la interna ya no existe como tal.  

El gran asunto en este punto es el armado de las listas de candidatos y quién tendrá la representación oficial del PJ. Jaldo es el jefe del oficialismo. Manzur, en los papeles, es el presidente del partido en Tucumán. En el jaldismo afirman que el gobernador elegirá a sus candidatos y que quienes no estén de acuerdo, pueden presentarse y competir internamente. Entre los allegados a Manzur creen que las nóminas tienen que consensuarse. Consideran que ese será el único camino para evitar la interna y que, de otra manera, se exponen a una posible intervención. Añaden que Jaldo quiere armar un frente provincial con el PJ como base y que Cristina, uno nacional que se replique en las provincias con el mismo PJ como columna. Afirman que ambas posturas son incompatibles y aseguran que Jaldo debería salir por fuera. Entre los de Jaldo expresan que tienen los números en el Consejo y el Congreso para avalar lo que defina.

Manzur no estuvo en la asunción de la ex vicepresidenta, porque está de viaje. Pero aseguran que estaría dispuesto, según algunos confidentes, a analizar plantar pelea en la provincia para los comicios. En este contexto, hay un apellido que esperanza como prenda de unidad: Acevedo.  

2-La relación Jaldo-Acevedo es otra incógnita para la dirigencia. Los protagonistas se muestran juntos, trabajando. Hubo algunos cortocircuitos, pero la sangre no llegó al río. Acevedo estuvo en los últimos días en un acto del espacio NEP, del legislador Gerónimo Vargas Aignasse. El parlamentario encabeza uno de los acoples capitalinos de mayor rendimiento electoral. Si bien tenía una estrecha relación con Manzur, están distanciados ¿Por qué? Vargas Aignasse no está de acuerdo con la cercanía de Manzur con el kirchnerismo. Él fue uno de los primeros dirigentes peronistas en dar el portazo cuando esa línea era gobierno porque lo corrieron de una lista de candidatos a diputados para reemplazarlo por el camporista Marcelo Santillán. En ese escenario y ante la dirigencia, Acevedo repitió lo que viene diciendo en privado: no digiere algunas de las medidas de Milei y le preocupa la microeconomía. Apuesta, sin embargo, a la unidad y respalda el criterio de Jaldo. La estrategia discursiva es diferenciar que en Tucumán se apuesta a un estado presente mientras que la Nación pretende destruirlo. El gobernador no pudo asistir, pero envió ministros y funcionarios.

En el ex manzurismo consideran que Acevedo podría ser un buen candidato para garantizar que todo el peronismo, incluido el que no es jaldista, se encolumne y trabaje en las elecciones. En el jaldismo no lo mencionan como posibilidad aún.

En la Legislatura, mientras, el clima está enrarecido después del tratamiento del Presupuesto. Hay parlamentarios más y menos cercanos al Ejecutivo que advierten que los de 25 de Mayo y San Martín intentaron excederse en sus facultades, en detrimento de la Cámara. Introdujeron algunos cambios en el proyecto original y, aparentemente, comenzarán a revisar con lupa todo. De hecho, está previsto que esta semana pueda tratarse en el recinto una batería de emergencias pedidas por la gestión de Jaldo. Un detalle: habrían dado dictamen a la emergencia en el área de Obras Públicas, pero en vez de extenderla por dos años, como se habría pedido, dictaminaron por uno.

3-Que se eliminen o suspendan las PASO es un tema que también enciende las alarmas. El escenario se haría más complejo en todo el país para ordenar las diferencias comarcanas. Las Primarias serán clave para definir las listas si es que no hay acuerdo previo. La Rosada impulsa la eliminación de la instancia en el contexto de una reforma política integral. Los gobernadores no están de acuerdo, Jaldo incluído.  

4-La polarización en el escenario local es un enorme riesgo, consideran en el justicialismo como otro aspecto a tener en cuenta en esta lista. El objetivo de máxima es lograr arrebatar una banca a la oposición. El oficialismo pone en juego dos (las de Elia y Agustín Fernández) y la oposición otro par (las del radical Roberto Sánchez y de Paula Omodeo, de CREO). Si en el tablero confrontan sólo el PJ y LLA y no juegan otros espacios, podría ser perjudicial. Apuestan a que la oposición local se atomice y pueda dividir votos para quitar fuerza a los libertarios y sus aliados. Una asociación indeseada sería, por ejemplo, que Mariano Campero acuerde con LLA y encabece la lista. Otros de los hechos que no les beneficiaría será que Sánchez o Ricardo Bussi no participen.  

5. Otro tema que podría ser un sobresalto es que la distancia de Jaldo en relación a la Nación no sea a tiempo o no resulte suficiente. La dirigencia del peronismo siente que el mandatario debería diferenciarse desde ya para poder preservar el voto peronista. Agregan que los adherentes de LLA pueden valorar a Jaldo y su gestión mas no votar por el justicialismo. Apuntan, por ejemplo, a que esta semana el presidente estaría en la cena anual de Federalismo y Libertad y que Jaldo fue invitado a acompañarlo ¿Las fotos reflejarán la misma simpatía y cercanía que las del 9 de Julio?

Mencionan también que no saben bien cómo será el desempeño de LLA. Se plantean que si logra más parlamentarios ¿necesitará tanto como ahora de los gobernadores dialoguistas? En esa misma línea, hay peronistas cercanos a Jaldo que también desconfían de qué tan buen “pagador” de lealtad es Milei. Aparece en esta reflexión el fantasma de Macri y lo que está sucediendo con ese sector del PRO.

No es menor la cantidad de referentes que considera que Jaldo fue un buen piloto de tormenta y que podrá también acomodar el barco a las nuevas circunstancias.  

El peronismo siente en la piel los cambios de temperatura política. La dirigencia justicialista está entrando en clima, expresa sus miedos y comienza a especular sobre lo que viene. Las dudas comenzarán a despejarse con el paso del calendario electoral.