“Pa, ya vuelvo”. Esas fueron las últimas palabras que Mario Alfredo Rodríguez (55 años) escuchó de su hija Karen del Valle Rodríguez (22) cuando se marchó el lunes por la noche de su casa de Concepción. Su cuerpo fue encontrado el sábado, enterrado en el fondo de la vivienda de Javier Matías “Toro” Bulacio (31), que fue detenido en La Rioja, horas después del hallazgo del cuerpo. Aún no se esclareció el móvil del crimen, pero se transformó en el octavo femicidio registrado en lo que va del año en Tucumán, de los cuales, seis se cometieron en el interior de la provincia. “Ellos siguen creyendo que les pertenecemos como si fuéramos un objeto”, lamentó Brenda Medina, conocida de la víctima.
Antes de despedirse de su padre, la joven tomó una campera. Al padre de la estudiante no le sorprendió que no regresara, pero sí lo inquietó que no le enviara ningún mensaje por WhatsApp para tranquilizarlo de que estaba bien. Durante días la buscó y al no tener novedades, el jueves realizó la denuncia, según la Policía.
El viernes, personal de la Brigada de Investigaciones Sur, al mando de los comisarios Luis Almaraz y Ceferino Mendoza entrevistaron al padre de Karen y comenzaron a armar un rompecabezas para tratar de encontrarla. El primer descartado fue un tal “Leo”, con el que estaba relacionado sentimentalmente, pero estaba trabajando en Mendoza.
Los investigadores lograron establecer que la joven había sido vista con un tal “Toro”. El señalado estaba prófugo de la Justicia desde febrero pasado por una causa de robo. También establecieron que habría estado pidiendo plata prestada a sus allegados para viajar a La Rioja, provincia donde se habría mantenido oculto durante varios meses después de enterarse que lo estaban buscando por un asalto. Cuando preparaban los informes para solicitar su detención, recibieron la información de que el padre había encontrado su cuerpo.
Vanesa Tabera, que sería su cuñada, no sólo le dijo que la había visto con su ex pareja “Toro”, sino que lo acompañó hasta su casa. El hombre, al no encontrar a nadie, decidió pasar a buscarla. Se topó con una chapa que estaba puesta de manera extraña. La corrió y descubrió tierra removida. Con sus propias manos comenzó a excavar hasta que dio con el cuerpo de su hija.
El fiscal Miguel Varela autorizó a los pesquisas que siguieran los pasos de Bulacio y que aprehendieran a Tabera ante la posibilidad de que hubiese tenido alguna participación en el femicidio.
Se comunicaron con sus pares riojanos que confirmaron que el sospechoso había arribado el sábado a la mañana a La Rioja. Lo encontraron cuando pretendía viajar a una ciudad del interior de esa provincia.
Avance en la investigación
Bajo el control del fiscal Varela, personal del Equipo Científico de Investigación Fiscal (ECIF) examinaba la escena donde se habría registrado el femicidio.
Hasta el momento, los investigadores no pudieron determinar qué pasó en la vivienda del barrio Cristo Rey. Hay numerosas versiones sobre el caso, pero hasta el momento ninguna tiene peso probatorio suficiente para inclinar la balanza de la verdad.
Desde La Rioja llegaron algunos indicios. Bulacio le habría dicho a sus cuidadores que se habría mandado una macana. “Estaba mal porque había consumido drogas ese día. Peleamos y pasó”, podría haber sido una confesión, pero que no tiene validez legal porque no la hizo cumpliendo los requisitos legales.
En el supuesto relato de “Toro” hay algunas coincidencias con el resultado de la autopsia. Por el avanzado estado de descomposición que presentaba el cuerpo, los médicos creen que podría haber fallecido por asfixia.
Los profesionales sí determinaron que la fecha probable de muerte de Karen fue el mismo martes. Al parecer, según los testimonios de algunos vecinos y los datos preliminares de algunas pericias, ese mismo día la habría enterrado en el fondo de la vivienda. Sólo queda determinar si contó con la colaboración de alguna persona, como es el caso de su ex pareja Tabera. Los vecinos reconocieron que el sospechoso nunca más volvió a su casa y sus allegados dijeron que desde ese día se quedó a domir en la casa de su madre.
Dolor y pedido
“Las mujeres del interior estamos desprotegidas”, se apuró en aclarar Estela Ramírez. “No me sorprende el final que tuvo esta chica porque aquí los hombres no entienden que no somos objetos ni pertenecemos a nadie. Soy estudiante universitaria, vivo en la capital y los fines de semana regreso a Monteros. Es abismal la diferencia de mentalidad que tienen los chicos”, añadió.
Lourdes Ricciutti no conocía a Karen, pero quedó horrorizada al enterarse del caso. “No me sorprende y a los tucumanos, especialmente los del interior, tampoco. Desde que iba a la secundaria me enteraba de casos de chicas que habían sido golpeadas por sus parejas por no tener relaciones. Ni hablar de las que, después de mucho tiempo, se dieron cuenta que eran abusadas por los chicos con los que salían. Afortunadamente, ahora se está produciendo una apertura de mente en las chicas que ya no toleran esto. Pero al mismo tiempo, es lamentable que con los hombres no pase lo mismo”, opinó.
Las mujeres consultadas por LA GACETA reconocieron que en el interior de la provincia existen numerosos mecanismos para asistir a las víctimas de violencia. Pero advirtieron que con eso no alcanza y que la educación puede ser la única herramienta para revertir esta situación. “De qué sirve tener policías preparados para recibir la denuncia, fiscales que atienden los casos y recibir asistencia de los municipios si las víctimas todavía siguen aceptando la violencia machista. Aquí estamos hablando de una cuestión cultural que debe ser dinamitada de una vez por todas”, sostuvo Florencia Medina.