El calentamiento global afecta de manera significativa a los hielos en los polos. Este derretimiento en el Ártico y en la Antártida podría tener un efecto secundario relevante: despertar al centenar de volcanes actualmente dormido. La ciencia está llevando adelante investigaciones al respecto utilizando instrumental muy preciso, según informó Meteored.
La Antártida, un continente totalmente cubierto de nieve, alberga a más de 100 volcanes, uno de los cuales, el Monte Erebus, se encuentra a tan sólo 40 kilómetros de una base científica: es un emplazamiento que facilita el estudio sobre cómo el deshielo podría influir en la actividad volcánica en el futuro. Un grupo de científicos llevó a cabo una expedición allí recientemente. Este volcán está activo y en erupción desde hace 52 años. Si bien ha sido objeto de investigaciones desde los 60, fue necesario sustituir los sismógrafos colocados en la cima del Erebus como consecuencia de los daños causados por el viento.
A partir del uso de los instrumentos adecuados, los científicos descubrieron que el sistema de magma del Erebus se extendía 150 kilómetros dentro de la superficie terrestre. Es gracias al lago de lava que el volcán puede liberar la enorme presión contenida bajo tierra. ¿Qué sucede? El lago actúa como una válvula desde hace miles de años.
Monte Waesche y su despertar
Inactivo desde hace 100.000 años, el monte Waesche es considerado extinto pero, aún así, es el que más atención concentra de parte de los científicos porque todo el hielo a su alrededor se está derritiendo. Los especialistas consideran que, cuanto más se derrita el hielo situado en sus laterales, más gases contenidos en el magma se escaparán, lo que podría provocar erupciones.
Cuando los glaciares se reducen, la actividad volcánica se intensifica, según coinciden los vulcanólogos. El 90% de las erupciones del monte Waesche tuvieron lugar, según los análisis, en la edad de hielo, cuando las temperaturas eran suaves y la capa de hielo, más fina. Ahora queda por ver a qué nivel de derretimiento del hielo se despertará el Waesche, así como el centenar de volcanes que aún están inactivos. Mirado desde la óptica de la Antártida, el futuro del planeta parece explosivo.
Las señales y efectos que preocupan a la ciencia
-El deshielo y el aumento de la actividad volcánica: el calentamiento global provoca el derretimiento de los glaciares y de las capas de hielo que cubren muchos volcanes. Esta disminución de peso sobre la corteza terrestre puede desencadenar un fenómeno conocido como descompresión, lo que podría facilitar la actividad volcánica. Al reducirse la presión, se pueden generar erupciones más frecuentes o más intensas.
-Aumento de la presión interna: a medida de que el hielo se derrite y el agua se infiltra en el sistema volcánico, esta puede interactuar con las rocas calientes, y generar más actividad hidrotermal o, incluso, erupciones. El agua infiltrada puede entrar en contacto con el magma, lo que provoca la liberación rápida de gases y aumenta la presión interna.
-Cambios en el comportamiento de los flujos de lava: en algunas regiones, el derretimiento de los glaciares puede alterar la forma en que el magma se desplaza, y hacer que los flujos de lava sean más dinámicos o se muevan en direcciones no habituales.
-Impactos a largo plazo:aunque los volcanes no son los principales impulsores del cambio climático, la liberación de gases volcánicos, como el dióxido de azufre, puede interactuar con los efectos del calentamiento global. Estas emisiones contribuirían al enfriamiento global temporal debido a la formación de aerosoles que reflejan la radiación solar, pero, a largo plazo, las erupciones pueden tener efectos complejos en el clima.