La política ingresa en una zona de pasividad temporal. Las tradicionales Fiestas de Fin de Año encontrará a gran parte de la dirigencia de primera línea distendida. En Tucumán, Osvaldo Jaldo pasó una prueba de fuego. El jueves por la noche, su rostro reflejaba más tranquilidad que la de los organizadores de la Conferencia Anual de Federalismo y Libertad. Todos querían la foto con el presidente Javier Milei, esa que sí tuvieron el mandatario tucumano y su par catamarqueño, Raúl Jalil. A ciencia cierta, nadie sabe de qué charlaron en los pocos minutos que el jefe de Estado y los gobernadores dialoguistas estuvieron a solas. Sin embargo, la cara de “feliz cumpleaños” con la que los mandatarios abandonaron el Sheraton Hotel Tucumán reflejaba que las gestiones habían sido exitosas. En el entorno de ambos sólo se especuló con que se trató de financiamiento para continuar el ritmo de la obra pública. Sacarle un sí (y sobre todo plata) al Presidente de la austeridad y dueño de la motosierra fiscal, ya era un triunfo institucional.
El año electoral puede cambiarle el humor a la política. Nadie puede asegurar que las sociedades institucionales o de responsabilidad políticas limitadas se mantendrán durante 2025. Hay demasiado en juego, mucho más que el número de bancas por renovar en el Congreso. Lo que no sobra son candidatos. Al cierre del año, en el caso de Tucumán, cuesta pensar cuál será la oferta que el oficialismo que comanda Jaldo presentará en mayo cuando deba confirmar las candidaturas a diputados nacionales. Lo mismo pasa con la oposición en la provincia. Todo parece indicar que el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, será el principal elector del distrito. El interrogante que se planteó en la noche libertaria del jueves fue: ¿cuánto estarán dispuestos los radicales a quedar fuera de la marquesina electoral cuando sus apellidos siempre tuvieron grandes rótulos? ¿Las “fuerzas de cielo”, recientemente constituidas en el distrito, pedirán pista? ¿Qué harán los republicanos ante el nuevo escenario?
Osvaldo Jaldo volvió a respaldar a Javier Milei: "Vamos a seguir acompañando la gestión nacional"Preguntas similares se estructuran en el Partido Justicialista. El gobernador tiene en claro que, para poder negociar con la Casa Rosada, tendrá que contar con parlamentarios que comulguen con su política. Pero tampoco ignora que sus postulantes deben tener sello peronista para captar aquellas voluntades que hoy lo miran desde lejos porque el dialoguismo y el pragmatismo no forma parte de su pensamiento político. Puede haber sorpresas en el armado, pero no en la estructura. El año se cierra con una compulsa hecha por la Casa de Gobierno en la mayoría de las intendencias y en las comunas rurales. Los consultados coincidieron en que el acompañamiento a las decisiones del gobernador no está en riesgo, más allá que dentro del partido pueda surgir alguna alternativa en la conformación de nóminas de candidatos a diputados nacionales.
Mientras Jaldo siga inaugurando obras, aquel humor social no se modificará. Sin presupuesto nacional, Milei tendrá la potestad de redistribuir partidas con el esquema de ejercicios anteriores. Para algunos, eso constituye un riesgo, más si se toma en cuenta que se viene un año de elecciones en la que todos estarán a punta de un test de gestión. Para otros, en tanto, les significa cierta flexibilidad a la hora de solicitar recursos prometidos en los últimos meses. En este último lote de gobernadores se inscribe el tucumano.
Las preocupaciones del mandatario están relacionadas con la prestación de los servicios a la sociedad. Antes de salir de vacaciones, el titular del Poder Ejecutivo reclamó informes a varios funcionarios acerca del escenario que se le presenta al verano, particularmente con la electricidad y con la provisión del servicio de agua potable. “No quiero excusas; quiero acciones”, exclamó el mandatario cuando se fue enterando de que hay algunos inconvenientes que pueden encontrar pronta solución y evitar futuros dolores de cabeza en su ausencia. Varios funcionarios temen por las medidas que el gobernador pueda llegar a tomar a su regreso de la licencia, a mediados de enero. “Es bueno que estén ocupados y que salgan a atender los reclamos de la gente. Para eso estamos”, indica el tranqueño, que le pone puntos suspensivos a la posibilidad de que el año electoral lo encuentre con nuevos brios en el gabinete. El problema que subyace es que no hay demasiados nombres disponibles para asumir cargos de primera línea, conociendo las demandas que Jaldo suele imprimirle a sus funcionarios.
En la misma tesitura se encuentra la intendente capitalina Rossana Chahla, que preanunció posibles modificaciones en el elenco municipal al regreso de sus vacaciones. Todo está en stand by hasta tanto se evalúe la tarea de algunas áreas consideradas sensibles por Chahla.
La noche del viernes encontró al gobernador y a la jefa municipal compartiendo un asado para despedir el año. El convite se prolongó hasta la madrugada de ayer. Se habló de todo y se despuntó alguna que otra estrategia para que haya sintonía fina durante el año electoral. “Cuando quieras puedes ir a la Casa de Gobierno. Las puertas siempre están abiertas”, le dijo el mandatario a la intendente. Jaldo quiere sumarla para la campaña, con participación en el interior provincial.
Se viene una etapa de coordinación de acciones. En esta estrategia oficialista, el vicegobernador Miguel Acevedo también tendrá un rol protagónico, según trascendió.
El presidente de la Legislatura se ha sumado a la caravana de funcionarios que acompañan al gobernador a la inauguración y a la supervisión de obras en el interior. La relación entre el 1 y el 2 de la provincia pasa por un buen momento.
El pulso del consumo
En estos días, antes de la Navidad, Jaldo se ocupó de que mañana, por ejemplo, la plaza Independencia sea el escenario de la recepción de los primeros colectivos que se adquirieron para la renovación del parque automotor del transporte público de pasajeros. Durante este fin de semana, además, el titular del Ejecutivo mantuvo contactos con distintos empresarios vinculados con el rubro supermercadistas para tomarle el pulso al comercio. En casi 40 días, el Gobierno ha inyectado al circuito financiero a razón de $ 8.000 millones diarios. Los cajeros automáticos largaron billetes de $ 20.000 y el consumo se reactivó en el microcentro capitalino. Uno de los empresarios consultados por Jaldo le comentó que hubo una alta demanda de productos alimenticios que originó faltantes temporales en las góndolas y que, con el correr de las horas, serán repuestos porque todavía la gente, particularmente los estatales, está gastando el aguinaldo y el sueldo.
Lo que se viene
La inflación seguirá siendo la clave para el Gobierno nacional. Con una mayor desaceleración (en Tucumán, Milei habló de deflación), la campaña proselitista de La Libertad Avanza será más sencilla. Por esa razón, el ministro de Economía de la Nación, Luis “Toto” Caputo, se propuso llegar a marzo con un “crawling peg” (devaluación administrada) al 1%. No se mueve tanto el dólar, menos el resto de los precios de la economía. Sin embargo, hasta entonces, el Gobierno tendrá que mostrar la muñeca suficiente para que los valores de los alquileres, de las cuotas de los colegios privados, de las tarifas de los servicios públicos privatizados y, en definitiva, de los alimentos no se muevan a un ritmo diferente.
El humor social juega su propia partida electoral. Modificarlo sería un suicidio político. El salario se recupera. Hasta octubre, por caso, creció casi el doble que la inflación de entonces. Eso es parte del álbum de fotos, pero la película indica que los desaciertos de las medidas macroeconómicas acumuladas en los últimos años siguen siendo pagados por todos los argentinos. La casta, hasta ahora, sólo abona una parte de la factura.
La pobreza sigue siendo un estigma para la sociedad. La sorprendente reducción de la tasa del tercer trimestre del año fue celebrada por el Gobierno nacional. Algunos análisis académicos confirman esta tendencia. La sobreexposición de la clase media a esta volatilidad económica los lleva a la pobreza sin escalas. Como mínimo, para sostenerse en esa tradicional franja social, una familia tipo requiere no menos de $ 2 millones mensuales. Pero los remos siempre están preparados. Si se estabiliza la economía, llegarán a buen puerto sin necesidad de mayores esfuerzos. De lo contrario, implicará un cambio emocional, algo que la Casa Rosada quiere evitar. Caputo, en reiteradas oportunidades, ha señalado que es fundamental dibujarle una sonrisa a la clase media. Es donde está el fuerte el electorado independiente, el que decide el voto a última hora. El ajuste no será profundo. Tendrá algunas permisividades.