Mientras los hogares argentinos recuperaban la calma tras los festejos de Navidad, en River Plate se mantenía el pulso acelerado por un motivo especial: el posible regreso de Lucas Martínez Quarta.

En absoluto hermetismo, desde el “Monumental” se avanzaba en las negociaciones para repatriar al zaguero central, un movimiento que tiene el sello de Marcelo Gallardo, quien siempre encontró en el defensor una extensión de su idea de juego dentro del campo. Ahora, con el aval del entrenador, en el club buscan cerrar su retorno, ilusionados con sumar jerarquía en un año cargado de desafíos internacionales para el “Millonario”.

La propuesta formal ya está sobre la mesa: un contrato hasta 2028 y un plan para recuperar al futbolista de 28 años, que mantiene un vínculo emocional y deportivo profundo con River, club que lo formó y del cual es hincha.

Aunque todavía restan ajustar detalles económicos entre las partes, el optimismo crece. La conexión con Gallardo es un factor decisivo.

“Muñeco”, a quien Martínez Quarta lo señala con un padre futbolístico, ya habló con el defensor, le transmitió su confianza y lo alentó a regresar tras tres años y medio en Fiorentina. 

El presente de “Chino” en el fútbol italiano no es el más favorable. Pese a ser vicecapitán, perdió terreno en la temporada 2024/25, disputando sólo ocho partidos y anotando un gol en el último semestre. Esta situación contrasta con su rendimiento en el ciclo anterior, en donde había acumulado 29 partidos, cinco goles y una asistencia.

La situación de Martínez Quarta con Fiorentina

Además, la llegada de refuerzos a la “Viola”, como Nicolás Valentini y la competencia interna con Marin Pongracic limitan sus opciones en el equipo. 

Para Martínez Quarta, volver a River no es sólo una decisión futbolística, sino también emocional.

Su hijo “Bauti”, de siete años, heredó su pasión por el club y se convirtió en una especie de embajador de ese sentimiento. River, por su parte, se entusiasma con la posibilidad de contar nuevamente con un jugador de jerarquía, que entiende lo que significa vestir esa camiseta. 

Fiorentina pide entre ocho y 10 millones de euros por el pase, un monto que refleja la intención de recuperar parte de la inversión realizada en 2020, cuando pagaron 6,3 millones de euros.