Cuánta razón tiene el Sr. ministro de Economía y Producción de Tucumán, Daniel Abad, cuando expresa: “No podemos seguir viviendo de las actividades madres como son la azucarera y la citrícola”. Sin duda alguna, debemos repensar Tucumán y en especial la reconversión productiva de la provincia bajo el amparo del conocimiento; y muy en especial utilizando las herramientas de la biotecnología, la genética, la inteligencia artificial y todo lo derivado de la aplicación de software en todos los ámbitos de decisión política. En ese sentido, y teniendo en cuenta el valor del agua en todas las actividades que se realizan en nuestra provincia debemos proteger nuestros bosques, como las yungas, que además de fuentes del agua que usamos día a día, pueden dar origen a las inversiones “verdes”. Es decir, podemos proteger y generar divisas en un esquema de uso sustentable. La industria del conocimiento tiene mucho que aportar en este tema. En ese sentido, el proyecto de declarar las yungas como patrimonio natural de la humanidad, auspiciado por Unesco, puede ser un proyecto de interés estratégico en el esquema planteado por el Sr. ministro.

Juan González

San Juan 158 - Lules