Aunque asociada por defecto a su variante ambiental, la contaminación admite una gran variedad de formas. Esa amplitud conceptual, que habla de alteración de las condiciones normales de una cosa o de un medio por agentes externos, engloba también a la contaminación visual, uno de los tipos más comunes y a la vez menos tenidos en cuenta en los núcleos urbanos. Se trata, básicamente, de todos aquellos elementos que perturban o rompen la armonía estética de un paisaje: cableado eléctrico, cartelería, antenas, paredes repletas de afiches o pintadas políticas, edificios abandonados o en mal estado, basurales, etcétera.

En principio parece una cuestión de escasa relevancia, sobre todo en ciudades como San Miguel de Tucumán, agobiada por una larga lista de problemáticas urgentes y cuyos efectos negativos son bastante más palpables. Por ejemplo: cortes de luz, falta de agua en determinadas zonas, caos vehicular, red de cloacas, problemas con el transporte público y ocupación de veredas por parte de los comerciantes son algunos de los reclamos más comunes entre los foristas de LA GACETA. Sin embargo, eso no quiere decir que la contaminación visual deba ser normalizada ni que sus efectos se agoten en lo meramente decorativo. Un entorno desequilibrado y caótico no sólo provoca un incremento de estrés y la ansiedad de las personas; también favorece distracciones y confusiones entre los conductores, lo que lleva a un aumento de las probabilidades de accidentes de tránsito. Asimismo, resulta perjudicial para el sector turístico. Con el objetivo de reducir esos efectos, la Municipalidad de la capital puso en marcha esta semana el operativo “Ciudad sin contaminación visual”, en virtud del cual se retirarán carteles publicitarios que no respeten lo establecido por el Código de Planeamiento Urbano, tanto por exceder las medidas reglamentarias como por estar ubicados en lugares no permitidos. El operativo será llevado adelante de manera coordinada entre Dirección de Edificación y Catastro y la Secretaría de Ingresos Municipales entre enero y febrero, aprovechando el menor movimiento urbano durante los meses de vacaciones de verano.

Los trabajos de remoción de cartelería comenzaron el miércoles y se enfocarán en la zona céntrica y en las avenidas principales, sobre todo en la Mate de Luna. En una entrevista con Verano Play, la directora de Catastro y Edificación, Claudia Carrasco, explicó que el objetivo de las medidas es eliminar “todos los elementos que generen algún efecto psicológico negativo en la percepción de los transeúntes y automovilistas”.

La funcionaria aclaró que el operativo no pretende perjudicar a los empresarios, y que parte del trabajo mancomunado con la Dirección de Planeamiento Urbano consiste en habilitar nuevos puntos de ubicación de soportes publicitarios para terceros, que permita una mejor exposición a la vez que favorezca un paisaje más limpio y ordenado. Estas medidas no van en contra de ninguna empresa, sino a favor de todos los ciudadanos, para que todos cumplan con las mismas reglas y para que exista un equilibrio y una competencia justa entre todos los comercios.

La Municipalidad puso en marcha un operativo para retirar carteles publicitarios que no respeten las normas.